CEVO

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La escuela GGM, conocida por su gran distribución que permite llegar al mundo de la política y literatura de manera más simple, teniendo comités de todo tipo que hacen parte de una estructura de gobierno escolar.

En la cima de todo tenemos al profesorado y directivos, donde su función es obvia. Luego aquí viene el Comité de Gobierno, donde el presidente estudiantil y su gabinete (conformado por el secretariado, vicepresidente/a), en el siguiente eslabón está el Comité de Disciplina y Orden, que hacen juicios, emitiendo sentencias para los estudiantes indisciplinados o que hacen cosas fuera del margen de las reglas, acompañado tenemos el Comité Estudiantil para la Vigilancia y el Orden, que es conformado por exactamente diez miembros y sus nombres no son revelados al público, debido a que su función es llevar ante el Comité Disciplinario a las personas que infringen las normas, pero se tuvo que desmantelar durante un tiempo.

Estos hechos se centran en el CEVO, el Comité de Estudiantes para la Vigilancia y el Orden, donde sus diez miembros, de diferentes años, quienes de muchas maneras terminan afiliados a esta organización estudiantil con el fin de acabar con las problemáticas tanto políticas, diplomáticas y a la fuerza.

La creación del CEVO

El edificio del CG se encontraba en paz ese día, como siempre, llevan años con un orden y una manera de actuar, con su gran infraestructura de cinco pisos, aunque este se lo reparten entre el ya mencionado comité y el CDO, pero tienen un piso dedicado exclusivamente a los juicios.

Liam, un chico algo conocido dentro de la escuela, pasaba por todo el campo de la institución con unos papeles encarpetados en mano, algunos lo veían de reojo, pero a veces meterse con este chico era peligroso, es conocido como El estratega, por algunos análisis que se filtraron de los profesores, donde se admiraba su capacidad para la planeación, ejecución y organización de las cosas, también un nivel superior a la media de analizar situaciones.

Unos funcionarios del CG lo vieron, y le pusieron el ojo encima, no era usual verlo por esos lados, y menos cuando iba caminando al edificio donde trabajan. El chico entró y se detuvo a una chica que parecía algo ocupada, que apenas lo vio parpadeó, al parecer lo había reconocido.

-E-eh? ¿Liam? – Fue recibido por Vanessa, la secretaria principal del edificio, el chico empezó a notar un poco el temblor de ella, y también la traba al hablar.

- ¿Y Carlos? – Preguntó sin más, tenía un poco de prisa, pudo darse cuenta de que algunos miembros le pusieron el ojo encima.

-Debe de estar ocupado, déjame le llamo – Corrió con una velocidad impresionante hacia su escritorio, cuando iba a sentarse en la silla se resbaló, pero logró mantener el equilibrio agarrando la esquina de la madera. Tomó el teléfono que tenía allí y empezó a hablar.

El chico llevaba un tiempo sin estar allí, en esas oficinas, para él ahora todo estaba renovado, antes no había tantos cuadros del director, tampoco las macetas con rosas y margaritas que decoran el escritorio de Vanessa, Liam caminó un poco en los alrededores para buscar otras diferencias, "¿Cinco bancos?" observó, que en anteriores épocas solo había uno, porque las filas eran demasiado cortas y el CG no tenía casi juicios. Este edificio de igual forma seguía bastante pequeño, apenas la gente podía entrar y ya se veía las escaleras arrinconadas.

-Acabo de contactar con el presidente, por favor suba hasta el último piso – Intentó mirarlo a los ojos, pero no fue capaz, esa mirada tan desinteresada y simplona que nunca cambia, sus carmesíes ojos no ayudaban a ello, parecían que los estuviera viendo por dentro y analizándolos.

-Hugh... - soltó sin más, eso asustó a Vanessa – no recordaba que decidieron evitar los ascensores.

Sin otro intercambio de palabras, Liam se movió hacia las escaleras, como estaban en una esquina, se podía ver cómo estaban hechas, en una especie de serpenteo que hacía un camino fácil, aunque las barandillas también ayudaban a la decoración. Cuando empezó a subir ya podía sentirse un poco fatigado, odiaba ser así, pero no tenía de otra forma. Llegó al segundo piso con un poco de esfuerzo, donde se podía ver las divisiones entre oficinas, cubículos, pero los oficinistas de allí le dieron una mirada rápida y pasaron de él, aunque al parecer ya se había esparcido el rumor de que andaba haciendo algo en el CG.

- ¿Es él? – Alcanzó a escuchar Liam, quien volteó a mirar, pero todos directamente se esparcieron, volviendo al orden y haciendo un silencio, luego se escuchó a alguien siendo regañado.

El chico solo suspiró para seguir su camino, y empezó a pensar, "No tengo una mala reputación, ¿Cuál es el miedo? Parezco criminal.". Las escaleras, de las que aún parecía faltar mucho, definitivamente a él no le gustaban, pero tuvo que llegar al tercer piso, donde estaban los cubículos y oficinas del CDO, hubo un silencio asesino allí, Liam se incomodó y subió más rápido.

Llegó al cuarto piso, "Sala de juicios", pudo leer apenas pisó el sitio, se quedó callado y solo observaba, aunque esto se debió a su cansancio, que ya estaba al punto de desmayarse, Tengo que cuidar más mi salud, pensó mientras se agarraba de la barandilla, casi muere de inanición un par de veces, pero ha sobrevivido gracias a Noah, un chico especial.

- ¿Estás bien? – Alguien a sus espaldas le habló, por la voz Liam ya había reconocido a la persona, además de agregarle que venía de arriba, aunque intentó voltear a verlo, no pudo ya que se cayó.

-Quién sabe. – Respondió con la intención de crear desinterés, podían ser conocidos, pero a él realmente le molestaban muchas cosas de él, al final sí pudo voltear a verlo, aún fatigado.

-Uy y así le hablas al presidente eh? – Bajó las escaleras y terminó de ayudar a que se recompusiera, aunque le estaban rechazando la ayuda

-Sí, vamos a tu oficina – Se reincorporó ya casi al cien por ciento, tomó un poco de aire y subió hasta el último piso, con Carlos detrás.

Con mucho esfuerzo, Liam observó el lugar, Esto... no es lo que esperaba, había una pequeña recepción y dos pasillos de lado a lado, uno llevaba a un lugar y el otro a la oficina del presidente, este que estaba detrás rio un poco, pero lo guio durante el pasillo más largo, abrió la puerta y ambos pasaron.

- ¿Para qué viniste? – Su semblante cambió, como la oficina era vacía había un silencio bastante grande, solo la maquinaría del aire acondicionado y la respiración de ellos hacían algún tipo de ruido.

Ni siquiera se habían sentado, apenas y alcanzaron a cerrar la puerta cuando Carlos se lanzó al cuello del chico, pero este estaba bastante tranquilo, como mínimo esperó a que ambos estuvieran sentados, sacó unos papeles y ya no transpiraba tanto.

-Quiero reformar el C.E.V.O, ya traigo los papeles, normas, incluso reglas nuevas – Se detuvo un momento para ver la reacción de Carlos, que era lo esperado para su plan – aunque yo me quedaría con el mandato, o, mejor dicho, lo que nunca tuvo el comité en sus épocas doradas: un líder.

El presidente cruzó los brazos, luego los colocó sobre la mesa y se rascó la cabeza, no es que le convenciera la idea, era obvio, pero la persona que tenía enfrente... Lo hacía dudar, revivir esa organización era algo bastante problemático, porque sus miembros en hace mucho tiempo siempre se tuvieron que mantener ocultos debido a su trabajo, que era básicamente espionaje, cuando se esparció el rumor, empezaron a quejarse mucho porque este comité lo sabía todo, y no tenían privacidad alguna, lo desmantelaron a los pocos días de que protestaran.

-Déjame leer los papeles, mañana te daré una respuesta – Carlos pudo ver el cambio de la expresión en Liam, aunque solo fue un leve movimiento de su mandíbula, formando una sonrisa, al parecer había perdido dentro de los planes del chico, pero ya había aceptado – espero que sepas lo que haces.

-Lo sé, por eso estoy aquí, pero bueno, te dejo... Ya no tengo nada que hacer acá – Sin esperar respuesta, recuperó energías al parecer de esa corta charla y caminó hacia la puerta, sabía que el presidente iría a decirle algo, así que apresuró el paso.

Cuando Liam salió de la oficina, Carlos suspiró, ahora se había metido en un problema y estaba seguro de que no podría salir, dio una ojeada rápida a los papeles que le dieron, no era poco el contenido que traían, en definitiva, iba en serio, tenía normas, formas, reglas y todo lo que podría necesitar para dirigir ese comité, no tenía pensado aceptar, pero con lo bueno que terminaron siendo las propuestas y la condición que puso, lo leería a fondo más tarde.

Mientras que Liam ya estaba fuera del CG, su plan ya había comenzado, por fin haría algo luego de un tiempo, tendría que empezar a reclutar miembros luego, Diez personas... Tengo una idea, se dijo a sí mismo, iría primero por su persona de confianza, Noah. 

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