CLEXA AU --MASS EFFECT 2 --

Capítulo 2.

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— La comandante Woods ha sido recuperada -informó Miranda al Hombre Ilusorio.

— Y... ¿El Proyecto Lázaro?...

— El Proyecto Lázaro se está desarrollando según lo previsto -aseguró ella.

— Bien. Lo dejo en tus manos, Miranda... Confío en ti -respondió Jack, dejándose caer de espaldas en el asiento reclinable frente a su escritorio.

Miranda hizo una mueca.

Sus peores temores se habían hecho realidad y aunque había trabajado duro para poder solucionarlo, la misión de recuperar a Lexa no estaba siendo tan sencilla.

La exposición al vacío del espacio había hecho algo más que herir a la comandante, necesitando reconstruir gran parte de su endoesqueleto con sofisticados y caros implantes de última generación, desde su columna vertebral hasta su sistema nervioso central.

Y, aunque de primeras, su organismo estaba tolerando los implantes y sus tejidos funcionales parecían estar adaptándose bien, no dando signos de rechazo, Miranda seguía teniendo algunas dudas sobre la viabilidad del proyecto. Pero al Hombre Ilusorio no parecía que le preocupase que no escatimara en recursos.

— ¿Alguna novedad sobre el ataque a la Normandía? -se interesó ella, evitando compartir sus temores con Jack, quien por su expresión no parecía haber tenido un buen día.

— Aún nada. Pero estoy apunto de averiguarlo. -resopló él cansado.

— Bien. Si me necesitas... Estaré en el laboratorio...

— ¡Ve! -la alentó él.

Miranda cortó la comunicación y se dirigió al laboratorio médico en el que prácticamente había vivido desde que Lexa llegase a la estación.

Se acercó a la mesa en la que la castaña permanecía inconsciente, conectada a varias máquinas de soporte vital avanzado, por ahora lo único que la mantenían con vida después de conseguir reanimar su corazón con éxito y mantenerlo en funcionamiento durante un largo periodo de tiempo.

Se detuvo frente a los monitores, tomándose unos unos minutos para observarla de cerca.

Levantó un poco las sábanas que cubrían su cuerpo desnudo, sin poder evitar detenerse en ciertas partes, sintiendo un poco de calor, antes de revisar sus heridas.

Éstas parecían estar sanando bien y tal vez más rápido de lo que lo harían en cualquier humano, aunque sin duda le dejarían unas buenas cicatrices. Sin embargo, su belleza no se había visto comprometida, despertando el interés personal de Miranda más allá de su interés científico.

Una alarma visual en el monitor a su derecha atrajo su mirada hacia ese lado.

— Algo va mal -advirtió, volviendo rápidamente su atención a Lexa.

Wilson, el jefe técnico del equipo médico, se acercó al monitor manifestando cierta molestia. La simple presencia de Miranda, aún cuando ella no decía nada, siempre cuestionaba todos sus procedimientos.

— Está reaccionando a estímulos externos -respondió el científico tras comprobar detenidamente los registros.

Miranda frunció el ceño, notando un leve movimiento ocular por debajo de los párpados cerrados de Lexa.

— ¿De qué diablos estás hablando?

— Creo que experimenta conciencia sobre el entorno. ¡Oh, Miranda. Dios mío! ¡Se está despertando! -exclamó Wilson sorprendido.