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—¡Matías Recalt! —Lucía casi gritó, agarrándome de las manos.

Mis ojos se abrieron con sorpresa y emoción. Matías Recalt, mi ídolo, estaba justo frente a nosotros. La idea de acercarme y pedirle una foto se mezclaba con nerviosismo.

—¡Lucía, por favor, baja la voz! —le susurré, intentando contener la vergüenza.

Lucía, sin embargo, no estaba dispuesta a perder la oportunidad a ella le encantaba tanto como a mí.

Se acercó decidida hacia Matías y le pidió una foto. La multitud de curiosos que se formó rápidamente solo aumentaba mi nerviosismo.

Matías, siendo un actor al cual está acostumbrado a la atención, accedió con una sonrisa amigable. Lucía estaba extasiada, pero la idea de unirme a la foto me hacían cagarme en las patas.

—¿Te gustaría una foto conmigo también? —me preguntó Matías, notando mi indecisión.

Mi corazón latía con fuerza. —Sí, ¡por supuesto!

La multitud se abrió, y me acerqué tímidamente a Matías Recalt. Su presencia era imponente, pero la amabilidad en sus ojos calmó mis nervios. Mientras posábamos para la foto, Matías, con un gesto espontáneo, rodeó su brazo alrededor de mi cintura.

—¡Increíble! —exclamó Lucía mientras tomaba la foto. —¡Chicos, se ven geniales juntos!

Matías, con su encanto característico, soltó una risa. —Debo decir, hueles increíble. ¿Cuál es tu secreto?

Mis mejillas ardieron por el cumplido inesperado. —Oh, gracias. Solo es mi perfume favorito (Bare vainilla de VS).

La foto quedó registrada, inmortalizando no solo el encuentro sino también la conexión efímera y especial que se había formado en ese momento. La química entre nosotros, capturada en una imagen, dejó una huella imborrable en mi corazón.

A medida que nos alejábamos, Lucía no podía contener su entusiasmo. —¡Mara, conociste al mismisimo Matías Recalt! ¡La puta madre!

Lucía se fue emocionada, llevándose consigo la foto y la adrenalina del encuentro con Matías. Yo decidí quedarme un poco más en el shopping, disfrutando del ambiente y dejando que la emoción se asentara.

Caminaba entre las tiendas cuando, de repente, vi a lo lejos a Matías Recalt nuevamente. Esta vez, estaba con Sofía Lara y Enzo Vogrincic, inmersos en una charla animada entre... ¿amigos?

Mi corazón dio un vuelco al verlos juntos. Deseé pasar desapercibida, pero en ese momento, Sofía notó mi presencia y me llamó.

—¡Mara! ¡Ven aquí! —me gritó Sofía (la rubia petera), saludándome con entusiasmo


𝐂𝐡𝐢𝐪𝐮𝐢𝐭𝐚 - ENZO VOGRINCIC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora