rusted scabbard / loving sword (TRADUCCIÓN)

Caballero (rojo) de la mesa redonda-7

Capítulo 7 : Mordred - el Caballero de la Traición

Texto del capítulo

Solo mi suerte.

El mismísimo Caballero de la Traición, hijo bastardo del Rey Arturo y el Sirviente a punto de hundirme si le digo algo remotamente malo.

Como si este día no pudiera ser peor.

Mordred se elevaba sobre él, chispas de maná recorrieron a Clarent mientras su rostro permanecía contorsionado en una furia silenciosa. Estaba claro que, fuera lo que fuese lo que había hecho, había logrado enojarla de alguna manera; ¿por qué? y ¿cuándo?, todavía estaba en duda.

Con la garganta seca, EMIYA tragó antes de hablar, manteniendo su voz tan confiada y serena como uno podría estar lisiado en una cama.

Lo lógico sería suplicar clemencia y tratar de convencerla de que él era el "consorte" de Artoria, y luego apelar a su superioridad segura de sí misma. Eso era lo que debería haber hecho.

En cambio, preguntó algo estúpido.

"¿No sería mejor preguntárselo tú mismo a tu 'padre'?"

[Mind's Eye] y sus propios reflejos fueron lo único que impidió que su cabeza se partiera en dos cuando la espada del Caballero se desplomó, cortando el colchón y el marco de la cama, el algodón y el lino siseaban ligeramente por el calor de la cuchilla.

"Respuesta incorrecta, listillo. Inténtalo de nuevo o la próxima vez no fallaré".

Parecía como si todavía le doliera el tema de poder (o, más bien, la falta de poder) hablar con su padre. Lo tendría en cuenta; no es que no fuera obvio, pero la confirmación ayudó.

"Las conversaciones deben ser bilaterales y las preguntas deben ser específicas. El Rey Arturo tiene mucha gente a su alrededor, así que dime, ¿Qué crees que soy para ella?

EMIYA hizo una pausa, su cabeza y torso tensos, preparándose para otro golpe, por si acaso.

"Estaba esperando afuera. Escuché lo que ella dijo. Aunque no confío especialmente en lo que dice y no estoy ciego. Significas algo más para ella.

Quiero saber qué eres realmente para el rey Arturo, quién eras y por qué confía tanto en ti.

"¿Y si me niego a responder?"

"Te mato y veo cómo afecta a ese pedazo de mierda. Será agradable y divertido, al menos para mí. Dudo que sea divertido para ti".

EMIYA sonrió, provocando la ira de Mordred, una ceja temblando levemente con molestia cuando una vena comenzó a latir débilmente en su frente.

"No puedo morir permanentemente en Caldea. Lo único que sucede al final es que te regañan y te encierran por un tiempo, suponiendo que puedas matarme, claro está.

"¿Qué – bastardo – no crees que puedo matar tu trasero lisiado?!"

Su espada se elevó y alcanzó su garganta, a sólo unos centímetros de cortarla.

"No dudo que tengas la habilidad, al menos en mi estado actual. Lo que pienso es que no tienes la voluntad –o, al menos, el permiso- para seguir adelante con esto".

La tensión de los hombros, la rápida pérdida de la compostura en sus ojos, el temblor de su espada... parecía que había acertado.

"Lo que quieres es que tu padre te reconozca, y me ves como tu siguiente mejor oportunidad para obtener ese reconocimiento que tanto anhelas. Lógico, pero poco sensato".