Poder

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Gowhter mantuvo su mirada fija en el rubio que se aproximaba a el aún cuando el le estaba arrebatando su energía. Inojin llegó como pudo, se lanzó al suelo y trato de mantener el equilibrio.

No deberías estar aquí -menciono el muñeco quien solo lo miro con indiferencia.

¡¿Cómo me pides algo así sabiendo el por qué estoy aquí?! -alzo la voz haciendo que el contrario solo ladeara la cabeza confundido.

Ya eres libre de mi, no tiene sentido -aun estaba confundido, el rubio rodó los ojos un poco fastidiado.

Estás destruyendo no solo mi hogar, el de otros ¡Mira a tu alrededor! -dijo muy molesto.

Gowhter observo como grietas se abrían y dejaban ver ciudades, aldeas, sitios diferentes incluyendo el reino de Liones. Solo regreso su mirada al rubio y sonrió falsamente causando un escalofrío en el rubio.

Criaturas empezaban a salir de aquellas grietas mientras la noche caía anunciando con ella la llegada de los demonios lo que causaría muchos problemas, Inojin sabía que hablar con Gowhter era perder el tiempo ya que el nunca había tenido una sana convivencia con el.

Siempre recordaba como fueron sus años con el y sobre todo lo que había pasado en esos días, cuando tomo su cuerpo como el suyo y no lo escucho aún si suplicaba que dejara de dañar a sus seres queridos. La única voz que lo calmaba era la de Nadja quien parecía haber sido la enamorada de Gowhter tiempo atrás, sentía que lo protegía o mantenía distraído, lo reconfortaba cada que estaba triste. Recordaba que siempre que Gowhter tomaba el control de su cuerpo ella aparecía en un campo de flores, al principio solo le dedicaba palabras como "Se quién eres" "Estás bien, calma" "He oído de ti" "Cada día creces más", entre muchas cosas más.

¿Por qué me muestras a Nadja? -pregunto de repente haciendo que el muñeco lo mirara.

¿Que? -su mirada estaba llena de confusión, ese nombre tenía tiempo que no lo escuchaba.

Nadja, cada que tomabas el control ella aparecía y hablaba conmigo -explico con cuidado- ¡¿Por qué haces como si no supieras?!

¡CÁLLATE! -exclamo el muñeco- yo no te muestro nada... Quizás son los recuerdos que reprimi, quizás compartimos memorias, Nadja murió ya hace mucho.

Inojin bajo la mirada sintiéndose mal, claro que el sabía que ella estaba muerta, observo de nuevo al muñeco y sonrió un poco. Al final estaba a punto de enfrentarse a quien llego a considerar su amigo.

Se aproximó como pudo pero estaba debilitado no serviría mucho sus ataques, Gowhter solo contraataco y siguió lanzando golpes al rubio quien solo los recibía con falsas esperanzas de poder derrotar al de cabello rosado.

Himawari tenía acorralada a Derieri, Sasuke y Zeldris se había quedado observando. Sasuke estaba a punto de atacar al azabache cuando noto algo extraño.

Zeldris volteo hacia donde se encontraba Konoha, sentía como el poder de los demás mandamientos estaba disminuyendo lo cual lo alertó.

¿Que está pasando? -se pregunto en voz alta- no se atrevería a habernos traicionado.

Sasuke se quedó en silencio observando hacia Konoha, no entendía que pasaba pero lo que entendía era que debía llegar a la aldea pronto pero mientras esten ambos mandamientos no podía hacer nada.

¡Mi hermano! -grito desesperada la menor-¡Tío Sasuke!

Vamos Himawari, realmente no creo que sea necesario seguir luchando -menciono Sasuke mirando a ambos mandamientos para luego correr hacia Konoha.

Todos estaban perdiendo su fuerza de poco en poco, Boruto observaba como Sarada y Chouchou ya no podían mantenerse de pie y el mismo ya estaba en el suelo. ¿Que estaba pasando? También sus enemigos se encontraban de rodillas debilitados, no se le ocurría alguien que tuviera el poder de extraer la energía de los demás de una forma tan brusca.

Destruyendo La Realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora