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Para el día Lunes, Emilio se sentía un experto en bodas, había leído cada revista y vió el video en 2 ocasiones. Sabía todo lo que tenía que hacer para tener contento a Joaquín. Así que mientras tomaba desayuno llamó al castaño y le propuso ir a ver las cosas que hacían falta para la boda, a pesar de que Joaquín se resistió, no duró mucho ya que con un suspiro aceptó. 

Pasó a recogerlo a su apartamento y Joaquín lucía increíble cómo siempre. 

— Te ves muy bien Joaco — dijo en cuánto lo vió  

— No seas adulador Emilio, sigo molesto contigo.

Pasó a su lado y el rizado no pudo evitar soltar un suspiro. 

Caminaron por el centro buscando las tiendas que Joaquín necesitaba visitar. 

— No tenías que reservar todo tú día por ésto Emi, lo digo enserio.

— ¿Cómo que no? ¡Claro que si!, soy el padrino y debo estar contigo en cada paso 

— Todo un hombre cambiado — se burló Joaquín con una sonrisa, justo antes de entrar en una tienda para ver la vajilla que encargarían para la boda. 

Joaquín preferiría algo más sencillo, pero Polo le dijo que debido a su rango "real" es tradición tener todo nuevo. 

— No sé por dónde empezar — se quejó  

— Bueno, al elegir la vajilla tienes que pensar en cuál es su objetivo, el tipo de comida que se servirá es aún más importante. 

Joaquín lo miraba confundido y con una sonrisa en el rostro mientras recorrían la tienda, justo en ese momento pasaron por un gran mesón que tenía vajilla de diferentes colores 

— Mira ésto Joaco... no debes tener miedo en mezclar — tomó algunos platos de la mesa mostrándolos — es importante incluso la textura que tengan, tienes que hacer que ésto sea divertido — dijo sonriendo — pueden ser los colores de la bandera, azul y blanco y combinar con algo con cuadros dorado... ésto cobrará vida en la boda, con elegancia — lo miró y le guiñó un ojo logrando que el castaño se ruborizada de inmediato

Una chica estaba a su lado, mirándolo completamente concentrada y con una sonrisa en los labios se acercó a Joaquín.

— Los mejores chicos siempre son gay — susurró riendo — suerte en tu boda, el mío mientras le envíe una fotografía siente que ya aportó suficiente. 

Joaquín sabía que lo correcto era corregirla y decirle que Emilio era el padrino y no el novio, pero por un momento se sintió bien de que alguien pensara que se casaría con Emilio, así que le sonrió de vuelta a la chica y susurró un gracias. 

— El vendedor dice, que quizás el diseño de cuadros lo encontremos unas tiendas más allá — dijo Emilio acercándose al castaño.

— Claro — asintió .

Salieron de allí y fueron recorriendo el centro comercial, cuándo una tienda de lencería llamó la atención de Joaquín. 

— Tengo que pasar allí — dijo riendo mientras tiraba el brazo de Emilio

El rizado casi sintió un infarto y lo miró sorprendido 

— ¿Porqué? quiero decir los chicos mencionaron ésto el otro día, pero aún me confunde un poco 

— ¿Qué cosa? — preguntó Joaquín confundido 

— ¿Porqué comprarías lencería? 

Joaquín lo miró cómo si tuviera un tercer ojo en la frente 

Quiero Al Novio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora