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2018
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Enero

Los fuegos artificiales iluminan su rostro y pareciera que estrellas multicolores brillan en sus grandes ojos. La sonrisa que la acompaña acelera mi pulso mientras más la observo. Suelta una ligera risa antes de voltear a mirarme.

Agradezco que las luces que iluminan el cielo pinten mi rostro de colores para disimular el rosado en mis mejillas cuando la veo mirarme de aquella manera que me hace querer quedarme admirándola por horas.

—Promete que veremos los fuegos artificiales juntos aquí el próximo año, Megumi —dice con dulzura, y me limito a asentir.

Su meñique toma el mío y se acerca un poco más. La fría brisa desordena su flequillo, y siento un impulso por recorrer su cabello con mis dedos, mas debo contenerme.

—El próximo y todos los demás —replico, con una sonrisa.

Me alegra verla feliz. En los últimos días estuvo muy preocupada por Ieiri y Gojo-sensei. Aquel incidente que ocurrió en Shinjuku fue obra del que fue su compañero en sus años de estudiantes. Gojo-sensei no habla de ello, pero Ieiri le contó más al respecto a Akemi.

Se preocupó mucho por Gojo, pues no podía imaginarse lo difícil que debió ser para él tener que acabar con la vida de su mejor amigo.

Fue por eso que nos encargamos de la salida de fin de año. Encontró el lugar perfecto donde poder ver los fuegos artificiales.

Akemi dice que este será un gran año, porque cuando me mude en abril a la escuela de hechicería, estaremos juntos cada día.

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Febrero

El año pasado, poco antes de lo que le ocurrió a Tsumiki, Akemi perdió el control con una de las fases de su técnica. Como no conocemos bien el funcionamiento, la cantidad de acciones que puede realizar es un misterio que se va resolviendo poco a poco.

Ocurrió mientras entrenábamos y resultó muy afectada. Desde ese entonces comenzó a tener algunas pesadillas con respecto al día en que Gojo-sensei la encontró, y para aclarar las dudas, habló con él. Sin embargo, las respuestas solo incrementaron sus miedos.

Lleva un par de días quedándose en casa. Dado que iba incluso adelantada con las clases particulares, tomó los exámenes finales a mediados de este mes y oficialmente se graduó de la secundaria inicial. A mí aún me quedan unas semanas de clases.

La he visto tener pesadillas antes, pero creo que cada vez son peores. Siempre intenta restarle importancia, y quizás no se da cuenta de cómo tiembla su cuerpo cuando despierta. La dejo dormir en mi habitación porque así me siento incluso más tranquilo yo.

Su respiración se acelera y su cuerpo se tensa. No sé qué tipo de cosas vivió en aquel lugar antes de que Gojo-sensei la rescatase, pero cada vez que la veo así, solo quiero ser capaz de protegerla de cualquier cosa.

—Akemi —susurro, intentando de algún modo hacerle saber que todo está bien.

Tomo su mano. Está fría y sus uñas se entierran en las palmas de su mano. Mis dedos recorren su cabello y su mejilla, y puedo sentir su respiración calmarse.

Algunas veces no recuerda lo que sueña, y otras veces se desvela. Sus dolores de cabeza no han hecho más que empeorar, y ninguno sabe bien cómo ayudarla.

Pensamos que ir a Ichihara podría servir de algo. Akemi está empeñada en conseguir respuestas y recordar algo de su pasado, aunque sea lo mínimo. Pero me aterra saber que aquellos recuerdos podrían lastimarla.

Moonlight || Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora