Había ya pasado una semana y media desde el incidente en las aguas termales. Saitou-san se siente mucho mejor y ya es capaz de realizar las cosas que hacia habitualmente. No se ha sabido nada de los Oni y Kazama... En cuanto a mi... Ya estoy superando la vergüenza que sufrí aquel día.
- Oye Hajime-kun... ¿Has tenido contacto con los superiores? - dijo Okita-san.
- No... Te lo habría dicho de ser así... - dijo Saitou-san molesto.
- Ya no aguanto, ¿¡hasta cuándo tendremos que estar aquí!? ¿¡Estas seguro de que podremos algún día volver a contactarlos!? - dijo Okita-san.
- Saitou-san... - Interrumpí. - ¿Cómo se comunican con los superiores? -
- Por medio de nuestra mente percibimos lo que nos quieren comunicar y pensamos lo que queremos decir. Pero, últimamente estoy siendo distorsionado... No recibo respuestas de los superiores... - dijo Saitou-san.
- ¿Okita-san no puede comunicarse con ellos también? - pregunté.
- Hitomi-chan, esta es una virtud que nos prestan los superiores exclusivamente para estas misiones. Souji y yo hemos sido un equipo durante muchos años y siempre me han dado esta virtud a mí, supongo que porque soy más maduro y dispuesto al diálogo que aquel tipo. - contestó Saitou-san burlándose de Okita-san.
- Cuidado con lo que dices, te lo dan a ti porque eres alguien fácil de lidiar. - dijo Okita-san en tono desafiante.
- ¡Bueno! Y... ¿Qué haremos ahora? - pregunté cortando la discusión.
- Mmm... Hitomi-chan, tendrás que seguir faltando a clases, es peligroso que alguien del clan Oni te descubra y sepan quienes son tus influencias. - contestó Saitou-san.
- ¿Y qué esperas que hagamos en todo este tiempo? ¡No podemos quedarnos aquí esperando a que tu cabezota agarre señal! ¡Para eso Hitomi y yo ya estaremos muertos! - contestó ferozmente Okita-san.
- Okita-san, por favor, tranquilo, no seas negativo... Te aseguro que Saitou-san podrá comunicarse con los superiores mas pronto de lo que crees... - le dije tratando de tranquilizarlo y hasta convencerme a mí misma de eso.
- No lo entiendes Hitomi... ¡si en realidad quisieran comunicarse con nosotros y les importáramos ya hubiera mandado ayuda o a alguien para rescatarnos! Crees saberlo todo, ¡pero en realidad no es así! - dijo Okita-san gritando furiosamente.
- ¡YA BASTA! - grité llorando, dándole una cachetada a Okita-san. - ¡YA BASTA! - le volví a decir. - ¿¡TU CREES QUE NO ES DIFÍCIL PARA MI AFRONTAR TODO ESTO!? ¿¡QUE DOS EXTRAÑOS LLEGUEN A MI VIDA TRATANDO DE CONVENCERME EN QUE SOY ALGUIEN TOTALMENTE DIFERENTE A LA QUE CREÍA SER!? ¿¡SER PERSEGUIDA POR LOS ONI!? Y ¿¡SALEN CON QUE MIS PAPAS NO ERAN HUMANOS!? ¿¡QUE NO PERTENEZCO A ESTE MUNDO!? ¿¡NO PODER VOLVER A MI CASA!? ¿¡TU CREES QUE NO ES DIFÍCIL AFRONTAR TODO ESO!? ¡ESTOY CANSADA DE USTEDES! - grité y salí corriendo del departamento llorando.
Estaba cansada de todo... Simplemente no aguantaba más, ¿qué iba a ser de mi?
Corrí lo más lejos posible del departamento con las manos en mis ojos tratando de secar mis lágrimas. Y de pronto, choqué con alguien.- ¿Oh? ¡Lo siento mucho! - dije apenada, tratando de esconder de él mi rostro lleno de lágrimas.
- ¿Mmm? Jajaja, no te preocupes, estoy bien. - dijo. - ¿Por qué llorabas? Si se puede saber... - preguntó secándome las lágrimas con las mangas de su sudadera. Lo miré de cerca, era un muchacho de ojos morados, cabello negro y tez blanca... ¡Al igual que yo! ¿Coincidencia? No tenía idea... Debo admitir que era un muchacho apuesto. - No es nada... Realmente lo lamento... - dije apenada.
- No hace falta... Pero... si realmente lo lamentas, ¿que tal si me invitas un café y vamos a caminar algún otro día? así podríamos conocernos... - dijo en un tono dulce.
- Mmm - Asintí. - ¡Intercambiemos números celulares! Así podrás llamarme para cuando tengas tiempo. - dije.
Luego de que nos pasáramos nuestros números nos despedimos.
- ¡Heeeeeey! ¡Esperaaaaaa! ¡No sé tu nombre! - le pregunte gritando, tratando de alcanzarlo.
- ¡Soy Kaoru! - dijo, mostrando a la luz una sonrisa grande y desapareciendo entre la multitud de gente.
- K-Kaoru... Arigato. - dije en voz baja.
- ¿Con quién hablas? Loca... - dijo Okita-san quien apareció detrás de mi.
- ¿Qué quieres? - le pregunté avergonzada y un tanto molesta.
- Bueno... En realidad... Quería... Disculparme. No he tomado en cuenta por lo mucho que has pasado Hitomi, apuesto a que debe de ser realmente difícil para ti lidiar con todo esto... y con nosotros. - dijo Okita-san, con la vista volteando a otro lado menos a mis ojos y un poco sonrojado.
- ¿Quién eres y qué hiciste con Okita-san? - le dije sarcásticamente.
- Déjame ¿quieres? Hajime-kun me obligó a disculparme contigo y a traerte de regreso, así que no lo hagas difícil. - dijo elevando un poco la voz.
- Jajaja. - Me reí.
- En serio lo lamento. - dijo Okita-san dándome un beso en la frente.
- ¡Waaaaaaaaa! ¿¡Qué rayos crees que haces!? - dije gritando.
- Jajaja, ahora soy yo el que ríe, deberías de verte, ¡estas roja como un tomate! - dijo Okita-san burlándose de mi.
Me sentía avergonzada, muy muy avergonzada, no sabia que decir o hacer...
- Vamos a casa. - me susurró Okita-san en la oreja, tomando mi mano.
- Mmm. - Asintí, un poco molesta y avergonzada.
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Hitomi
FanfictionLos padres de Hitomi murieron en un accidente automovilístico por lo cual ella tiene que ingeniárselas para mantenerse sola. Luego de tres años, Hitomi tiene una rara pesadilla en la que es perseguida por unos malhechores y salvada por un muchacho...