Prólogo de fantasía

1 1 0
                                    

En este mundo la humanidad es inmortal, porque hace tiempo un legendario héroe se enfrentó a un dios oscuro, La Muerte, esta no se confió en ningún momento, pero aun así acabó perdiendo, y tuvo que cumplir el deseo del humano:

-Quiero que, desde hoy, la humanidad no pueda morir de causas naturales, enfermedades o algo que no sea el filo de un arma.

La Muerte, viendo que su pedido tampoco estaba prohibido, tuvo que cumplirlo, pero no solo hizo esto, también intentó extinguir todas las guadañas del mundo, que era su propio símbolo, una gran y temible arma. La humanidad viendo las intenciones del dios se revelaron con velocidad, varias personas salieron en captura del ser oscuro, pero solo diez sobrevivieron y fueron lo que los capturaron.

El conflicto acabó con las guadañas extinguiéndose y La Muerte siendo encerrada en un lugar creador por el mago más poderoso de la historia. Y la humanidad conservó su inmortalidad.

Diez años después, alguien se le apareció al ser oscuro, que solo estaba sentado esperando algo, aunque ni ella misma sabía el qué.

-Seré directo Muerte, quiero tu sangre para mi familia y sus generaciones, tu guadaña es la última que existe, y quiero darle un uso – bajó su cabeza en señal de respeto, luego le sonrió

-Dime tu nombre – ordenó, volteando a verlo con su poca tolerancia a la humanidad

-Legna Carmesí – contestó – te he venerado desde hace mucho y ahora exijo esto, mi señora Muerte

- ¿Carmesí? – se preguntó a si mismo el apellido, intentaba hacer memoria – Sí, recuerdo el apellido, muchos familiares fueron guiados por el sendero de mi tierra, pero no entiendo el punto, ahora la humanidad es inmortal.

- Ahora todo está hecho un desastre y mi familia se ve amenazada, no sé qué habrá pensado Ogata al desafiarte hace tiempo – suspiró con pesadez – pero se metió donde no debía y El Ser de Luz fue personalmente a quitarle la vida.

- ¿El Ser de Luz?, la humanidad ha de estar casi extinta – se puso a pensar un poco, pero no podía hacer mucho

-Acertaste, los dioses parecen planear algo contra los humanos, y yo no quiero caer con ellos – se puso de rodillas, luego bajó su cabeza hasta el suelo – por eso te pido ayuda

La Muerte lo pensó, este hombre y su familia eran de los últimos que lo veneraban, y si llegaba a hacer este favor, probablemente su legado duraría por milenios.

Un siglo después empezaría el plan de Legna, la siguiente generación de los Carmesí, su primer hijo, Ulam, a pesar de que todo iba bien, no pudo poseer el arma de La Muerte, no supieron nunca la razón, así que pasaría un año y Loán llegaría como segundo hijo.

-Legna, este es. – Le susurró la muerte desde su lejana jaula 

One-Shots RandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora