Capítulo 5

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Las melodías salían de las cuerdas de la guitarra del pelinegro, su voz también acompañaba a estas, era una canción triste, tranquila con recuerdos flotando en el aire, pero tampoco dejaba de ser una obra de arte para Yoongi.

Él tenía los ojos cerrados para disfrutar de cada verso y su significado, identificándose con la canción que estaba interpretando esa mañana, de igual manera, salieron a flote los sentimientos del azabache con facilidad, porque se encontraba solo. Jungkook lo llamó pidiéndole permiso para llegar unas horas tardes porque tenía un asunto personal que resolver, cosas del pelinegro que no le correspondía saber a Yoongi, así que como buen jefe y amigo, accedió.

Recapitulando, la canción terminó con su voz disminuyendo desde donde estaba sentado, en el fondo de la librería aprovechando que el día estaba muy tranquilo, finalizó con un susurro:

¿Dónde estás? ¿Eres feliz ahora?

Tenía en cuenta las palabras de su hermana y de su mejor amigo, pero aun así le dolía como si hubiera sido ayer, tal vez... Tal vez debía dejarlo ir, enamorarse otra vez ¿O tal vez no? ¿Por qué volver a sufrir por amor? No estaba dispuesto a repetir la historia, tampoco quería lastimar a alguien más.

La campanilla del local tintineó avisando que alguien había ingresado, de inmediato se limpió las mejillas y dejando la guitarra lo más escondida posible detrás de uno de los estantes caminó rumbo al vestíbulo donde estaba un par de muchachas tímidas caminando algunos pasos por el lugar.

—Buenos días, ¿Acaso es usted el dueño de este lugar? —cuestionó con asombro la castaña llevando la palma de su mano abierta para ocultar su boca abierta.

—Sí ¿Algún problema? —respondió.

Las chiquillas se encontraron aún más sorprendidas al descubrir que el tipo no solo era atractivo, sino que también su voz lo era.

— ¡Dios! Es usted tan atractivo, ¿Podría anotar su número de teléfono?

Acto seguido, la estudiante desbloqueó su teléfono, para después alzarlo en dirección al contrario quien no hizo el amago de levantar sus brazos.

—No tengo número de teléfono —mintió desinteresado en hablar.

Caminó de regreso a la caja donde intentó mantenerse ocupado e inmediatamente, recordó que había hecho lo mismo con su empleado el rubio, fue un deja vu que casi lo hace sonreír ante el recuerdo del muchachillo.

—Minji-ah... —se quejó la otra chica a su amiga empujándola con su codo—. Disculpe, pasaremos a buscar libros.

Yoongi asintió sin verlas para que pudieran ocuparse de sus asuntos en la librería, sin embargo, Minji insistió:

— ¿Por qué no? No estará mintiendo ¿Verdad?

Un suspiro escapó de los labios del azabache.

— ¿Tengo que?

La única chica que permanecía en silencio trataba de jalar a su amiga hacia ella para llevársela y convencerla de que coquetear con hombres mayores no era correcto, al menos no quienes la trataran con tanta molestia.

—Puede estar mintiendo, ¿Tiene novia? Tal vez eso explique...-

—No debe importarte mi situación personal. Vienen por libros ¿sí o no?

Los labios de Minji se abrieron, pero no salieron palabras cuando otra voz se adelantó a hablar.

—Él tiene razón jovencitas, es privada la vida de los desconocidos ¿Buscan algún título en especial?

Whispers: Yoonmin [finalizada y editando] #LA24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora