Lo que en el fondo no se ve

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Él sonreía y decía sin ton ni son contando a todo el mundo sobre lo nuestro, que era tan maravilloso, tan perfecto e irradiaba un aura de orgullo, pero esa era una capa idiota que tenía, solo me veía como un objeto el cual en algún momento iba a botar. Quería mostrar una imagen al mundo y me "amenazaba" con muchas cosas que podrían considerarse desagradables solo para dejarme manosear y de morbo tanto como quisiera, siendo encadenado en alguna que otra ocasión. La cuestión del asunto no es esa, al menos no lo que a mí me importa. Todo el mundo me preguntaba por qué terminé con alguien que tenía una horrible reputación y se sabía que había llevado a la cama a tantos chicos de todo el lugar, incluidos algunos bastante menores, pero necesitaba evidencia sólida para mi planeación. Durante mucho tiempo evité todos sus juegos y lo alejé, pero una vez vi que me servía de algo empecé a darle coincidencias que nos "acercaran" más, para "caer" en sus brazos y hacerme feliz. Solo es un tiempo en el cual durará esto, creyendo que me maltrata, me hace sentir mal y la debilidad de mi cuerpo es real. Es cierto que el maltrato psicológico es bastante duro, pero él no sabe cómo soy realmente. Hoy quedamos en reunirnos en su casa, sé que está solo en ella, conozco todos sus movimientos y cada lugar que visita, buscará mantener alguna relación, presumirlo con sus amigos y luego decirme que me vaya pensando que me tiene bajo su control. Aun así, he decidido asistir porque si quiero darle un fin a este tipo de asuntos debo yo al menos sacrificarme para todo esto, nadie más lo haría porque son consciente de lo que conllevan, aunque eso no me importa, yo ya tengo mi objetivo.

—Me alegra verte aquí, solo pasa y entra a mi habitación — ya había estado antes en su casa, quiso presentarme a sus padres y todo creyendo que le creería su farsa, pero debo seguir con lo mío — y espero te quites la ropa de una vez, hoy estoy demasiado aburrido.

—Está bien cariño, no te afanes tanto que luego terminarás rápido — me reí un poco de mi propia burla, pero no le hizo mucha gracia, aunque no me importó, si me termina al menos este asunto terminará de forma más breve. 

Pasé por la puerta encontrando aquella sala vacía junto con el comedor, donde tuve que expresármele a sus padres que parecían contentos conmigo, me imaginé que siempre sería así con todo aquel que traían a la casa, parece que les tocó la peor escoria de hijo. Llegué hasta el pasillo tras la cocina, largo que tenía una esquina por la cual doblar y daba directamente a la habitación de él, alejada de todo, como seguro habría planeado de forma plena. Había traído un pequeño bolso con cosas personales llegado el caso en que las necesitara, por lo que tuve que dejarlo para empezar a desvestirme; cuando estuve a punto de quitarme lo que me faltaba de ropa interior vi que él ya estaba ahí, observándome con atención y relamiéndose los labios.

—Bien, ya sabes lo que tienes que hacer —Intentó usar un tono rudo, acercándose a mí haciéndome hincarme ante él y restregó mi rostro en su entrepierna — y hazlo bien, no quiero tener que dejarte más marcas. 

—Lo haré bien cariño, en serio no tienes que ser violento —Dije, con un tono tembloroso fingido y una risa interior — me aseguraré de satisfacerte.

Y pasó todo lo que tuvo que suceder. Recordando el cómo comenzó esto, él piensa que me tiene en sus manos porque me encontró apuñalando a un conejo que había atrapado en un rincón de la escuela, dijo que mis opciones eran ser su puta esclava o todo el mundo se enteraría que maté al animal, pude haberlo simplemente amenazado y dejarle algunas marcas con el objeto cortopunzante que llevaba, pero viendo que todo el mundo le odiaba aproveché esta oportunidad para llevar lo que planeé hacía tiempo. Entonces me obligó a decirlo a todo el mundo, me golpeaba, era brusco conmigo cuando teníamos relaciones, tan hetero no era al final, pero ese es el detalle que menos importaba, hacía todo lo que me ordenaba sin rechistarle, el mundo se dio cuenta de ello, incluso algunos intentaron ayudar, pero él se daba cuenta de esto, así que me servía para reafirmar su imagen falsa de control sobre mí. Pero eso no importa, de todas formas, el día que se dé cuenta, estará empalado con una lanza metida por el culo.

One-Shots RandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora