—¿Qué está haciendo?
Bien.
Eso es lo que él mismo debería de haberse preguntado ni bien llegó hasta allí.
¿Qué lo impulsó a tomar ese rumbo?
Ciertamente no lo sabía.
Cuando dejó la comisaría tuvo que tomar un taxi para ir al hospital ya que no podía dejar su vehículo allí, al siguiente día tendría que ir a trabajar y no iba a rebajarse a viajar en algún transporte público.
Lo que no vió venir fue que ni bien puso un pie en las instalaciones luego de haber pagado el taxi y que este se marchara fue que en vez de dirigirse hacia el estacionamiento del hospital se adentró a este.
Las pocas personas que habían allí poco y nada hicieron por prestarle atención y él a paso tranquilo se dirigió hacia donde sus pies lo guiaban.
Y ahí se encontraba ahora, curiosamente frente a la cama en donde el chico que había encontrado ahora se encontraba durmiendo a su parecer pacíficamente.
—Usted no puede estar aquí —le dijo la enfermera acercándose al Uchiha.
Fugaku asintió sin dejar de mirar al joven quién se encontraba durmiendo tan tranquilamente o mejor dicho inconsciente.
«Si solo estuviese durmiendo ya se hubiese despertado por la gran boca que tiene esta mujer —pensó.»
—Venga mañana a la mañana, tiene de las ocho a doce del mediodía —dijo la mujer casi empujándolo fuera de la habitación.
—¿Disculpe?
—Ese es el horario de visita —le aclaró— ¿Acaso no es por eso que está aquí? —le miró con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—¿Eh? Si, si —asintió—, gracias.
«¿Qué fue eso? —pensó por su actuar y por su inusual torpeza al hablar— Necesito dormir, es eso.»
Desconcertado, así viajó de regreso a su hogar.
No sabía que lo llevó a ver nuevamente a aquel joven y menos el porqué de su para nada normal forma de expresarse frente a la enfermera.
—No volverá a ocurrir —decidió.
Claro que no.
Mañana volvería a su rutina y la vida seguiría como si nada, como si aquel suceso nunca hubiese tenido parte en su vida.
Lástima que nadie se olvida tan fácil de la persona a la que ayudó.
Ya sea por el motivo de querer ser reconocido por el acto hacia tal persona o tal vez la necesidad de recibir un agradecimiento.
Podría también ser algo más allá de eso, como el sentimiento de querer saber más de aquel desconocido, saber si luego de ser rescatado no volvería a caer.
¿Caridad?
¿Empatía?
¿Lástima tal vez?
Alguno de estos motivos o tal vez todos ellos le llevarían aunque no tenga momentáneamente la intención de volver a ir solo para verle.
Había llegado en horas de la madrugada a su casa.
Se sintió un poco mal al ver a su esposa dormida en el sillón.
Aunque él no le había pedido que le esperara.
Sin tener ganas de moverla de su lugar en el que parecía estar cómoda él subió hasta el dormitorio y bajó con una manta en manos con la cual la tapó y se quedó de pie frente a ella observándola.
Se sintió mal cuando un pensamiento cruzó su mente y dió vueltas alrededor de este por unos segundos.
«¿Por qué no siento lo que antes cuando la veía? —se preguntó Fugaku.»
Mikoto era una mujer bella, siempre lo fue y aunque ahora no era lo mismo que cuando era joven aún así la edad en vez de afectarle parecía como si le hubiese favorecido.
Ella era espléndida, hermosa y bella.
Un montón de palabras más habrían para describirla pero con todo eso y agregándole que esa mujer frente a él además de ser su esposa era madre de sus hijos no le causaba ni el más mínimo impacto que antes lo hacía.
Ya no sentía ese extraño sentimiento de apego, de saberse dueño de tal sentimiento.
Sabía que los demás y aún su propia familia lo veían como alguien frío y sin sentimientos pero la verdad no era así.
Él amaba y deseaba como cualquier otra persona.
Ahora que no lo demostrara a cada rato era otra cosa.
Sabía que tal vez no fue muy afectuoso ni siquiera con sus hijos pero 'de tal palo tal astilla' suelen decir y ese dicho va con él.
Su padre tampoco fue afectuoso con él y no por eso llegó a odiarlo.
Es más le tenía tal respeto que no podía siquiera soportar oír que alguien hable mal de él aún cuando este hace ya dos años atrás que había fallecido.
Dejó las cavilaciones y se volvió hacia su habitación en dónde se acostó a dormir.
Mikoto quien había sentido la pesada mirada sobre ella ya que sólo había estado fingiendo dormir, frunció el ceño.
Su esposo aunque fue considerado en taparle ella esperaba otra acción.
¿Tanto le costaba llevarla en brazos a la habitación o al menos despertarla para ir juntos a la cama?
Nota:
Hola, espero de todo corazón que les esté gustando.
Si encuentran algún error no duden en avisarme.
¡Gracias por leer! ❤️
Si les va gustando lo que van leyendo hasta ahora háganmelo saber dejando sus comentarios y estrellas. ❤️
ESTÁS LEYENDO
Inmaduro [FugaNaru]
FanfictionFugaku sabía que estaba mal meterse con un chico que era al menos veinte años menor que él. Un joven inmaduro de dieciocho años que busca pleitos y es muy desordenado. Aún así a pesar de todo eso no le impidió estar con él, porque él como Uchiha obt...