VIII

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     Una ráfaga de viento azotó las ramas de un árbol contra el cristal de la ventana y Hermione levantó los ojos de sus apuntes, aunque esa era una manera generosa de llamarle a los garabatos escritos al azar en su libreta. En el frente de la sala, el profesor de turno continuaba dictando su charla y su mano volvió a moverse de forma automática, sin estar consciente de qué era realmente lo que estaba anotando.

 Se reprochó internamente por ser descuidada con algo tan importante como sus estudios, pero tampoco podía desviar sus pensamientos de la conversación con Luna.

 Ella mencionó un ritual. Uno antiguo del que su abuela le había hablado alguna vez. Un rito que servía para iluminar el camino de las almas. Si Viktor era un alma perdida y su cuerpo continuaba vivo, tal vez serviría para ayudarlo a volver a él.

 Hermione tuvo que admitir que no tenían más opciones.

 Luna se marchó con la promesa de juntar todos los materiales e implementos necesarios, quedando en avisarle cuando tuviese todo listo.

  Sus pensamientos se desviaron a Viktor y a la creencia, inesperada y lapidaria, de Luna de que ella era su asunto pendiente. Vio cómo sus ojos se abrieron con asombro para mirarla cuando la rubia dijo su teoría en voz alta, ambos demasiado aturdidos para comprender del todo la situación. No el departamento, ni el libro de su abuela, sino ella... su cerebro escaneó las conversaciones que ambos mantuvieron, desde sus inicios ásperos hasta las tardes sosiegas donde hablaban de cualquier cosa. Recordó el sentimiento de vacío que le producía pensar que él no era real, y las muchas veces donde deseó que lo fuera.

 Pensó en todas las veces que se auto recriminó por dedicarle demasiado tiempo en sus pensamientos, creyendo que estaba volviéndose loca por disfrutar de la compañía de un ente que no existía en su plano, de alguien que solo vivía en su imaginación.

 Ahora era inevitable pensar en los "qué hubiera pasado sí". ¿De verdad estaban destinados a conocerse? ¿qué habría cambiado en su vida si él hubiera aparecido ese día? No quería caer en el pozo sin fondo de los "y si" porque sabía lo traicionero que podía ser, y aun así...

 Sacudió la cabeza, tratando de sacar las ideas de su mente. Necesitaba actuar con la cabeza fría; si dejaba que sus sentimientos se entrometieran más todavía el asunto solo se revolvería, complicando todo. Luna fue clara con sus teorías también: no podía asegurar que el ritual funcionara o que Viktor recuperara la consciencia. «Tal vez su alma regrese a su cuerpo, pero no despertará del coma —aventuró—. Y si lo hace, es probable que no recuerde nada.»

 La olvidaría.

 Hermione sintió que su corazón se estrujaba con ambas ideas; que él nunca se despertara del coma era lo peor, pero que lo hiciera y no supiera nada de ella también dejaba una sensación agria en su estómago. Se recriminó por la idea egoísta, ¡por supuesto que el hecho de que él despertara era lo único importante! volvería con su familia, a la vida que dejó truncada, el dolor de decenas de personas acabaría con su regreso.

 Solo ella lo extrañaría.

 El catedrático terminó de hablar y Ana le removió el hombro, trayéndola de regreso a la realidad.

 —¿Estás bien?

 Hermione asintió, tratando de sonreír. Lo mejor sería que se acostumbrara desde ya a esa idea y continuara su propia vida. Dentro de unos días, Viktor Krum dejaría de ser parte de ella.

 Dentro de unos días, Viktor Krum dejaría de ser parte de ella

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Prizraci |Krumione|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora