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Narra Chiara.

Llevo un mes trabajando en la cafetería y la verdad que fue la mejor decisión. Denna era una jefa increíble, y sus amigas eran majísimas, cuando no había nadie se venían a la barra y charlábamos un montón. 

La que no ha faltado ni un solo día es Violeta, que encima me tuve que enterar de su nombre gracias a Denna, porque ni presentarse la sinvergüenza. Estaba terminando de preparar una bandeja para que Bea, la otra camarera, la sirviera por las mesas, cuando terminé una voz me sacó de mis pensamientos.

- Hola preciosa -dijo Violeta sentándose en un taburete.

-Vaya -dije poniéndome enfrente suya- has pasado de guapa a preciosa, ¿a qué se debe?

-Pues porque lo estás, habrá que decirlo -Me reí y le puse lo que siempre pedía.- Que atenta eres, pero fuera bromas, me gusta que te acuerdes de lo que pido.

-Hombre, vienes todos los días -dije pasando la bayeta húmeda por parte de la barra.- me tendré que conocer lo que pides.

-También es verdad. -se acercó mas a la barra- me gustaría conocerte más Chiara, ¿te parece bien que te haga unas preguntas?

-Eh, bueno -dije un poco indecisa- si te apetece sí, ahora no hay mucho trabajo.

-Venga, empiezo -dijo sacando una libreta y un boli de su bolsa de tela. ¿Esta chica de donde ha salido?- ¿De donde eres?

-Soy de Menorca.

-¿Y qué haces en Barcelona, estudias? -yo asentí y seguí limpiando lo que podía- ¿Qué estudias?

-Estudio canto moderno en la ESMUC.

-Wow -dijo impresionada- eres un prodigio entonces.

-No lo creo, ha sido cosa de suerte.

-No lo creo Chiara -dijo ella- si estás ahí dentro eres muy especial.

Yo reía y negaba, sinceramente pienso que entrar ahí fue cosa del destino, no porque realmente tuviera algo distinto a los demás.

-¿Quieres seguir con las preguntas o no? -le dije directamente.

-Venga vale -se rio.- ¿novio?

-¿Qué?- reí- no tengo pareja.

-¿Te gustan las chicas? -dijo directamente a lo que yo asentí- eso es bueno saberlo.

Violeta tuvo que cortar las preguntas ya que vino su amiga Salma y la chica rubia alta que había visto en la discoteca la ultima noche que trabajé. Aquella chica le dio un pico a Violeta, quien me miró directamente y yo seguí trabajando. Es normal que tuviese novia, es un partidazo de chica la verdad.

Seguí haciendo mi trabajo hasta que entró Martin, venía de hacer un trabajo de clase en la biblioteca y se había parado a tomar algo mientras esperaba a Rus.

-¿Que tal hoy el día Kiks?

-Bastante bien, en clase no hemos hecho gran cosa y luego aquí pues ya ves - Miré alrededor de toda la cafetería hasta que unos ojos chocolate no dejaban de mirarme desde una de las esquinas del local.- No hay mucha gente hoy, Bea y yo estamos aburridas.

-No me extraña -dijo mirando a un cuaderno.- además como buen bohemio que soy, tengo que pedirle a Denna una cosa.

-¿Que me quieres pedir Martin? -Dijo la rubia con una sonrisa parándose a su lado, quien acababa de entrar.

-Pues como tienes ese pequeño escenario ahí muerto de risa, ¿por qué no haces una tarde de poesía?

-Que bohemio eres -dijo la jefa- pero acepto, me parece una gran idea, y seguro que a Violeta también le gusta, escribe genial.

-¡Llegó la mami! -Dijo Rus mientras entraba gritando y se sentaba de golpe en la barra- un 10, ¡un putísimo 10 en en historia de las artes del espectáculo!

Martin y yo la abrazábamos mientras gritábamos de la emoción, se había pasado días y noches sin dormir estudiando esa asignatura, estaba muy orgullosa de mi pequeña pelirroja. y ella estaba bastante efusiva con nosotros porque se puso a repartirnos picos, incluso a Bea le dio uno.

-Vaya pico guapo os habéis dado -dijo Salma a nuestro lado- yo también quiero uno Ruslana.

-Ay Salma, a veces me das un poquito de miedo -dijo Ruslana mientras reía.

-Chiara guapa -me dijo- ¿me puedes poner otro café? porfa, estoy destrozada.

Yo volví dentro de la barra mientras ella contaba que estaba harta de los trabajos de producción musical, la llevaban horas y cada vez que tenía que entregarlos los profesores se lo echaban para atrás. Le puse el café y se volvió hacia su mesa.

Hacia las nueve, Bea, Denna y yo, que ya habíamos terminado de limpiar todo cerramos la cafetería, fuera me esperaba Martin, ya que al ser viernes Rus estaba trabajando en la discoteca. En un principio no tenía pensado salir, pero al llegar al piso, por no aguantar a Martin, me preparé, me puse un vestido ceñido rosa que acompañaría con una chaqueta rosa palo y me maquillé acorde con el color, y cenamos de camino para ver a rus.

Al entrar noté una gran cantidad de luces de colores en mis ojos, entré siguiendo a Martin. Esquivábamos a la gente hasta que llegamos a un reservado dónde se encontraba el grupo de Denna y el nuevo ligue de Martin, un chico que se llama Juanjo, no he hablado mucho con él pero ya habrá tiempo.

Saludamos a todos con dos besos, y sentí una mirada que recorría todo mi cuerpo, al girarme me encontré con la mirada de Violeta. Dios esta chica iba guapísima, llevaba un traje de color oscuro y un top de palabra de honor blanco, básico pero muy guapa. Me acerqué a saludarla con dos besos como a los anteriores allí presentes y fui a pedir una copa directamente. 

Mi puerto de indias con limón bajaba por mi garganta, era mi tercera copa y entre que ver a Violeta bailar de forma sensual y que ya me sentía un poco mareada me estaba encontrando mal, por lo que decidí coger mi chaqueta y salir fuera.

Crucé la calle y me senté en un banco que estaba libre, todo me empezaba a dar vueltas y mañana me iba a arrepentir de haber salido pero no me lo estaba pasando mal. Omar ayudaba a Ruslana en la barra mientras tonteaban, Juanjo y Martin habían desaparecido hacía rato y yo me había quedado con Denna y Naiara bailando.

-¿No sabes que es peligroso que una chica tan guapa esté aquí sola? -Su voz me hizo mirarla y ella me puso una chaqueta encima, quedándose así con la americana del traje encima. Mis ojos no podían dejar de mirarla, sus ojos me tenían atrapada y no podía moverme- Bueno, ya que no me hablas me voy -se levantó y de mi lado y se iba a dirigir hacia la discoteca.

Sin pensarlo dos veces la cogí de la mano y ella me miró.

-No te vayas -dije- ¿o vas a dejar a una chica como yo aquí solita?

Una ronda de más // KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora