𝙲𝚊𝚙 ①③

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MARATÓN 《2/4》

Los últimos tres días Bakugou había pedido un permiso especial en su trabajo para quedarse en casa, sus instintos le impedían alejarse de su pequeño, sentía que algo malo pasaría en cuanto se marchara, aún así sabía que su encierro no podía durar para siempre.

A pesar de que los servicios de niñero para los que Midorya fue contratado no eran del todo necesarios los últimos días puesto que el omega se encontraba en casa, y se negaba rotundamente a separarse de su cachorro, continuaba llendo diariamente a verle. Por nada del mundo iba a dejarle solo, sobre todo ahora que se veía tan vulnerable y esto era algo que Bakugou le agradecía.

— ¿Acaso tu plan es engordarme? — Preguntó el cenizo alzando una ceja cuando vio una nueva canasta de dulces sobre su mesa.

Adoraba que el alfa le lleve cosas que le gustan y tenga detalles tan tiernos con él, pero la verdad era que había empezado a aumentar unos cuantos kilos desde que empezó a hacerlo.

— Claro que no. — Respondió fingiendo estar ofendido y le envolvió entre sus brazos en un gesto cariñoso que ya se había vuelto normal entre ellos. — De igual forma, estoy seguro de que hasta gordito serías hermoso.

Aseguró y le dio un sonoro beso en la mejilla consiguiendo que el más bajo se sonroje. Aún no lograba acostumbrarse a tanto afecto, no había vuelto a pasar nada entre ellos luego de aquella noche, sus contactos se limitaban a caricias y besos fugaces, ninguno se sentía listo para dar ese paso todavía y debían de admitir que aún tenían miedo luego de los sucesos anteriores.

— Tonto... — Se quejó por lo bajo sintiendo sus mejillas arder y al alfa no le quedó más remedio que sonreír ante la tierna escena que le ofrecía su omega.

"Su omega" sabía bien que aún no lo era, pero desde ya algun tiempo pensaba en él como tal y no veía la hora de por fin decirlo a gritos para marcarlo como suyo.

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Esa tarde Midorya limpiaba la casa mientras Bakugou jugaba con Hikaru, en un inicio el mayor se negó a que este se encargue del aseo pero al final fueron inútiles sus quejas.

En lo que organizaba algunas ropas una tarjeta calló al suelo y tras recogerla reconoció de inmediato lo que era, el número de Kirishima.

Aún no se atrevía a preguntar sobre el tema desde lo sucedido, le parecía demasiado precipitado cuando el omega aún se encontraba alterado, pero ahora viéndole sonreír tan tranquilo sintió que era el mejor momento.

— Kacchan... — Llamó su atención usando el tierno apodo que le había terminado dando. — ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Acabas de hacerlo. — Rió pero al notar que el alfa se encontraba tenso le miró con preocupación antes de dar palmadas a su lado en el mueble indicándole que se siente. — ¿Qué sucede?

El peliverde se sentó en silencio, pensaba en cuál sería la mejor forma de abordar el tema hasta que finalmente tras un suspiro largo habló.

— Tal vez no tenga derecho a saberlo, desde hace mucho he evitado el tema porque no quiero dañarte al hablar de ello. — tomó entre sus manos las contrarias apretandolas con suavidad — pero necesito saber qué fue lo que ocurrió realmente con Kirishima, siento que aún no te conozco del todo y saber sobre ello tal vez me daría las respuestas que necesito.

Katsuki se tomó un tiempo para responder, se mantenía mirando fijamente el punto donde sus manos se unían hasta que finalmente tras un suspiro asintió antes de mirarlo a los ojos.

— Tienes razón, creo que sí debes saberlo todo... — Trató de sonreír aunque fue obvio para el menor que se trataba de una sonrisa forzada. — pero para que puedas entender debo contarte toda mi historia, desde el principio...

░ ࣪ 🌻.ꦿ𝑀𝑎𝑚𝑎́ 𝐿𝑢𝑐𝒉𝑜𝑛𝑎 ⿻ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora