Capítulo 1

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Luego de aquella charla con los policías mi madre se encargó de traerme algo de comer y se quedó conmigo las 4 horas siguientes.
Los médicos tuvieron que convencerla de que se fuera a descansar porque se negaba a salir de la habitación.

Eran las 11:30 PM y yo seguía perdida entre mis pensamientos.
Los recuerdos de lo vivido hace unos años me impedían conciliar el sueño.

Los doctores me habían informado que mañana podría salir del hospital y retomar mis actividades y los policías me habían asegurado que nadie podría acercarse a mi sin que ellos lo supiesen pero..

¿Quien fue el que intentó matarme?

No recuerdo haber hecho algo tan grave como para que alguien quiera quitarme la vida.
Supongo que tendré que confiar en los policías pero aún así no es fácil dormir sabiendo que hay una persona que quiere matarme.

Ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormida.
A la mañana siguiente, los doctores entraron para realizar un chequeo y confirmar que todo estuviera en orden.
Más tarde luego de muchos análisis al fin, me dieron la salida del hospital.

Ahora mismo me encontraba en un taxi mirando las calles de la ciudad mientras mi madre hablaba con el taxista sobre lo interesante que era, no se qué programa del radio que escuchaban.

Las calles siempre se encontraban animadas y llenas de gente que iba de un lado para el otro.
Amigos que salían del colegio, trabajadores tomando un descanso, otros corriendo para no llegar tarde.

Generalmente yo era de los últimos.
Me pasaba la mayor parte de mi tiempo trabajando. Mamá tenía un humilde puesto de profesora y por supuesto solo su salario no alcanzaba para el mes, por lo tanto yo tenía 2 trabajos a medio tiempo, mientras ella se encargaba de los quehaceres del hogar.
Además, Félix, un "amigo" de mi mamá solía ayudarnos cuando podía.

Aunque yo no me creo el cuento de que son solo amigos, agradezco su ayuda y su compañía a sido muy buena para mi madre desde el accidente de papá.

Unos minutos después ya estábamos frente a nuestro apartamento. Con ayuda del taxista, bajamos mis cosas del vehículo y nos despedimos del amable señor.

El apartamento no era la gran cosa. Se encontraba en la segunda planta del edificio, el cual estaba pintado de un azul claro con partes más oscuras. Para llegar a la puerta del edificio pasábamos por un camino rodeado de flores que, Martín, el jardinero, y otros vecinos mantenían con bastante entusiasmo. Era muy agradable a la vista, por lo menos para mí. La variedad de flores daban una buena impresión.

Una vez adentro se pueden observar las cuatro habitaciones de la primera planta y al final del pasillo los ascensores a los pisos superiores.
Ya en el segundo piso se encuentran 5 habitaciones.
La tercera y última planta era la azotea en la cual se podía apreciar el vecindario y los edificios a lo lejos.

Ya dentro de nuestro hogar, mamá se dirigió directamente a la cocina.

Respiré hondo, sentía que hace semanas no pisaba mi casa cuando solo llevaba 1 día fuera.
Me dirigí hacia mi habitación para darme un baño, estaba cansada y un poco estresada.
Mi habitación contaba con un escritorio algo desordenado ubicado enfrente de la puerta y al lado de la ventana. A la derecha estaba mi armario y al lado una estantería con diferentes libros, aunque un poco vacía para mi gusto. A la izquierda del escritorio, pegada a la pared, estaba mi cama. Había unos cuantos pósters de libros, cantantes y animes que solía ver en mi tiempo libre. Sin mencionar la cantidad de fotografías que hay regadas por la habitación.

La fotografía era todo lo que me gustaba resumido en una actividad.

Capturar recuerdos, emociones, logros, decepciones, un paisaje bonito, un lugar especial. Era mi forma de guardar la historia para contar algún día.

Después de un relajante baño de 15 minutos, salí a la cocina para ayudar a mamá con algo.

-¿Necesitas ayuda con algo?

-No, tú ve a descansar. Recuerda que estas de reposo.

-Pero yo..

-Pero nada. Vete a dormir un rato.

Y esa fue su última palabra. Suspiré porque sabía que no cambiaría de opinión.

Una vez en mi cuarto, me acosté en mi cama a vagar por internet.

En unos días podría volver a mis actividades, solo con un poco más de cautela.

_________________________

Habían pasado exactamente 2 días desde que salí del hospital.
Mamá no me había dejado hacer nada hasta hoy, que después de mucho esfuerzo logré hacer que me dejara ir de compras al super.

Estando a punto de salir de la tienda, ya con todo pagado y la bolsa en la mano, un hombre chocó contra mí haciendo que la bolsa se me cayera al suelo.

-Oh, lo siento mucho señorita. Ha sido mi culpa.

Antes de que pudiera pronunciar palabra, el hombre se inclinó y comenzó a recoger mis cosas.

-No se preocupe, yo también venía despistada.

Cuando terminó de recoger, me lo entregó y me dedicó una sonrisa, sin llegar a mostrar los dientes que por alguna razón me pareció extraña.

No le di mucha importancia pero lo que sí noté fueron sus ojos, me parecían bastante familiares.

-Eres una jovencita muy amable. Reitero las disculpas. No le robo más tiempo.

-Claro. Tenga un buen día.

Lo observé alejarse unos segundos hasta que decidí no darle más vueltas al asunto.

Cuando llegué a casa, mamá estaba en la cocina.

-Ya volví.

-Hola cariño. Deja las cosas en la mesa, ahora las reviso.

Seguí sus instrucciones y me fui a mi cuarto. Estaba a punto de cerrar cuando el sonido de algo impactando contra el suelo me asustó. Me apresuré a regresar a la cocina y me encontré con mi madre un poco pálida y agitada.

Sus ojos se posaron en los míos y por unos segundos en ellos vi miedo.

¡¿Y ahora qué le pasa?!

-¿Estas bien mamá?

-Si, si. Tranquila, solo me asusté por culpa de él.

Señaló hacia abajo de la mesa y me encontré unos pequeños ojos que me miraban fijamente.

Ash, el gato de Martín, estaba escondido debajo de la mesa. La verdad es que era común esta clase de sustos en el edificio. Ash era un gato escurridizo y se paseaba por los apartamentos a su gusto.

Suspiré y asentí con la cabeza. Por un momento creí que le había pasado algo grave.

-Volveré a mi habitación.

-Está bien. No te preocupes.



Ojalá lo hubiera hecho》

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