░ ࣪ 🌻.ꦿ𝑀𝑎𝑚𝑎́ 𝐿𝑢𝑐𝒉𝑜𝑛𝑎 ⿻ [EN EDICIÓN]

𝙲𝚊𝚙 ①

Cualquier omega en su situación hace mucho que se habría rendido. La mayoría de los omegas que pasan por lo mismo que Katsuki Bakugou se quitan la vida, abandonan a sus cachorros o se obligan a abortarlos, él era diferente.

Que el alfa con el que se había casado, le había marcado y dejado en cinta, le engañe con una omega más joven y abandone por esta era algo que claramente le había afectado, pero él no era de los que se deja vencer fácilmente. Si aquel hombre se negaba a ser parte de la vida de su hijo él se lo perdería, de igual forma aunque intentase volver ya no quería tener más a Kirishima Eijiro en su vida.

No tenía tiempo para llorar, faltaban pocos meses para que diera a luz y su cachorro le necesitaba lleno de fuerzas y ánimos para poder traerle al mundo sin inconvenientes. Era difícil, no mentiría, lidiar con el hecho de que su marca cada día le quemaba más mientras lentamente se borraba, con que las personas le señalaban y trataban como un omega defectuoso que había sido abandonado, con que nadie le daba su apoyo y se había quedado completamente solo, pero pronto dejaría de estarlo.

Pronto podría llenar su vida con las risas de su pequeño cachorro, pronto podría dedicarse por completo a él y olvidar todo el daño, podría volver a ser feliz y no necesitaba un alfa para ello. Los alfas no hacían más que traicionarlo y defraudarlo, incluso el alfa en quien más había confiado en su vida, a quien le había entregado todo le abandonó como si nunca hubiese tenido valor alguno.

Él no necesitaba otro alfa, con tener a su pequeño le bastaba... o al menos eso era lo que pensaba.

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Meses después el parto se dio a cabo sin complicaciones, justo como había pensado su vida ahora estaba demasiado centrada en darle toda su atención a su cachorro como para pensar en algún alfa. Menos aún cuando el mismo padre del pequeño no había dado señales de tener interés en conocerle desde su nacimiento.

Por ahora todo iba bien para él, tenía algunos ahorros que le habían estado ayudando los meses que tuvo que quedarse en casa para cuidar a su pequeño. Aunque lamentablemente ese dinero pronto se acabaría y debería empezar a trabajar de nuevo.

No le molestaba trabajar, a pesar de que no había terminado sus estudios había tenido múltiples trabajos durante toda su vida que le habían ayudado, pero ahora no era él solo, también debía ocuparse de su cachorro y el dinero no crecía en los árboles. El único problema era que nadie quiere contratar a un omega solitario que ni siquiera tiene a quien le cuide su hijo en casa.

Hikaru ya tenía 9 meses de edad y sus últimos ahorros habían finalmente desaparecido, si continuaba así no tendría nada que darle de comer el próximo mes. Odiaba la idea de tener que separarse de él y dejarlo en manos de algún extraño, pero no le quedó más opción.

Su vecina, Uraraka Ochako, una omega madre de tres pequeños y muy buena amiga, le recomendó una página de niñeras, según ella la ayudaron mucho durante el proceso de su embarazo cuando sus hijos aún eran pequeños. No había nada de malo en intentar él también, así que llamó al número que le indicaron y una señora le atendió asegurando que pronto le mandarían a alguien que se haga cargo, le dio su dirección y algunas horas después tocaron el timbre de su departamento.

Hikaru se encontraba jugando en el suelo así que aprovechó para abrir la puerta. Dentro de sus expectativas esperaba ver a una señora de avanzada edad o tal vez un omega joven, pero nunca esperó que frente a su puerta estuviese un alfa.

— Hola, mi nombre es Midorya Izuku... ¿Fue usted quien pidió una niñera? — Le habló el chico peliverde que al parecer no debía tener más de veinte años.

— Está equivocado... — Quiso cerrarle la puerta en la cara, pero el alfa puso un pie en el medio logrando detenerle aunque llevándose también un fuerte golpe que logró disimular a la perfección.

— ¿Usted es Katsuki Bakugou, verdad? Por favor no me rechace, soy practicante, necesito este trabajo y debido a que hay muy poco personal me mandaron a mí a hacerlo, tenga piedad. — Suplicaba el joven desde el otro lado de la puerta forcejeando para abrirla.

— Perdón, pero no quiero a un alfa en mi casa. — Respondió en un tono amargo continuando con el forcejeo para cerrar la puerta, entonces escuchó un sollozo y tras alzar la mirada vio como lágrimas se deslizaban por su rostro. — Tú... ¿Estás llorando?

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A pesar de que se había prometido nunca más interactuar con un alfa, ahí se encontraba él, sentado en su sala de estar tratando de consolar al alfa que acababa de conocer mientras lloraba.

— Ya, ya, perdón por haberte tratado mal. — Dijo algo apenado y le extendió una caja de pañuelos. — Ten, limpiate.

El omega le miraba fijamente durante todo el proceso teniendo a su pequeño sentado en su regazo, el cual extrañamente observaba con curiosidad al desconocido.

— G-Gracias... — Respondió entre sollozos y tras sacar algunos pañuelos sopló su nariz de forma sonora. — Por favor señor, he estudiado mucho para esto. — empezó a decir luego de calmarse un poco — Yo en verdad adoro a los niños, pero por ser alfa muchos omegas no me dejan cuidar de sus cachorros porque desconfían de mí, pero le juro que solo quiero hacer mi trabajo, tengo mucha pasión para ello, he estudiado y practicado mucho. Tengo 5 hermanos menores, ¿sabe? Tengo toda la experiencia necesaria, por favor, deme el trabajo.

Mientras hablaba el cenizo solo se limitaba a observarlo desconfiado, no confiaba en los alfas, pero este parecía estar siendo sincero. Además, tampoco tenía muchas opciones, pagar por otro servicio sería demasiado costoso y no tenía suficiente dinero para ello.

— Está bien... Estás contratado. — Dijo muy a su pesar y el rostro del joven se iluminó con una gran sonrisa.

- ¡Muchas gracias señor, no lo defraudaré!

<Lo dudo...>

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¡Holis, soy Poo! Espero les haya gustado el capítulo, pronto estaré publicando la continuación.
No duden en decirme sus opiniones en los comentarios.
Sin más que decir me despido, besitos. <3

Pd/ Esta historia fue publicada originalmente en mi página de Facebook.

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