CUPID!!! [SATOSUGU]

10

Geto abrió la puerta de la casa para ver para su propia sorpresa una caja decorada con papel y un listón azul.
Estaba curioso ya que no recordaba algún pedido que hubiera hecho. Al momento de tomar la caja se percató de la nota que tenía amarrada al listón.

"hola, soy gojo ^^

Te hice una tarta de melocotón porque me enteré que te gustan, no preguntes cómo lo sé.

Me gustaría que la probarlas y me dieras tu opinión porque es la primera vez que hago una tarta así
-me gustas♡"

Podía sentir sus mejillas calentarse y sus manos temblar por los nervios después de leer literalmente toda la "pequeña " nota. Era lógico que leyera todo con la voz de gojo en su cabeza, era gracioso que ya no le molestará, incluso podría decir que le gustaba tenerlo en su mente.

Se apresuró a entrar a la casa y llevar la tarta al comedor y abrir la envoltura con cuidado sin darse cuenta lo inusual que era, probablemente porque lo había hecho gojo, pero claro, eso no lo aceptaría.

Tomó un trozo entre su boca y sonrió ligeramente al sentir una explosión inexplicable de sabores. Era tan delicioso que quería gritar.

Incluso se había olvidado de saber cómo era que se enteró que era su postre favorito.

Daba igual, al parecer sería un día bueno y no lo sabía.

-¡Chicos y chicas! Estamos aquí en nuestra prueba visual, ya saben la dinámica, tenemos que dibujar al modelo lo mejor que podamos - explicaba el profesor takaba.

Todos asintieron pero pronto comenzaron a mirar a los alrededores en busca del modelo del día pero no estaba en ningún lado.

-¿no se supone que tenías que traer el modelo haibara?- susurro geto a su amigo que estaba a su lado.

-shh dijo que tardaría un poco

Y como por arte de magia la puerta del aula se abrió, dejando ver la caballera característica de gojo, esos anteojos de pasta delgada y labios poco pomposos.
Era hermoso con su cabello desordenado y la sonrisa de disculpas que cruzaba por su rostro por llegar tarde.

Lo hacía sentir tonto por gritarle y decirle que se rindiera.
En el fondo sabía que lo quería a su lado, se sentía mal de tratar mal a alguien tan dulce y que jamás le a hecho daño como gojo.

El peliblanco se paró en el centro de la grande aula mientras buscaba entre todos los alumnos que quedaban deslumbrados por su belleza a él chico al que su corazón le pertenecía.