Inmaduro [FugaNaru]

Capítulo 8

Orochimaru había perdido pero no parecía importarle, cosa que llamó la atención de Sasori.

Su equipo médico se encargó de tratar a Naruto descubriendo que ciertamente al momento de pelear estaba dopado y no solo eso sino que no estaba en condiciones de luchar ya que se encontraba herido.

—No te preocupes —le dijo Sasori—, una vez que salgamos de aquí serás libre.

Fugaku sintió una gran preocupación al ver al rubio caer al recibir tremenda paliza. Intentó con discreción llamar a Kakashi pero no lo logró por lo tanto tomó la apresurada decisión de seguir a los que se llevaron a Naruto.

No quería perderlo de vista nuevamente, no con aquel sentimiento desconocido que invadía su interior al pensar en él, por lo tanto apresurandose antes de que sea demasiado tarde siguió a los que se lo llevaban llegando así a una mansión muy llamativa.

Sasori quién había sido informado ordenó que le dejarán pasar para averiguar qué tramaba.

Fugaku aunque sintió que estaba yendo hacia una muerte segura no se detuvo hasta llegar frente a las puertas de la mansión y para luego bajar de su vehículo siendo recibido por nadie más ni menos que el mismísimo Sasori.

—¿Qué buscas? —le preguntó el pelirrojo.

—Naruto… ¿Está bien? —preguntó sin rodeos.

Sasori lo escaneó con la mirada, sin duda Fugaku se veía como alguien importante y también prudente, no se veía como alguien que fuera a un tipo de evento como el que pasó sin embargo para que pregunte era más que obvio que había asistido y sobretodo visto la pelea.

—¿Quién eres? ¿Lo conoces? —hasta dónde había alcanzado a investigar, sabía que el rubio solo tenía dos familiares. Uno de ellos era Karin a quien le importaba poco y nada lo que pase con el rubio.

—Yo, no —se sinceró—. Solo me preocupaba su estado. Simplemente eso.

—Él estará bien, puedes retirarte —le dijo haciéndole señas a sus guardias para que se aseguren de que se vaya del lugar.

Sasori recibió una llamada por lo cual atendió al darse cuenta que se trataba de Orochimaru.

—¿Qué quieres?

—Te llamaba porque olvidé contarte un pequeño detalle acerca de Naruto —le dijo con voz cantarina—, resulta que según sus estudios médicos es un chico que puede embarazarse.

Sasori frunció el ceño.

—¿De qué estás hablando?

—¿Qué crees que pasará si ésta noticia sale a la luz?

—¿Qué pretendes lograr con esto?

—Es simple, me das la casa de apuestas o me devuelves a mí luchador sino esta información podría caer en las manos equivocadas —amenazó.

—Me causa gracia tu atrevimiento, sin embargo no estamos a la misma altura Orochimaru —advirtió—, no sabes a lo que soy capaz de llegar si te metes conmigo o algo que me pertenece. Así que por tu propio bien te recomiendo que te deshagas de esos supuestos estudios y no vuelvas a llamarme.

Sin esperar contestación alguna cortó la llamada y fue directo al cuarto en donde habían llevado al rubio para tratarlo.

—Necesito que le hagan un estudio completo —le dijo al médico quién asintió.

Sasori se acercó a la camilla y observó cómo el rubio dormía plácidamente, iba a acariciar su cabello pero detuvo su mano a unos centímetros de su cabeza para luego abandonar la habitación.