Who are you?

Capítulo 14

¿Qué fue lo que pasó?

Sentía el cuerpo pesado y me costaba horrores abrir los ojos. La punzada de dolor en mi garganta me obligó a recordar la pesadilla que acababa de vivir.

Cada músculo de mi cuerpo dolía. La opresión que tengo en el pecho me impedía respirar con normalidad. Intenté levantarme, pero el mareo me hizo tambalear y volver a caer.

Podía recordar la mano asfixiándome, la presión en la garganta, la oscuridad que me había tragado poco a poco. La lucha por respirar, la desesperación que sentía con cada segundo que pasaba.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral. ¿Qué ocurrió después de eso?

Con un esfuerzo sobrehumano, logré ponerme de pie, apoyándome en la pared. Tenía la vista borrosa y me costaba abrir correctamente los ojos. La noche seguía teniendo el control del cielo y el ambiente estaba frío y silencioso.

Me llevé las manos temblorosas a la garganta, buscando rastros del ataque. Las marcas rojas de los dedos que me habían estrangulado aún estaban allí recordándome todo lo vivido esta noche.

Fue entonces cuando logré enfocar bien el panorama a mi alrededor. Me cubrí la boca para contener el grito de horror que estuve a punto de soltar.

A unos pasos de mí estaba el cadáver de quien, por la ropa, reconozco como uno de mis secuestradores. Con un agujero de bala en medio del cráneo. El líquido rojo se esparcia por el suelo formando un charco de sangre bajo el cuerpo sin vida.

A cierta distancia, otro cadáver reposaba sobre el suelo. Tenía los ojos abiertos y sin brillo. Su piel se veía pálida y tenía una herida en la cabeza que sangraba a por montones. Por el orificio de bala en el costado derecho de su abdomen se formó una mancha roja en su uniforme.

Aún me sentía un poco desorientada, por lo que cuando intenté caminar para alejarme de los cuerpos, mis piernas flaquearon y caí de rodillas frente al cadáver. Mis manos impactaron contra la sangre en el suelo.

Se me revolvió el estómago y me volteé intentando olvidar la sensación de la sangre en mis manos para no vomitar.

Mis ojos se empañaron por las lágrimas y un sollozo escapó de mis labios. El corazón me latía con fuerza, y el cuerpo me temblaba levemente. La presión que sentía en el pecho aumentaba cada vez más y tenía los músculos tensos.

Antes de que pudiera intentar algo más, el silencio de la noche se vió interrumpido por el ruido de un disparo y luego el sonido seco de algo impactar contra el suelo.

Me quedé helada y un escalofrío me recorrió la espalda..

Una alerta resonó en mi mente y sentí pánico.

¡Corre!

Es lo único que mi mente me repetía. No me sentía las piernas pero aún así me puse de pie con dificultad. Como pude, empecé a caminar en busca de una salida. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin control.

Una ráfaga de viento frío que me llegó hasta los huesos, trajo consigo el repugnante olor de la sangre.
Los escombros del lugar me dificultaban el paso haciéndome perder el equilibrio más de una vez. Se me estaba nublando la vista y caminar me costaba horrores.

Me sentía cada vez más mareada. Estaba confusa y adolorida. Podía escuchar perfectamente mi respiración entrecortada y las preguntas viajaban por mi mente atormentandome aún más.

Llegué a una puerta trasera, mugrienta y un poco oxidada. Acerqué mis manos temblorosas a la manija y tiré, aún así, nada. Estaba atascada.

Mis alertas se dispararon cuando escuché unos pasos en medio del silencio.

La débil iluminación de las lámparas le daba un aspecto sombrío al panorama, aumentando mi ansiedad.

Intenté con más fuerza y la desesperación se apoderaba poco a poco de mis pensamientos. Al notar que la puerta no cedería, me rendí.
Mis piernas dejaron de oponerse al cansancio y caí de rodillas.

Los pasos se escuchaban cada vez más cerca.

-¿Ya te cansaste?

La pregunta gélida me informó de la presencia a mis espaldas y solté un suspiro resignado, no tenía escapatoria. La voz se me hacía ligeramente conocida, por lo que me levanté con la poca fuerza que me quedaba, respiré hondo y cuando volteé, me encontré con esos ojos...

Esos ojos vacíos que ya había visto antes...

-¿Quien eres?