Una ronda de más // Kivi

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Narra Violeta

Han pasado tres semanas desde que le mandé ese mensaje a Chiara. Tres semanas desde que me dejó en visto. A pesar de no haberme contestado en estas semanas, nos hemos estado viendo, al final hemos unido grupos, por la iniciativa de Juanjo.

Hemos coincidido todos y cada uno de los días en la cafetería donde trabaja, pero lo único que hace es mostrar indiferencia ante mi. Me sirve mi café diario sin tener que pedirlo pero ni siquiera me mira, bueno un día me llevó la chaqueta que la dejé hasta la mesa y se fue sin decir nada.

No tengo ni idea de qué he hecho mal, si es que he hecho algo. Pero aunque, delante de mis amigos no lo muestre, este tema me quita el sueño, es que realmente no sé que es lo que he hecho pero bueno.

Estaba esperando a Julia, habíamos quedado para ir a dar un paseo y pasar tiempo juntas. Estaba mirando el visto de Chiara cuando se me ocurrió volver a mandarla un mensaje, como dice la canción: no me hundo, no me rindo fácilmente.

@chiaraolivr

Hola Chiara

Martin dijo que escribías bien, me puedes ayudar a componer?

Si quieres podemos quedar el sábado, te invito a una cerveza.

El telefonillo hizo que mis ojos dejasen de mirar esa conversación y que las neuronas conectasen para poder dejar de estar en modo tiesa en el salón de mi casa.

Me puse un abrigo negro, una bufanda verde y unas gafas de sol. Cogí las llaves de casa y bajé al portal donde me esperaba mi novia, nos saludamos y empezamos a andar por las calles de la bulliciosa ciudad.

Llegamos a un parque super bonito y nos sentamos en un banco, este parque lo reconocía. En este parque me pidió salir, éramos tan felices y tan ingenuas las dos. 

-Aquí fue el inicio de todo - rompió ella el silencio. - ¿Sabes? me arrepiento de muchas cosas en mi vida, pero nunca de haberte pedido salir, me haces muy feliz Vio.

- ¿De verdad? - Ella asintió y supe que tenía que soltar la pregunta que se llevaba formulando desde que me pidió tener este tipo de relación. - Entonces, ¿por qué buscas en otras personas algo que yo también te puedo dar? ¿soy insuficiente para ti?

- ¿Qué? no amor -dijo ella- no eres insuficiente ni mucho menos. -soltó un suspiro-  No busco en nadie algo que tú no me puedes dar, es solo que... no me gusta sentirme atada con nada y la primera vez no pensé y me dejé llevar. Pero eso no significa que no siga sintiendo por ti lo mismo que antes, sigo disfrutando cada momento contigo como el primer día. ¿Lo entiendes no? 

Yo solo me dediqué a asentir y miré al frente. Vi a unas chicas tumbadas en el césped, una era rubia y otra morena y he de decir que la morena me sonaba mucho pero sabía de que. No fue hasta un rato más tarde que me di cuenta de que era Chiara.

La morena se estaba besando con una chica guapísima, era rubia y más o menos de su misma estatura. Me empezaron a arder los ojos y miré a mi novia, quien estaba ocupada dibujando algo en una pequeña libreta que siempre lleva encima.

- Amor no me mires tanto -dijo ella sonriendo sin mirarme y yo me acerqué a su oído- me pones nerviosa.

- ¿Te apetece que vayamos a casa? sé de alguna otra cosa que te pone nerviosa -Susurré mientras miraba al fondo a la nueva parejita. Ahora entiendo por qué no me contesta, está muy ocupada con la rubia esa. 

Narra Chiara

Ayer después de tres semanas sin contestar a Violeta, me llegaron unos mensajes suyos que no contesté, no por nada, sino que no me acordé. Me encantaría quedar con ella para componer pero no creo que sea buena idea.

Estaba colocando los vasos que acababan de salir del lavavajillas y las estaba poniendo en la estantería de la cafetería mientras Denna preparaba todo para hacer el primer certamen de poesía, estábamos a jueves y la semana ya empezaba a pesar.

Bea llenó las neveras con refrescos y las dos nos pusimos a preparar bien toda la barra para que la gente se sintiese cómoda y nosotras no tuviéramos mucho lío.

- ¿Vas a participar? -Dijo Bea mirándome, a lo que yo negué- ¿Como que no? si escribes genial, deberías compartir un trocito de ti al público que venga.

- Lo sé pero... ¿y si a la gente no le gusta y le parece infantil?

- Sabes que eso no va a pasar, si decides hacerlo yo voy a estar aquí orgullosísima de ti -dijo abrazándome.

Bea y yo habíamos pasado muchísimas horas juntas y habíamos forjado una bonita amistad. Era una chica preciosa por dentro y por fuera, era un ser de luz que me ayudaba cada vez que podía.

Se abrió la puerta y vi aparecer a mis dos amigos, Martin venía con un cuaderno suyo que utilizaba para desahogarse y Ruslana le acompañaba con un cuaderno que me parecía bastante conocido.

- Hola chicas -dijo Martin- ¿cómo estáis?

- Bien -dijo Bea- tengo ganas de escuchar lo que escribes Martin.

- No es gran cosa Bea -dijo vergonzoso- luego te enseño todo.

- Chiara -dijo Ruslana- ¿nos vas a contar qué tal ayer con Nicole o seguimos esperando?

- Pues no sé - me reí tímida- Hicimos un picnic y luego nos besamos y me acompañó a casa.

-Pero eso está muy bien Kiks -dijo Martin- ¿pasa algo para que no te parezca genial?

- ¿Tiene algo que ver con Violeta? -dijo Ruslana.

Les puse al día de la última semana, venía a la cafetería, le ponía su café y se iba. También les conté lo de ayer y la verdad que me arrepentía de no contestarla.

-¿Y no la contestaste entonces? - Dijo Bea y yo negué- Pero hay algo que se me escapa.

- Tú quieres componer con ella y que todo sea igual -dijo martín- ¿qué problema hay?

-Pues chicos está claro -dijo Rus- no quiere estar cerca suya porque no se quiere ilusionar. Violeta le atrae, estuvieron a punto de besarse y ese mismo día le preguntó que qué pensaba de las relaciones abiertas. Violeta no se ha cerrado a nada y Chiara no quiere sufrir.

- Exacto... ¿cómo lo has explicado tan bien? -mi mente empezó a atar cabos- ¡Has leído la libreta! -grité y ella sonrío inocente.- yo te mato

Intenté coger mi libreta de entre sus manos cuando noté una empujón hacia dentro de la barra.

- Morada y su chica entrando por la puerta -Dijo Martin después de haberme empujado.

Vaya la tarde iba a ser muy interesante.