𝑪. 𝟾.

3.2K 217 111
                                    

—¡¡BELLA, CARAJO!! ¡¡ESTOY NERVIOSO, ESPERA!!— Tom apretó mis manos con fuerza. —¡Espera, espera!

¿Que había pasado? Bueno, casi de todo...

Ni si quiera había pasado un día que salió del hospital, y ya quería perforarse el labio.

Está desmasiado nervioso, sus manos estaban sudando, pero el niño quería perforarse, eh.

—¡¡AH, AH, ESPERAA!!— apretó mis manos aún más, cerrando sus ojos con fuerza. —Ay, no me dolió.

¿Exagerado? No para nada.

—¡¡AY, BELLA, ES QUE YO NO SE COMO AGARRAR EL VOLANTE!! ¿¡COMO SE HACE!?

—¡¡AGARRA EL PUTO VOLANTE!!— ahora el niño quería que lo enseñará a manejar, pero tenía miedo y según el, tenía pena.

No quería desperdiciar su tiempo fuera del hospital, aún que nunca volverá (creo)

—¿Ya viste lo bien que me veo con mi piercing? ¡UF!

—¡Ay, que egocéntrico!

—¿Me veo guapo?

—Ajá.

—Me veo bien guapo, ¿verdad?

—Si.

—A ver, dilo.

—Te vez bien.

—Ajá, ¿y que más?

—Te vez bien.

—¡Pero, dilo!

Más egocéntrico que el no se podía.

—Te vez guapo, ¡ya! ¿¡contento!? ¡¡ENCIENDE EL JODIDO AUTO!!

—Ay, gruñoncita— por fin encendió el auto, después de OBLIGARME a decirle que se veía guapo. Se veía exelente, no lo negare. —¿Ahora que hago?

—¡¡AYÑ!!, ¡pues manejar, Tom!

—¿Y si choco?

—¡Me pagarás el auto!

—¿Cómo avanzo?

—Mira, ese es el...- ¡¡ESPERA, FRENA!!

—¿¡COMO MIERDA FRENO!? ¡¡NOS VAMOS A MORIR!!— apenas avanzó el auto, y sus manos ya no estaban en el volante.

—¡¡VAMOS A CHOCAR, ESTÚPIDO!! ¡¡FRENA ALLÍ!!

—¡¡ME DA MIEDO FRENAR!!

—¡¡FRENA, TOM!! ¡¡MIERDA!!

—¡¡VAMOS A CHOCAR CON ESE ARBOL!!

—¡¡FRENA, MALDITA SEA!!— y freno el auto antes de que chocaramos con el árbol.

—¡Estamos vivos!— celebro.

—¡Vas a manejar bien! ¡Estúpido!

—Uy, ¿estás de mal humor?

—¡¡CASI CHOCAMOS, TOM!!— mire mi reloj. —¡¡Y YA VAS TARDE A TU PRIMER ENSAYO!!

—Eso puede esperar— avanzo el auto de nuevo. Tan caros que están los ataúdes. —¡¿AHORA QUE HAGO?!

—¡Hacia el otro lado!— sorprendentemente pudo dar la vuelta con facilidad.

Si chocamos, será culpa de Tom.

—¡¡AY, VERGA, NO ME SE EL CAMINO!!

—¡¡IDIOTA!!

Por suerte, los dos llegamos con vida a su primer ensayo en el que iba tarde por una hora, y lo peor es que a él le valía verga lo tarde que iba.

𝗟𝗢𝗖𝗢 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora