17 - Tercera lección: déjate llevar

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NICK

Sólo había algo que me gustara más que un penalti en el minuto noventa; el sabor del helado de chocolate de mi heladería favorita... viniendo directamente de la boca de Taylor. Todavía se me hacía raro llamarlo por su nombre, pero después de todo lo que estábamos haciendo, seguir llamándolo por su apellido me parecía aún más extraño.

Íbamos directos a mi habitación pero no conté con algo; el puto salón a doble altura. Mi tobillo hizo un giro imposible sobre sí mismo y caí muerto de dolor segundos más tarde.

- ¡Me cago en mi puta calavera!

La erección desapareció por razones obvias mientras yo luchaba seriamente por no ponerme a llorar de dolor. Taylor tiró a la basura lo que quedaba del helado y vino corriendo hacia mí con el rostro preocupado.

Joder, la liga... otra vez no.
Este año no.

- Vayamos al médico - dijo Taylor de inmediato mientras intentaba ponerme de pie.

- No es nada - intenté calmarme.

- Eso que lo decida el médico. Venga, apóyate en mí.

Si de algo me había servido conocer a Taylor estos meses era para saber que cuando se ponía así, no había forma de hacerle cambiar de opinión. Le di las llaves de mi coche y le indiqué dónde quedaba el hospital más cercano. Como pensaba, nos quedaríamos allí varias horas, yéndose a la absoluta mierda mis planes para esa tarde.

Con el cuidado que lo había organizado todo..

Se me había ocurrido ir allí para descansar y tener algo de intimidad con Taylor en ya que en casa con Pez se hacía difícil. Y de paso, intentar... llegar al siguiente nivel.

- Nicholas Galitzine - tres horas y media después por fin dijeron mi nombre por megafonía.

Me habían sentado en una silla de ruedas de lo más innecesarias pero de la que no podía despegarme hasta que saliera de las puertas del hospital por protocolo. Si ya era vergonzosa en si la situación, que además Taylor tuviese que tirar de la silla para hacerme llegar a la consulta, se llevaba la puta guinda del pastel.

- Adelante.

La médica no tendría más de cuarenta años y parecía simpática. Nos indicó a ambos que tomáramos asiento mientras miraba con detenimiento la radiografía de mi pie.

Que no esté roto.
Que no esté roto.
Que no esté roto.

Eso era en lo único que yo podía pensar.

- No parece que haya nada roto, Nicholas. Voy a examinarte por si fuese un esguince, ¿vale?

Abandonó su lugar tras el escritorio y la mujer vino hacia mí. Mi mirada iba de mi pie, que iba hinchándose por minutos, hacia Taylor en bucle una y otra vez.
Decir que yo estaba asustado era quedarse corto.

Estaba cagado a otro nivel.

- ¿Te duele aquí? - negué con la cabeza - ¿y aquí? - volví a negar.

Taylor mordía sus uñas esperando a mi lado, estaba tan nervioso como yo.

-No parece que sea un esguince, sólo una torcedura. Ten reposo estos días, baños de frío y calor en el pie y ten estos antiinflamatorios. Te harán bien.

ONLY RIVALS // TAYNICK // TAYLOR ZAKHAR Y NICK GALITZINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora