Gotas Carmesí #AstroWordsAwards

Prólogo 🌹

León Smith, mejor conocido en el pueblo como, Leo, es un chico como cualquier otro. Con su abrigo desgastado, su cabello despeinado y su mirada perdida, parecía pasar desapercibido en las calles lluviosa de aquel sombrío pueblo de Canadá. Sin embargo, había algo que lo hacía diferente, algo que lo atormentaba día a día.

Cuando las primeras gotas de lluvia golpeaban el suelo, comenzaba a sentir una extraña sensación en su cuerpo. Su mente se nublaba, sus pensamientos se volvían confusos y una sed de sangre se apoderaba de él. Se transformaba en una criatura despiadada, sin control.

En esos momentos cuando salía a las calles, como una sombra en la noche, en busca de su siguiente víctima. La lluvia camuflaba sus pasos y el miedo se apoderaba de aquellos que tenían la mala fortuna de cruzarse en su camino. se convierte en un cazador implacable, persiguiendo a sus presas con una ferocidad desconocida.

Nadie sabía quién era esa persona o porque hacía esos actos tan atroz, solo se sabía que era capaz de causar desgracia cuando salía a su cacería durante la lluvia. Algunos decían que poseía habilidades sobrenaturales, mientras que otros creían que era solo un ser humano trastornado. Pero quien podría comprender la mente de alguien que vive en un constante torbellino de recuerdos perdidos y realidades distorsionadas.

La lluvia, esa que para otros era sinónimo de paz y limpieza, para Leo era el desencadenante de su lado más oscuro y siniestro.

Pero, entre todo esa oscuridad que habitaba en su interior, había un brillo fugaz de esperanza, algunas veces, antes que la lluvia hiciera su aparición, trataba de calmar sus demonios internos, él sabía que no era correcto lo que hacía.  sabía que era una batalla perdida contra esa sed de sangre que lo consumía, sin embargo él en su interior tenía la esperanza de que algún día podría cambiar.

Y así, entre la lluvia y la tormenta que lo acechaba, Leo se debatía entre la luz y la oscuridad, entre la demencia y la humanidad, esperando encontrar una forma de salir de aquel laberinto mental en que estaba atrapado.