Una ronda de más // Kivi

8

Narra Violeta

Entré al local de Denna, hoy estaba demasiado lleno ya que, gracias a la gran idea de Martin, mi gran amiga había hecho publicidad de la noche por todos los sitios que podía. Nos sentamos Julia y yo en una pequeña mesa que quedaba libre y vimos aparecer a Martin y Ruslana que iban siguiendo a Denna.

- Hola chicos -dije con una sonrisa- ¿vais a leer algo?

-Yo sí voy a salir -dijo el chico.

-Yo no -dijo la pelirroja- y Chiara no tiene nada en esta libreta para poder leer en alto así que -Mis ojos se fijaron directamente en la libreta rosa que Ruslana llevaba en la mano.

- Oye pero no estéis ahí de pie -dijo Julia- sentaros. Yo soy Julia.

-Encantados -dijo el chico mientras la pelirroja pequeña observaba fijamente a mi novia.

Bea nos trajo un par de refrescos y dos cervezas que seguramente pidiese Denna que nos trajeran. La noche pintaba bien, cerveza y poesía, mis dos cosas favoritas juntas, bueno y las vistas que tenía hacia la barra donde podía ver a la pelinegra que tantas ganas tenía de besar.

La gente empezó a subir, uno a uno, al pequeño escenario. Primero subió Denna para dar comienzo a la noche, después de ella empezaron a subir personas, de distintas edades, a leer lo que habían escrito.

El siguiente en subir fue Martin. Se le notaba nervioso y por lo que me había dicho Ruslana, nunca había leído algo suyo delante de tanta gente. Cogió aire y se acercó al micrófono.

Visión panorámica en la calle,
sencillez a la vez que verdad,
contamos las gotas de lluvia
olvidando el dolor de pensar.

-Wow -dijo Julia a mi lado, después de que Martin terminase. - Me ha encantado.

-Si la verdad, ha sido increíble -dije mirando a Ruslana.

- Nunca suele leer lo que escribe, siempre se lo calla todo y de vez en cuando te deja leerlo para que opines.

- Pues me ha encantado. -dije mirando como el chico se sentaba en su sitio otra vez. -Escribes muy bien.

- Gracias Vio -me dijo tímido- me alegro que te guste, a veces soy muy intenso.

-Por eso le gustas a Juanjo -dijo Julia sonriendo.

Todos en la mesa nos reímos mientras que la gente seguía subiendo a leer. Me lo estaba pasando genial y Martin y Ruslana eran encantadores. A mi lado, mi novia no dejaba de hablar por mensaje con distinta gente, y sabía lo que eso significaba.

No llevaba bien saber que en su vida no era la única a la que deseaba y mis inseguridades empezaban a salir a flote. Era lo que menos deseaba ahora mismo, necesitaba desahogarme, por lo que cogí un trozo de papel de la libreta de Martin y empecé a escribir.

Tenía pensado subir y leer alguna otra cosa que fuese un poco más alegre, pero mis planes habían cambiado. Mi cabeza, mi corazón y mis necesidades se habían puesto de acuerdo para subir y poder expresarme delante suya de todo lo que no había dicho.

¿Realmente sentía amor por ella? pues no lo creo, el amor no duele, el amor no cansa, no agobia. El amor es confianza y unos cuernos no se arreglan con un lo siento y una relación abierta, me estaba volviendo loca.

Me levanté con decisión de la silla y me acerqué a la pequeña tarima. Miré a mi alrededor y vi a la mesa donde estaba mirando completamente hacia mí. Mi amiga Denna, Bea y Chiara también me observaban con curiosidad. Me acerqué al micrófono y empecé a leer. Realmente el papel me sobraba y todo salía de mi interior.

Quiero creer que por un instante
estás en mi mente,
para no sentirme culpable
al querer el calor de otra piel.

Quiero pensar que realmente hay amor,
¿pero eso existe realmente?
¿Existe alguien que pueda llenar el vacío?
¿Existe la cura para este corazón herido?

El dolor enganchado en el pecho,
el monstruo de la ansiedad.
No puede alejarme del mal,
pero necesito luz para poder amar.

La cafetería se quedó en silencio total, notaba cientos de ojos encima mía y me empecé a volver pequeñita. Mis ojos comenzaron a llenarse de pequeñas lagrimas, pero conseguí disimularlo bien. No podía continuar leyendo, por lo que me bajé de allí y regresé a la mesa, bajo los aplausos de la gente que me había escuchado.

Narra Chiara.

Wow, escuchar a Violeta me había dejado sin palabras, como al resto el local. Bea y yo nos mirábamos con curiosidad mientras que Denna tenía una mueca en su rostro de preocupación.

¿Tan mal se sentía? ¿No se sentía amada? Pero si tenía novia y supongo que estaría bien con ella, ¿no?

Había muchas cosas que no me cuadraban, no entendía nada del poema que Violeta había leído; no entendía nada de nuestro casi beso; no entendía por qué venía cada día a la cafetería, cuando no lo había hecho nunca; no entendía lo del mensaje de Instagram. Todo se me escapaba y no podía retenerlo en mi mente.

- Perdona -me llamó una voz- Chiara, si Violeta pregunta por mí ¿le puedes decir que me he ido?

- Claro -asentí mirando a la novia de Vio.

- Gracias - metió la mano en su bolsillo y sacó un billete de 10 euros y un papel. - Cóbrate lo de la mesa y quédate con el cambio. -me sonrió amable y se lo agradecí- Procura que Vio no se entere de lo que pone en ese papel ¿vale? 

- Sure, trust me -dije amable y ella salió por la puerta.

Abrí el pequeño papel y leí lo que contenía. Ahora sí que no entendía nada de nada. Bea me quitó el papel de las manos y lo leyó en un susurro.

Violeta no está bien, necesita un corazón puro como el tuyo para volver a ser ella. Cuídala porque no se merece que nadie le haga daño. 

Confío en ti Chiara 

                                                             -Julia.

-¿Qué? -dijo Bea sorprendida- no entiendo nada.

-Yo tampoco Bea, yo tampoco -dije en un suspiro.

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Perdón, perdón, perdón. He intentado actualizar antes pero la inspiración no venía, lo siento. En compensación en un ratito voy a subir otro capítulo por haber estado sin actualizar.

Creo que es momento para empezar a hablar del punto de delulismo en el que estamos con las kivi, creéis que se nos va a dar? Os leo.

solo voy a decir una última cosa...

❤️Confiad⭐