Resurgir al fénix: no todo está perdido.
Este es un nuevo capítulo, donde me verás entrar a tu vida por culpa de tu hechizante cintura.
Escucho a los susurros decir que cada beso sea con destino a la eternidad de un lugar donde el amor florezca con toda su intensidad.
. . .
El revoloteo del viento en su propia cabeza le estaba empezando a arruinar el día, Jimin jamás le había dado tanta importancia a los pensamientos negativos que rondaran por su cabeza, más bien, logró manejarlos a la perfección gracias a su terapeuta quién le había recomendado técnicas (Jimin les llamaba: Las técnicas para ser feliz) a las cuales, le cedía todos los créditos a la mujer de voz aterciopelada.
Pero en ese momento, justo en ese momento mientras trabajaba su turno en la librería, aquellos susurros dañinos empezaron a cosquillearle los oídos hasta que la cabeza le dolió teniendo que sostenerse de un estante de libros el cual tambaleó junto a su propio cuerpo; no sabía que estaba sucediendo con él, solo que tenía un frío inexplicable y que el sentimiento de culpa y el dolor de esas huellas que dejaron marca en la piel lechosa del ahora rubio volvieron junto a aquellos horribles recuerdos.
Recordó cuando su padre lo zarandeó con violencia, acompañado de palabras hirientes por no saber escribir a la perfección, pero por supuesto, era un niño de cinco años, apenas estaba en las primeras lecciones y lo que realmente le importó a esa edad, era hacer garabatos intentando hacer la vocal: O. Luego las manos de su padre apretando sus brazos hasta que lo soltó, pero al hacerlo, Jimin pequeño cayó en el suelo golpeándose los muslos, doliéndole el impacto que las primeras lágrimas de dolor inundaron sus ojos, afortunadamente, su madre llegó a él para protegerlo.
En esos momentos, las piernas del rubio ya no tenían la suficiente fuerza como para sostenerlo de pie, no obstante, ahí no estaba su madre para abrazarlo, solo sintió el liviano aire romperse cuando sintió que estaba a punto de desplomarse en el suelo. Cuando esperaba el dolor del impacto, este no llegó provocando que abriera los ojos al momento, punzando su pecho de dolor cuando sus latidos empezaron a acelerar el bombardeo y pronto percatándose de la imagen frente él y de esos largos dedos sosteniendo su cadera; Min Yoongi, su jefe estaba sosteniéndolo por detrás para que evitara caer, como un milagro que estaba en sus espaldas para protegerlo como su madre lo haría, pero como no estaba ahí, Jimin creía en los milagros.
En como ahora, su corazón bombardeaba sangre empezando a estabilizarse de nuevo, pero sintió alterar sus emociones cuando la profunda voz masculina le rozó los oídos.
Abrió los ojos de golpe, al igual que se separó de inmediato para evitar incomodar al otro.
— ¿Señor Min?
El azabache reaccionó ante el llamado del menor apartándose más del cuerpo ajeno que le alarmó desde el momento que lo vio a punto de derrumbarse.
Cuando Yoongi se despidió de su hermana dejándola sana y salva afuera de las puertas del teatro donde Ji Eun tuvo que volver para continuar ensayando en su proyecto soñado, él se apresuró para volver a la librería y no dejarla tan abandonada, porque amaba su trabajo y porque aun así seguía ocupado con múltiples cosas que un encargado de una librería debía hacer, no obstante, cuando cruzó la puerta de la tienda se alarmó al ver tan débil a su nuevo empleado, Jimin.
Yoongi era tan vulnerable cuando sentía un deja vu, cuando tenía ese cálido corazón digno de pocas personas.
Un corazón que maltrataron por mucho tiempo.
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Whispers: Yoonmin [finalizada y editando] #LA24
Fiksi PenggemarEl invierno vuelve, pero consigo trae la nostalgia que embarga al pelinegro mientras le susurra a este el dolor de un amor que no pudo ser. En susurros Yoongi pedía por el regreso de las memorias que se llevó un ex amante en invierno, pero al no vol...