Destruyendo La Realidad

Sol

Estarossa no podía evitar los golpes del enorme hombre que se había aparecido no hace mucho, era un enemigo bastante fuerte, no podía seguirle en ritmo además que sus poderes eran increíbles.

¿Vas a seguir de misterioso? -pregunto mientras trataba de esquivar los ataques- ¡Vamos! ¡Dime tu nombre!

El hombre siguió callado y continúo peleando contra el albino quien comenzaba a cansarse del silencio.

¡Eres muy aburrido! -exclamo tratando de atacarlo pero solo consiguió ser lanzado lejos.

La chica se encontraba revisando que los tres chicos estuvieran bien, ya se podían mover debido a la lejanía del mandamiento. Araya estaba tratando de levantarse aunque aún no recuperaba su fuerza por completo.

Los dejo debilitados, no creo que puedan moverse -todos la miraron un momento antes de hablar.

Vaya sorpresa -contesto frío Iguro quién se puso de pie como pudo mientras usaba de bastón su espada y se aseguraba de Kaburamaru estuviera bien- ese se supone que es un demonio ¿No?

Si, pero no del tipo que los cazadores puedan matar -respondio Mitsuki ya de pie- si no ayudamos a Shikadai lo más probable es que muera.

Lo había olvidado -dijo levantándose Araya y mirando para dónde estaba el azabache, no la estaba pasando bien- vamos.

Ogre, ponte a salvo -la chica asintió a la petición de Mitsuki y se alejo un poco pero no demasiado.

Los tres se abalanzaron hacia Arthur llamando su atención quién de inmediato volteo y se defendió, sonrió de manera burlesca y miro al menor quien se encontraba contra una piedra tratando de reincorporarse. Shikadai de inmediato se sintió aliviado al ver al resto ahí, si ellos estaban ahí podría crear una estrategia útil y que sea benefactoria en ese mismo momento.

Comenzaron a pelear a lo cual Arthur solo empezó a esquivar. Mitsuki usaba todas las técnicas que podía mientras que Iguro usaba sus posturas, Araya trata de inmovilizarlo con sus marionetas mientras Shikadai analizaba al enemigo y al mismo tiempo ideaba un plan. Era obvio que no se mantendría esquivando y que en algún momento tendría que atacarlos pero, ¿Cómo el sabría que lo van a atacar?

Justo en ese momento Shikadai no se había percatado de que Mitsuki estaba en el suelo inconciente y que Araya está aún más lejos, Arthur de inmediato golpeó a Shikadai llevándolo al piso y de inmediato saco su espada.

Son oponentes realmente decepcionantes... -dijo a punto de matarlo.

Respiración de la serpiente -Arthur reaccionó de inmediato cuando escucho eso y volteo bruscamente cortando un poco el brazo del azabache quién no estuvo el ataque.

La sangre de la herida de Iguro termino manchando la ropa de Arthur y el rostro de Shikadai, Arthur esquivo cómo le fue posible el ataque de el pilar haciendo que esté cayera a un lado de el más alto. Soltó una risa al ver qué ese ataque sorpresa le había fallado al heterocromatico quien estaba apenas levantándose del suelo mientras cubría la herida de su brazo.

Imbécil -dijo entre dientes mientras se preparaba para atacar.

Señor Iguro ¿Se encuentra bien? -pregunto en voz baja Shikadai levantándose.

No te preocupes... -fue lo único que dijo mientras miraba a Arthur.

No tenemos oportunidad contra el -Shikadai saco un kunai con una bomba de papel- lo único que podemos hacer es crear una distracción para escapar de aquí.

Suena a cobardía -solto un suspiro- pero el no es un demonio y aún tengo que limpiar mi sangre.

Shikadai de inmediato captó que Iguro no se refería a la sangre que brotaba en su brazo, no dijo nada y regreso su mirada a Arthur quien estaba listo para volver atacar. Chasqueo la lengua, necesitaba que al menos Araya siguiera conciente, necesitaba a alguien para sacar a Mitsuki de ahí al igual que a Ogre quien se había mantenido distante de la batalla, algo que aún no notaba Arthur, fue ahí cuando se le ocurrió una idea que no había logrado pensar antes.