Capítulo 3

35 7 6
                                    

-Buen día Cristina - me dijo una voz conocida y al abrir mis ojos bien, note que era la rubia-guia del día anterior - Te hiciste daño - me preguntó con una gran sonrisa y su rosario transparente en una de sus manos.

-No, estoy bien - dije sobando mi cabeza la que supongo que había chocado con el pisapapeles porque me dolía mucho - Y me puedes decir Cris, no me llames como los adultos- dije disgustada.

Ella me extendió su mano para que me pusiera de pie y me ayudó a recoger mis cosas del piso.

-Sabes - la mire - Que esto está prohibido - dijo con mi celular en la mano moviendolo de un lado al otro.

-Quizás - se lo quite de un movimiento - Pero a mi nadie me ha dicho nada.

-Pero puede traerte problemas - me dijo sin quitar su sonrisa.

-Como sea...

-Además esa ropa quizás no sea tan adecuada para…. Esta época del año - su sonrisa ya era fastidiosa

-Eres bastante metiche verdad - le dije a lo que ella soltó una fuerte carcajada.

-Y… y tu muy graciosa.

-Mejor me voy - tome mis cosas y salí corriendo escaleras arriba.

-Nos vemos en clase- escuche a la rubia gritar detrás de mí pero no me detuve.

Llegué al cuarto y me cambié lo más rápido posible, tenía que ser una estudiante modelo hasta que encontrará la manera de escapar de aquí y la mejor manera era que nadie lo sospechara.

Me cambie y baje de nuevo corriendo las escaleras me dirigí al área de las aulas buscaba la 57 A, cuando por fin la encontré entre sin pedir permiso.

-El lisosoma… - un hombre guapo, alto, delgado, con una camisa apretada, me miró - Si?

-Disculpe - dije rápidamente agitando mi cabeza - Soy nueva… y…. estoy algo pérdida - mentí, la rubia era muy buena guía por que encontré el aula más rápido de lo que creí. Le entendí el papel con la excusa de 20 minutos.

-Bien - miró su reloj - Justo a tiempo, tome asiento.

Me dirigí a un asiento vacío en medio del aula, la mayoría estaban ocupados pero habían varios vacíos.

Me quedé mirando al profesor guapo que me sorprendió mucho ya que pensé que solo daban clase monjas o padres o no se yo, pero encontrarme con esto me agradaba, en una parte de arriba de la pizarra  decía su nombre Enrique Quirós, era el nombre del padre de mis futuros hijos.

Las horas se me pasaron muy rápido mirando al profe guapo hasta que note que todas las chicas de mi clase estaban totalmente encantadas con él a excepción de una chica dos filas a mi izquierda que escribía y ponía atención a cada palabra que decía, era la rubicita guia-sonrisa fija.
Hasta aquí me persigue.

La mañana pasó rápido gracias a los dotes del profe Enrique guapeton.

A las 12md corrí a la cafetería porque si tenía hambre y la rubia hasta ahora había sido buena con las cosas que me había dicho antes.

Cuando entre había a lo mucho 5 chicas, era un lugar muy grande parecía de esas cafeterías que salen en las películas de adolescentes habían como 30 mesas de 4 o 6 sillas, bueno eso quizás si era distinto.

Cuando llegue tome una bandeja y le pedí a la monja (si aquí también hay una monja) que era delgada, bajita,morena. Le pedí una ensalada y unas papás fritas con una malteada de fresa, pues la comida no estaba tan mal o al menos el menú de hoy, de eso no me puedo quejar.

Será Nuestro Pecado✝️ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora