Capítulo 7

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Habían pasado tres días desde que el chico que salvó había escapado del hospital y Fugaku no hacía más que pensar en él.

Incluso por las noches llegó a tener sueños en donde se veía compartiendo momentos con el joven.

Desde ir a un parque hasta simplemente compartir besos recostados en el sillón de su casa.

—Debo estar perdiendo la cabeza —se dijo a sí mismo. No le causaba gracia estar en la oficina pensando en eso.

Itachi entró en la oficina y lo miró preocupado.

—¿Qué sucede? —le preguntó sentándose en el asiento frente al escritorio de su padre.

—Hay un asunto que no deja de dar vueltas por mí cabeza estos días —dijo sin rodeos. Sabía que Itachi en ciertas ocasiones podía ser un buen consejero, con eso en mente pensaba que tal vez pudiera ayudarle.

—¿Puedo saber de qué se trata? —preguntó interesado en lo que pudiera tener de ese modo a su padre.

—Es… —se detuvo antes de seguir, no sabía si sería conveniente contarle a su hijo acerca de tal preocupación sin embargo si no se lo decía no podía obtener una solución exacta. Aún así omitiría ciertas cosas— Hace unos días cuando salí del trabajo me encontré con un joven herido —empezó a decir recostandose contra el respaldo de su asiento y mirando hacia el techo—, lo llevé al hospital, más tarde pensé en ir a verlo para saber cómo estaba pero me enteré que se fue. Solo quería saber si estaba bien.

Itachi levantó una ceja, se esperaba un problema mayor, no eso. Fue inesperado.

Esto solo era una simple situación de su padre preocupándose por un desconocido al que posiblemente no volviese a ver.

—Lo mejor es que dejes de pensar en ello, si estuviese mal no se habría ido —dijo sin saber qué más decir además de notar cómo el ceño de su padre se fruncía, seguramente no le gustó su respuesta—, ¿Hay algo más acaso? —preguntó con curiosidad.

—No —respondió Fugaku. No podía esperar una buena respuesta con la poca información que le dió.

—No te preocupes, seguramente tendrá alguien que se preocupe por él, no sobre pienses las cosas —agregó Itachi al verle masajear su frente—, en todo caso quería pedirte un favor.

—¿Qué es? —preguntó Fugaku deteniendo el masaje y prestando atención.

—Ya que te veo tan preocupado por un desconocido me gustaría que te tomes la molestia de preocuparte también por los que conoces —pidió intentando no sonar prepotente ni irrespetuoso.

—¿Lo dices por tu madre? —le preguntó ya que creyó que tal vez sus hijos estaban notando la distancia que había entre ellos a medida que pasaban los días.

—¿Eh? No —respondió dudoso—, lo decía por tu ex empleado; Deidara.

—Ah… ¿Qué hay con él?

—Me lo encontré y estaba mal por como lo trataste —le contó cambiando un poco la versión de las cosas—, ¿Podrías disculparte con él?

—Uhm, está bien —dijo sin pensarlo mucho ya que su mente seguía en otro lado.

Itachi quién se estaba preparando mentalmente para recriminarle se vió sorprendido ante su respuesta.

—Gracias, lo traeré mañana —le dijo. No pensaba preguntarle “¿En serio?” Ya que creía que si lo hacía su padre se echaría para atrás. Se levantó de su asiento pero otra idea cruzó su mente—, ¿Podrías contratarlo nuevamente?

Fugaku lo miró serio.

—Tampoco pidas tanto —le dijo dándose cuenta de que había cedido a algo que él nunca hacía, pero ya no podía negarse ya que una vez que daba su palabra debía cumplirla.

Inmaduro [FugaNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora