Capítulo 10

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Después de unos cuantos minutos en el taxi, finalmente llegué a casa.
Saludé a Martín y comencé a caminar hacia el ascensor. Estoy ansiosa por leer la agenda de papá.
Entré al departamento y al no ver a mamá en la sala de estar simplemente cerré la puerta y me fuí a mi cuarto.

Me dí un baño de agua tibia y al terminar me preparé un jugo en la cocina. Recogí mi cabello de manera despreocupada, dejando algunos mechones libres y me senté en mi cama con la agenda en una de mis manos y el jugo en la otra.

Sin más espera comencé a leer aquellas hojas en las que según Ethan, voy a encontrar algunas respuestas.

:Hoy fue un día realmente ajetreado. Últimamente las cosas en la empresa han estado muy agitadas. Cuando llegué a casa mi esposa estaba con ese tipo, Félix. Me incómoda la manera en que la mira pero Ari siempre me dice que no tengo por que tener celos. Además es un sujeto muy extraño.
A veces pienso que hay algo que me oculta.

:Hoy me dieron el día libre así que me quedé en casa para pasar tiempo con mi pequeña.
Es una niña muy talentosa y estoy más que seguro de que logrará ser todo lo que se proponga.

Una sonrisa se instaló en mis labios mientras intentaba retener las lágrimas.

En las páginas de esta agenda, podía sentir la calidez de mi padre.

Seguí leyendo aquellos relatos por bastante tiempo y estaba a punto de tomar un descanso cuando algo que captó mi atención. En una de las páginas habia un sobre algo arrugado. Lo dejé sobre la cama y comencé a leer.

:Todos en la empresa terminamos antes el trabajo debido a la lluvia que se aproximaba. Nada más terminé de recoger mis cosas me apresuré para llegar a casa. Cuando finalmente llegué, Ariana no estaba así que subí a la habitación para cambiarme y esperarla. Chel estaba con su tía por lo que la casa se sentía silenciosa. Terminando de cambiarme, encontré un sobre debajo de la almohada de Ariana. Estaba a punto de abrirlo cuando escuché el sonido de la puerta. Bajé a recibir a mi esposa pero al verme se asustó. Se veía nerviosa y preocupada pero no habló conmigo, simplemente me saludó apresurada y fue al baño. Volví a la habitación y tomé el sobre para guardarlo y verlo más tarde. Algo me está ocultando y estoy seguro de que ahí hay respuestas...

Después de esa página no había nada más. Las otras estaban vacías. Tomé el sobre para abrirlo y dentro habían fotos mías de pequeña en diferentes lugares como la escuela o en el jardín. Alguien me había estado siguiendo. En el fondo del sobre había un documento. Parecía una prueba de paternidad. Eso me extraño. El ADN de mi padre y el mío eran los que se analizaban.

Resultado excluyente.

Mi mente se quedó en blanco por un momento.

¿Qué..?

Volví a leer, una y otra vez. Hasta que mi mente lo entendió. Un dolor punzante se hizo presente en mi cabeza y las lágrimas se comenzaron a acumular en mis ojos.
Volví a leer. Tiene que haber algún error. No es posible.

Rodrigo Navarro es mi padre. ¿Por qué ésto dice lo contrario?

El sonido de la puerta principal me sacó de mi crisis. Mamá ya estaba en casa. Salí de mi habitación a paso tembloroso. Al sentir mi presencia se volteó para mirarme.

-Cariño que bueno que ya estás en casa. Hay algo de lo que quiero hablarte.

No respondí. Mi mente seguía confusa.

-Se que es repentino pero creo que deberíamos mudarnos y alejarnos un tiempo de todos estos problemas.

Mi mirada conectó con la suya y un silencio tenso nos envolvió. Levanté la mano con el documento y hable con la voz débil.

-Explicame ¿Que es ésto?

Se puso pálida y en sus ojos ví miedo. Sus manos temblaron.

-Responde ¿Qué significa esto?

-¿Donde lo encontraste?

-Eso no importa. Quiero que me digas porque dice lo que dice.

Empezó a negar con la cabeza y se acercó a mi pero retricedí. No quiero que me siga diciendo que todo está bien cuando es evidente que no lo está.

-¡Respondeme! Deja de mentirme.

Sus ojos se cristalizaron por las lágrimas. Se veía vulnerable y cansada pero aún así me seguía mintiendo.

-Mi niña, ¡es complicado! Tenemos que irnos no estamos seguras aquí.

La miré incrédula. Estaba comenzando a molestarme su actitud.

-Dime que significa esto.

Silencio fue todo lo que recibí como respuesta. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y parecía ansiosa. Tenía las ojeras marcadas y el cabello descuidado.

-¡Dime que es lo que está sucediendo! No entiendo que pasa. ¿Por que este papel dice que mi padre no es mi padre?

-Porque no lo és.

Respondió en un susurro ahogado. Negué con la cabeza.

-No mientas.

-No te miento. Rodrigo no era tu padre biológico.

-¿¡Le fuiste infiel a papá!?

Sin respuesta. Solo se quedó ahí, mirándome con pena y llorando. Intento abrazarme pero la alejé.

-No me lo puedo creer. ¡Tú! Me has mentido toda la vida. ¿Que más ocultas?

Le grité. El dolor de cabeza aumentaba por segundos y las lágrimas no me permitían ver bien.

-Cariño, tenemos que-

-No voy a ir a ningún lado contigo.

-No lo entiendes, tenemos que alejarnos de aquí.

-Lo que necesito es alejarme de tí.

Me miró con dolor y súplica. Pasé por su lado y comencé a caminar hacia la salida. Sentía sus pasos detrás de los míos.
Abrí la puerta y noté que estaba por anochecer pero no me importa ahora mismo. Salí del apartamento y me alejé de allí sin rumbo.

Cuando abandoné el edificio, corrí. Sin dirección, solamente quería alejarme de todo.
De los recuerdos del secuestro, de las mentiras de mi madre, de mis pensamientos que no dejaban de torturarme.

Mis piernas comenzaron a fallar y me dejé caer en el suelo de aquel parque. Apoyé mi espalda en uno de los árboles y me quedé allí mirando el cielo.

Esto se está complicando demasiado...

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