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Diciembre 28


Diciembre veintiocho fue el día de la esperanza.

Tenia esperanza de que viniera a mi casa, me llamara o me mandara un mensaje para pedirme hablar y solucionar todo.

Me mataba cada que abría mi teléfono y no había ninguna notificación de él.

Y me mataba aun mas meterme a sus redes sociales para ver si subía algo.

La necesidad de saber sobre él era arrasadora. Y sentía la urgencia por saber de él. Quería mandarle un mensaje.

Y lo intente. De un momento a otro descubrí que me había bloqueado, así que ese mensaje nunca le llego. En ese momento no lo sabia pero agradecía que aquello haya pasado. Porque ese mensaje solo lo empeoraría todo.

Sentí que por segunda vez, mi mundo caia a mis pies y yo no podía hacer mas que llorar.

Para mi, eso fue una señal de que ya todo había acabado y no había vuelto atrás. Que debía continuar con mi vida. Que debía sanar y tratar de seguir sin él, por mas difícil que se me hiciera.

Relatos de una persona enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora