II

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2010
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Hinode, como amanecer. Akemi, con los kanji de brillante y belleza.

A ella no le gusta tanto su apellido, pero no sabe por qué. De todas maneras, su nombre y apellido le quedan perfectos.

Akemi dice que mi nombre es lindo, al igual que su significado, porque le gusta el kanji con el que se escribe. Nunca me gustó, pero por la manera en que lo plantea, me disgusta menos.

Cuando le conté que mi padre había elegido mi nombre, y que luego nos había abandonado, ella intentó buscarle alguna explicación pues no cabía en su cabeza que alguien que considerase a su hijo una bendición, fuese capaz de tales cosas. Ella tampoco recuerda nada de sus padres, sólo sabe que fallecieron.

Akemi intenta ver lo mejor de las personas, pero también entiende que hay gente cuyos corazones no son buenos.

—Eres una bendición para mí. De otro modo, me sentiría completamente sola.

Lo dijo con tal de darle un nuevo sentido a mi nombre, y realmente funcionó. Desde ese día comenzamos a llamarnos por nuestros nombres.

Aunque ese no es el único motivo por el cual ya no me desagrada mi nombre.

—¡Megumi!

Su voz es algo más dulce cuando lo pronuncia.

Corre hacia mí con una gran sonrisa en el rostro. Me cuenta con emoción que Ieiri le cortó el flequillo recto y ahora puede esconder su cicatriz. Sinceramente, no sé qué diferencia hace, no afectaba a la estética de su rostro, pero parece muy contenta.

Últimamente pasa bastante tiempo observando a Ieiri trabajar, según me cuenta. Parece que ha avanzado bien en su recuperación, aunque dice que a veces le duele mucho la cabeza.

Gojo-sensei —después de burlarse un poco de mí— accedió a llevarme hasta la noche a la escuela para que ella pueda ver las estrellas. Incluso dijo que me ayudaría a llevar la escalera para que Akemi pueda subir a aquella caseta.

Tanta amabilidad me hace desconfiar de si lo hará para molestar.

—Tengo un nuevo amigo —espeta de pronto Akemi—. Es muy tierno y lindo.

Sus palabras me toman un poco por sorpresa, especialmente la manera en que se refiere a él. Aunque me alegro porque tenga más compañía en este lugar, no puedo evitar sentir que seguramente ahora ella preferirá pasar más tiempo con su nuevo amigo antes que conmigo.

Me disgusta un poco la idea, pero no sé por qué. Después de todo, había decidido tratar de no involucrarme demasiado con ella y limitarme solo a ayudarla a que no se sienta sola, y nada más.

Aunque no puedo negar que pasar tiempo juntos es agradable. Akemi tiene una gran imaginación y le encanta descubrir cosas nuevas o simplemente detenerse a observar detalles del entorno.

—¿Te gustaría conocerlo? —pregunta, sacándome de mis pensamientos.

Me mira ladeando un poco la cabeza y sus ojos parecieran brillar, mientras sonríe. No sé descifrar cómo hace aquello con su mirada pero es algo hipnotizante y siento que podría quedarme todo el día observándola.

Termino asintiendo, y ella toma mi muñeca, guiándome.

—Creo que es mayor que nosotros por un año, aunque el director no lo trae siempre. Aunque, en realidad, creo que también vive aquí pero no siempre está conmigo —me explica—. Al parecer sus clases son diferentes a las mías.

Moonlight || Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora