CAPÍTULO 2

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Se saltaron una clase entera, ambos lo supieron cuando la campana del timbre sonó. Ninguno de los dos se percató de lo rápido que había pasado el tiempo.

Hyunjin se vio en la obligación de separarse y disculparse por el abrazo repentino, porque se hubiera perdido una clase por su culpa, y por llenar su chaqueta de lágrimas. A Felix le daban igual las tres cosas.

No es que fuera un mal estudiante, de hecho, todo lo contrario, pero simplemente su prioridad ahora mismo era que Hyunjin estuviera bien. Cierto, lo conocía de hacía apenas unas horas, pero tenía algo que lo ataba a él, sentía que debía protegerlo. Quizás eran los fuertes principios inculcados por su madre, de defender siempre al más débil, no estaba seguro de ello.

Al regresar a clase ambos se percataron de que Changbin no estaba, y eso en cierta parte tranquilizó al pelinegro a la vez que le hizo sentir culpable. Sin embargo, Bang Chan sí que estaba, y les dedicó una mirada para luego girarse de vuelta cara a la pizarra, su semblante estaba serio, pero no podrían decir ciertamente en qué estaba pensando. No los volvió a mirar durante el resto de la clase, y Changbin tampoco volvió.

—He escuchado que le has volado la nariz a Changbin. —Hyunjin apenas reconoció la voz a sus espaldas. Se giró para ver de quién se trataba. Lee Know, aunque le llamaban Minho, iba a su clase, pero no había hablado con él más que un par de veces para trabajos en grupo. De todas formas, no se hablaba con nadie del instituto. Minho parecía alguien neutral y que no estaba de lado de Changbin, así que no vio la necesidad de ser desagradable con él.

—Le he dado un puñetazo en la nariz, sí. —afirmó, en un murmullo mientras guardaba un par de libros en la taquilla.

—Le has dado un buen dolor de cabeza al conserje, ha tenido que fregar cinco veces para quitar toda la sangre. —dijo. Todavía no comprendía a qué venía el acercamiento del chico. —Bien hecho, Hyunjin, se lo merecía desde hace mucho. —le dio una pequeña palmadita en el hombro antes de alejarse de nuevo. Se tensó por el pequeño contacto, pero luego se relajó mientras veía que se alejaba, parpadeando un poco sorprendido. Era la primera vez que alguien se acercaba a él para decirle algo agradable.

—Minho, ¿vienes? —todavía seguía mirando la espalda del chico alejarse, cuando lo vio detener su paso junto a una figura levemente más baja, de pelo castaño claro. No conocía al chico, y estaba seguro de que no iban a la misma clase.

—Vamos, Hannie. —vio cómo lo rodeaba con el brazo por los hombros y seguían alejándose.

—¿Sigues preocupado? —dio un leve respingo. Todavía no se acostumbraba a aquella voz tan grave, y mucho menos cuando estaba tan cerca.

—¿Cómo no iba a estarlo? —respondió con otra pregunta, mientras se daba la vuelta para cerrar la taquilla.

—Me parece que Changbin es de esos perros que ladran pero no muerden, me da esa sensación. —comentó. —Me has dicho que nunca te ha pegado, ¿no? —se cruzó de brazos mientras se apoyaba en la taquilla, de costado, mirándolo.

—Eso no significa nada. Estoy seguro de que me va a devolver el golpe, y será veinte veces peor, como mínimo. —murmuró, sin dejar de darle vueltas a cómo podría devolvérselo. ¿Qué le haría?

—Mientras estés cerca de mí no dejaré que te haga nada. —le dijo, interrumpiendo los escenarios de su cabeza en los que era golpeado y humillado a base de mil bromas de mal gusto.

—¿Cómo vas a protegerme? —dijo Hyunjin, ahora mirándolo fijamente. Lo escaneó, no parecía alguien excesivamente fuerte, ni tampoco alto. Para ser honestos, Changbin era algo más robusto, aunque un poco más bajo. —¿Y por qué ibas a hacerlo?

HÉROE | Lixjin/HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora