Capítulo 5

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Estaba en la cafetería en el almuerzo de medio día, Carla y Andrea insistieron en sentarse conmigo sin ninguna invitación previa no tenía ganas de convivir, ellas dos hablaban de temas que poco me importaban así que yo seguía jugando con el puré de papa que sabía a guardado y de vez en cuando mirando el parloteo de las otras mesas.

Me iba a levantar cuando la vi, la monjita más entremetida que de costumbre, a pesar de sus excusas no era una persona de dejar las cosas así cuando alguien se metía en mis asuntos, además esos 50 puntos menos me habrían ayudado mucho a que me expulsaran, aunque no se si mis padres me aceptarían después de que eso pasará.

Venía hacia nuestra dirección saludando a todo el mundo como si fuera una reina, que por suerte no podía mover los brazos ya que llevaba una bandeja en las manos y obvio su rosario por que no lo deja por nada

Cuando pasó junto a nosotras nos sonrió en forma de saludo yo mire a Carla y Andrea que estaban frente de mi.

De repente sentí un golpe en mi pierna derecha la cual tenía estirada, por instinto quite mi pierna lo más rápido que pude, pero ya era tarde la rubia casi volaba junto a mi esparciendo todo lo que llevaba en su bandeja por todo el lugar excepto por el puré de papa que recibió toda su cara dentro del plato, ella es un acto inconsciente levantó su cara completamente blanca y cremosa por el puré de papa en toda su cara.

Todo el lugar estaba en silencio, solo se podía escuchar el ruido del refrigerador, pero yo no pude más y solté una carcajada que no tardó en contagiarse y hacer que todo el lugar fuera una ola de carcajadas.

La rubia me miraba sin ninguna expresión sentada en el suelo mientras trataba de quitar el puré de sus ojos y nariz.

Yo por otro lado limpiaba mi cara pero por las lágrimas que salían por la risa que me había provocado la caída.

Sentí que alguien me golpeó el brazo, miré a Andrea que me señalaba con la cabeza la manada de monjas que se dirigían a nosotras.

-Lucía estás bien? - le preguntaba la hermana Victoria.

-Querida pero que te paso ? - ahora la que hablaba era la Madre Superiora.

-¿Quién es el responsable de esto? -  dijo la hermana Griselda mirándome y dirigiéndose hacia mi.

-No hay culpables hermana - dijo derrepente la rubia que ya estaba de pie y se limpiaba la cara con una toalla que alguien le alcanzó - Simplemente me resbale y por eso la caída, no es culpa de nadie.

-Segura? - le preguntó la hermana gruñona, sin dejar de mirarme con los ojos entre cerrados.

-Por supuesto - le dijo la rubia.

-Bueno es mejor que Lucía vaya a cambiarse y darse una ducha - comentó la hermana Victoria, mientras la abrazaba por la espalda.

-Oye - le tomé el brazo a la rubia para que se detuviera y me acerque a ella y le dije - Recuerda que el puré se come por la boca no por la nariz - ella me miró.

-Gracias - me dijo sonriendo y se fue.

La verdad no entendía si eso último fue por que todos nos estaban viendo o.. la verdad no tengo otra idea por qué ella sabía que se había tropezado en mi pierna y aunque no lo hice con intención yo hubiera estado hecha una furia contra la persona que me hubiera humillado así, pero ella no, ella estaba demasiado tranquila.

-Bueno ya basta todas sigan con sus actividades - dijo la madre superiora aplaudiendo por que no se pero eso hizo, en ese momento sonó el timbre que nos indicaba que las clases iban a iniciar.

-Qué suerte tuviste - me dijo Carla cuando se levantó.

Yo me acomode aún más en mi silla, pero no entiendo por qué no me había delatado por que ya era más que obvio que era capaz de hacerlo, tendría que buscar la manera de saber si había tenido suerte o si tal vez era otra cosa, por que tal vez había encontrado la manera de vengarme de esa tonta monja si ella, se negaba a delatarme quizás podría hacerle la vida mucho más interesante.

Será Nuestro Pecado✝️ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora