capítulo 13 (Triste y fría lluvia)🌹

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Nota : Este capítulo quise acompañarlo con esta canción, que es una de las preferidas de Leo, espero disfruten mucho este capítulo que lo escribí con mucho amor para ustedes.


León Smith 🌹

Veo a Amanda acostada en mi cama y parece un ángel, ella no debería estar aquí, no debería estar tan cerca de mí. Al verla siento la necesidad de decirle que me gusta mucho, pero es mejor quedarme callado y no confesarle mis sentimientos, yo no puedo controlar mis instinto de hacer daño y no la quiero lastimar, no quiero que sufra por mi culpa.

Trato de alejarme de ella, pero no puedo, al verla que se levanta de la cama, sentí miedo que se fuera corriendo de mi lado y me dejara solo, mi cuerpo reacciona y me subo sobre ella para no dejarla ir.

Su cuerpo era hermoso, su delgadez, su piel tan clara, esos ojos color miel, sus labios rosados, la hacia ver tan delicada, tan frágil, con ella tenía que ser delicado para no hacerle daño.

Trate de controlarme, trate de ser lo más delicado posible, pero mis instintos salieron cuando la escucho gemir. Todo mis sentidos se encendieron de placer y terminó perdiendo el control, sentí que no era yo, la comienzo a morder y estrujar su piel con tanta ferocidad que la termino lastimando.

Ella se queja que le duele y me pide que pare, haciéndome retroceder enseguida. ¡Soy una maldita bestia, soy una porquería por haberla dañado!, me siento tan culpable que ya no la podía seguir mirado, así que le digo que se fuera, aunque en el fondo no quería, pero no podía permitirme hacerle daño a esa hermosa mujer.

Veo salir a Amanda muy molesta y triste de mi habitación, me siento fatal por ser como soy, he luchado por no ser así, pero no puedo esto es lo que soy y lo que siempre seré.

Escucho la puerta cerrarse y me asomo por la ventana, veo como Amanda corre hasta su casa; eso es lo que debería ser ella, correr lo más lejos que pueda de mí, yo soy mucha tormenta y oscuridad para la paz y tranquilidad que es ella.

Desde que llegó Amanda a este pueblo me cuesta controlar más a mis demonios internos; será porque ella es como un ángel y los hace salir, pero jamás permitiría que la lastimen, sin darme cuenta está chica se a convertido en alguien especial. Ella se preocupa tanto por mí que me hace sentir que me quiere, por eso tengo que cuidarla.

Ya era de madrugada, no tenía ni un poco de sueño, así que pensé mejor salir a caminar por la oscuridad mientras escucho música. Me pongo mi suéter, cubro mi cabeza con la capucha y salgo con mis audífonos puesto.

Voy caminado por la frías calles y solitarias del pueblo mientras escucho Creep de Radiohead, en mi mente solo está Amanda y lo hermosa que es, lo increíble que se sintió besar y tocar su cuerpo; aunque por poco la daño por no saber como controlarme y no quiero eso para ella, Amanda no se lo merece, ella no merece a un hombre como yo.

Como odio ser el demonio que me convertí, como odio haber visto ese horrible hecho que marcó mi vida para siempre y me convirtió en el monstruo que soy.  Me gusta Amanda, la quiero mucho como para lastimarla, como me gustaría ser normal y estar con ella, pedirle que seamos novios, pero la realidad es que eso nunca será posible.

Siempre estaré solo, en algún momento tendré que pagar por mis pecados, aunque ya creo que lo estoy haciendo por vivir este infierno.

Voy caminando sin rumbo, sin saber dónde ir, solo necesitaba hacerlo alejarme de Amanda para no seguir mis ganas de salir corriendo a buscarla.

Me detengo cerca del lago, el cielo con una totalidad naranja anuncia que pronto amanecerá, otro día más de lucha conmigo mismo, otro día más sufriendo en silencio, me quedo mirando lo bello del amanecer y lo mucho que me gustaría despertar un día con ella y mirar un atardecer juntos.

Sé que ella está triste por la enfermedad de su madre, yo debería ser esa alegría que le falta en estos momentos, pero solo le estoy añadiendo más sufrimiento a su vida.

Ya estoy cansado de esta vida que llevo, solo quisiera desaparecer y dejar de sufrir y lastimar a las personas; aunque en cierta forma, esas personas que asesino se lo merecen, son personas malas que lastiman a inocentes, ellas son como las rosas hermosas por fuera pero llenas de espinas que dañan si no tienes cuidado y las tocas.

Mi cabeza era un torbellino de pensamientos negativos, necesitaba despejar mi mente, me despojo de mi ropa y entro en el lago, el agua estaba muy fría y veo como mi piel se torna rápido morada, no puedo sacar de mi mente esas imágenes de todas esas personas que he lastimado, hundí mi cuerpo en el agua fría tratando de borrar todo por un instante.

Mi corazón se sentía acelerado y una sensación de agujas rozando mi piel me hacían perder poco a poco el aliento, me quedo hundido en el agua fria hasta que siento que mi aire se termina y salgo desesperado a buscar oxígeno.

Salgo del agua limpiando con mis manos mi cara, me tumbo en el suelo con la mirada hacia el cielo, estaba azul y ni una nube había, cierro mis ojos y recuerdos de mi madre llegan a mi mente.

Mi madre era todo para mí y por culpa de ese desgraciado ella ya no está conmigo, ese hombre me quito lo que más quería y cambio por completo mi vida. Comienzo a llorar como un niño, me siento tan solo en este mundo, me siento tan vacío tan derrotado que no sé para que sigo viviendo.

El llanto hace que me de sueño y me quedo dormido debajo de un árbol, a veces me gustaba estar dormido, es la unica forma de no saber ni sentir nada que me agobie.

No sé cuántas horas dure hay acostado dormido sin sentir hambre, sin sentir absolutamente nada que ya estaba cayendo el atardecer sin darme cuenta, miro al cielo y veo que ya no está azul ahora luce gris y el aire está frío.

Me levanto, me visto rápidamente para salir corriendo a casa, ya sabía que iba a llover, no podía estar fuera de casa si eso pasaba, tenía que tratar de evitar que saliera ese demonio que soy cuando llueve.

Corro y corro desesperado por llegar rápido a casa y esconderme, al llegar entro y cierro todas las ventanas y apagó todas las luces, subo a mi habitación y tomo mi medicina.

Trato de no pensar en nada. he tratado de ignorar estos impulsos de verdad que lo he tratado, me refugio en la música, en el arte, en los libros, en cuidar animales en cualquier cosa, pero no puedo controlarlo, no puedo contra eso que vive en mi mente y me atormenta tanto haciéndome doler el alma.

Siento una intensa furia que me consume, una sed de sangre que se agita dentro de mí, me escondo entre las sombras de mi habitación trato de buscar la paz que parece inexistente, mis lagrimas caen como sangre en mi piel, eso es lo que ese monstruo me hace ver, eso es lo que ese monstruo me hace sentir.

La oscuridad de mi habitación se ve interrumpida por el destello de un relámpago que alumbra seguido de un fuerte trueno, escucho la lluvia caer afueras y esa voz en mi cabeza comienza a hablar. trato de no escucharla tapo mi rostro con mis manos sintiendo mi respiración y mi corazón agitados, las manos me sudan y mi cuerpo tiembla de miedo.

— ¡Leo tienes que salir a matar, solo tú puedes limpiar esta horrible humanidad con lluvia de sangre, ellos no merecen vivir, ve Leo limpia la maldad del mundo.

Esa voz me habla una y otra vez en mi cabeza mientras la lluvia se hace más fuerte.

— Leo tienes que ir, ve Leo, ve. Leito.

Me levanto del piso mientras un fuerte trueno rompe el silencio, no pude con esta batalla, ya me había ganado una vez más, en ese momento no siento nada, no tengo ningún pensamiento, solo esa sed de sangre que me controla.

Salgo de mi habitación y voy a la calle en plena lluvia a buscar a mi próxima víctima, dentro del bolsillo de mi suéter llevo mi cuchillo preparado.

Esta noche la lluvia fría y triste volvió a despertar a este demonio, pobre de quien se cruze hoy en mi camino, pobre de ese desdichado ser que se atraviese delante de mí.

Gotas Carmesí #AstroWordsAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora