Me desperté demasiado confundido, demasiado. Mi cabeza dolía, al igual que mis muñecas por las esposas.
—¡Vaya, vaya! ¡El loco despertó! ¿¡Que dirás ahora, eh!?— el doctor de nombre raro aplaudió con una sonrisa.
—¡¿Que cajaros me hicieron?!
—¡Absolutamente nada! ¡Te desmayaste!
—¡No! ¡Maldito mentiroso!— grite tratando de safarme, pero apenas me había dado cuenta que estaba amarrado en mi cama con cadenas. —¡Ustedes me drogaron! ¡Lo recuerdo!
—¡Oh! ¡No, no, no! ¡Claro que no! ¡Lo soñaste, loco! ¡No te hemos tocado!— me apuntó.
—¡Desatame, estúpido!— le grite, aún tratando de safarme.
—¡Sabía que te pondrías así de loco! ¡Por eso te amarramos! ¡¿Que esperabas, Tom?!— carcajeo, acercándose a mi. —¡Soñaste estupideces! ¡Eso fue lo que pasó!
—¡No! ¡No estoy loco! ¡Juro que ustedes me inyectaron algo!— volví a gritar.
—Mmh, este día seré tu psquiatra, Tom— carcajeo. —Asi que, puedes decirme.
En eso recordé absolutamente todo. Cuando Bella se fue, me durmieron, drogaron o como sea.
—¡¿Dónde está Bella?!— trate de levantarme aún atado con cadenas. Pero el señor de nombre desconocido me detuvo.
—¡No, no, no!— nego. —¿Crees que regresará después de lo que le dijimos? ¡Hm, hm, hm!— volvió a negar.
—¿¡Que carajos le dijeron!?— me exalte. Comenze a patalear mientras le gritaba queme desatará.
—¡No lo sé! ¡Muuuuuchas cosas!— carcajeo. —¡Te pondremos la camisa de fuerza si no te pones en paz!
—¡Ponme la camisa de fuerza si tantos huevos tienes, estúpido!
—¡No le retes, Kaulitz!— me apunto. —Mejor, ponte en paz y prepárate por qué llegará tu psiquiatra.
—¡Quítame las jodidas cadenas!
—¡Nah! ¡Te vez muuuuuuuy bien así!— hablo de nuevo. Lo odio.
—¡Cállate, maldito estúpido! ¡Muérete!— empeze a insultarlo en mil idiomas. Tenía muchísimas ganas de golpearlo. —¡Espera! ¡¿Vendrá Bella?!
—¡No!— grito. —De hecho, ya le pedí una cita. Tu psiquiatra el muuuuuuuy linda, y yo también. Así que, probablemente está sea tu última sesión con ella por qué ¡sera mi novia!
¡¿Novia?! ¡Porfavor! ¡Casi me hace reír! ¡¿Lindo?! ¡Tiene cara de perro! En cambio yo, soy mucho más lindo. ¡Hasta ella me lo dijo!
Juro que estaba apunto de insultarlo, pero llegó Bella. El señor de nombre raro abrió la puerta, ahí estaba mi chica, sonriente como siempre.
Bella transmitía unas buenas vibras, era amable, linda, guapa. Simplemente era como mi tipo ideal.
El doctor se retiró de la habitación y Bella se sorprendió al verme encadenado a mi cama.
—¿Hola, Tom?
-—Ah, hola, Bella— hable con una sonrisa. Estaba feliz de verla de nuevo, me sentía yo. ¿Se entiende?
—¿Por qué estás así?
—¡No tengo ni la menor idea! ¡Me amarraron!— la chica se sentó a mi lado.
—¿Que hiciste, Tom?— pregunto viendo mis muñecas rojas.
—¡Nada! ¡Te fuiste y me inyectaron algo!— me desesperé. —Dicen que no es cierto, pero yo creo que es cierto.
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𝗟𝗢𝗖𝗢 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.
FanfictionEn un hospital psiquiátrico en Hamburgo, la fama y la fragilidad se encuentran. 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇, atrapado en su mente, y 𝗕𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗲𝘁𝘁, una pasante de psiquiatría con un corazón compasivo, se unen en un viaje hacia la sanación y el...