Capítulo 25: Verdad sobre Kotaro-kun

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- Creo que... - dije un poco nerviosa y sonrojada. - ... ¡También me gustas! - le dije sonrojada y mirándolo a los ojos.

- Jajajaja.... JAJAJAJAJAJA... - se rió Kotaro-kun como si se estuviera burlando de mi.

No entiendo, ¿qué pasa? ¿Por qué se ríe? ¿Qué le pasa?

- Pobre Hitomi-chan... Que ingenua eres... Tan fácil de manipular... - dijo Kotaro-kun burlándose de mi.

Los ojos de Kotaro-kun cambiaron, daban miedo ahora... Era alguien totalmente diferente al que yo conocía. ¿Qué pasa? ¿Por qué dice eso?

- ... No te has dado cuenta... De que has mordido el anzuelo desde que te conocí... - dijo riéndose y sacando una katana de su boca. Era algo repugnante, esa maniobra... Era de Kaoru...

- Tu... ¿Quién eres? - le pregunté asustada y confundida.

De pronto sale Kaoru, aventándose desde el techo de una casa, cayendo parado al igual que un gato, en frente de mi.

- ¿¡Kaoru!? - pregunté sorprendida y dando dos pasos hacia atrás.

- Kotaro-kun... No me digas que... - dije siendo interrumpida por Kotaro-kun.

- Sí. Yo trabajo para Kaoru-sama. Y ahora, te mataremos. - dijo Kotaro-kun formando una sonrisa malévola en su rostro y apuntándome con su katana junto a Kaoru.

- ¿Qué? - me pregunté en voz baja. ¿Por qué Kotaro-kun hizo algo así?

- JAJAJAJA, todavía no analizas lo que sucede, ¿Hitomi? Fingí ser tu amigo, para tener una oportunidad como esta de matarte y atraerte hacia aquí. - dijo amenazándome con su katana y acercándose a mi.

- Kotaro-kun... - susurré, derramando unas lágrimas.

Kaoru se acercaba a mi. Me tomó del cuello y me levantó.

- No tienes idea de lo que ansío matarte... - dijo Kaoru estrangulándome. - Hacerte sufrir, igual que yo lo hice... - dijo.

Yo trataba de quitar sus manos de mi cuello. No podía respirar más. Él era fuerte. Kotaro-kun se quedó atrás viendo el espectáculo.
De pronto, cuando no aguantaba más, algo pateó a Kaoru que hizo que se estrellara contra la pared, soltándome a mi.
Era Okita-san. Él empezó a golpear con sus propios puños a Kaoru en su cara. Kotaro-kun puso su katana en su espalda, amenazándolo de que dejara en paz a Kaoru, en eso, el cabello de Okita-san y sus ojos cambiaron de color, algo en él cambió, sus poderes, despertaron en él otra vez. Okita-san hizo un movimiento rápido pateando la katana de Kotaro-kun, dejándolo sin arma alguna. Yo me encontraba invada en el piso, tratando de recuperarme, tosía mucho.
De pronto, el cabello y ojos de Kaoru cambiaron de color, al igual que a Okita-san.

- Vaya, vaya, veo que has despertado tus poderes. - dijo Kaoru tratando de ponerse de pie y sacando su katana de su boca.

- Tsk. Veo que tu has hecho un amigo, así que no eres tan solitario como creía. - dijo Okita-san burlándose de Kaoru y observando a Kotaro-kun.

- No se hable más. Que el juego empiece. - dijo Kaoru corriendo hacia Okita-san con su katana.

Okita-san sacó su katana también, pero la pelea normal de entre katanas ahora era algo diferente, las katanas emitían rayos. Si te toca la katana te electrocuta.
Kotaro-kun se acercó a mi y me agarró sujetándome las manos y pies con unas vendas para que no escapara. Trataba de golpearlo pero era inútil. Traté de despertar mis poderes pero nada.

- ¡Okita-san! - le grité tratando de golpear a Kotaro. En eso, Kotaro me vendó la boca para que no pudiera hablar.

Okita-san y Kaoru se encontraban peleando. Yo no podía hacer nada... Kotaro estaba viendo el show y que Kaoru llevara la delantera, sino para ir a pelear también.
Estaba tan enojada conmigo misma por creer en alguien como él. ¿Cómo pude hacerme amigo de alguien tan estúpido como él? ¿Por qué? ¿Por qué no lo supuse? ¿¡Por qué me tenía que enamorar de alguien así!? ¿¡Por qué!?
Entonces, en ese instante, mi cabello y ojos cambiaron de color y unas llamas azules aparecieron del piso y de mi cuerpo quemando las vendas que me retenían. Me puse de pie. Estaba molesta, solo quería matar a Kotaro y detener a Kaoru para explicarle todo, que ha sido engañado.

Levante mi brazo y abrí mi mano en dirección a Kotaro, y salieron una llamas azules de mi mano dirigiéndose a él. No sabía cómo podía hacer esto, supongo que era instinto y deseos de matar. Kotaro los esquivo, era de esperarse... Pero no me rendiría aquí, a penas iniciaba.
De pronto, unos rayos brotaron de mi cuerpo, y no se como pero hice que se dirigiera a Kotaro viajando desde el suelo cuarteando todo el pavimento de la calle. Kotaro lo esquivo saltando a otro lugar seguro. Debo de matarlo, definitivamente.
Okita-san y Kaoru se encontraban peleando todavía, pero, observaba que Okita-san me miraba, aun que sea por pequeños vistazos, él me miraba, lo sentía.

- Qué inútil eres, Hitomi. Veo que tal vez te subestimé un poco pero, sigues siendo una tonta inútil. - dijo Kotaro corriendo hacia mi a punto de enterrarme su katana.

Mi cuerpo se paralizó otra vez, ¿qué hago ahora? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? Ya viene. Me matará. Ya muévete Hitomi, cobarde.

En eso, Okita-san se atraviesa a propósito, siendo herido por la Katana de Kotaro.

- ¡Okita-san! - le grité llorado. Él cayó al piso desangrándose. Había sido herido en el estómago.

- JAJAJAJAJAJA, vaya, que ridículo. Arriesgar tu vida... ¿Por alguien como ella? ¿Por qué? - dijo Kaoru burlándose de Okita-san.

Después de eso, perdí el control. Algo en mi se apoderó de la mitad de mi voluntad. No podía hacer nada, hacía lo que quería. Estaba tan enojada que no podía controlarme. Lancé un grito ahogado al aire dejando un poco aterrado por lo menos a Kotaro. En eso, corrí hacía Kotaro rápidamente que no pudo ni esquivar mi movimiento. Lo toqué, puse mi majo en su hombro y entonces, lo electrocuté y luego de solo unos segundos lancé mis llamas azules asegurándome de que estuviera muerto.

- Mmmm, Hitomi, que ruda has sido con el novato. - dijo Kaoru algo serio.

- Kaoru... Por favor... No me hagas hacer algo que no... - dije siendo interrumpida repentinamente por él.

- ... ¿Algo que no quieres hacer? - dijo terminado lo que iba a decir. - hazlo Hitomi, mátame... Si puedes... - dijo corriendo hacia mí con su katana.

HitomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora