CAPÍTULO 8

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—Entonces... ¿por qué has llegado tarde, Hyunjin? Poco más y no entras. Suerte has tenido de que hayamos tenido Historia a primera hora, porque sino... —dijo Minho. Felix sonreía mientras lo miraba, esperando su explicación.

Hyunjin lo había echado del cubículo diciéndole que era un pervertido, y que no haría esas cosas en el baño del instituto. Felix se reía mientras era empujado fuera por un Hyunjin enfadado, empalmado y con las mejillas al rojo vivo. A decir verdad, no le habría importado saltarse una clase para hacerle una buena mamada arrodillado en aquellos baños, pero entendía que no era mucho del estilo del pelinegro.

Por supuesto, aquello tardó en bajar así que inevitablemente acabó llegando diez minutos tarde a clase.

—No me encontraba muy bien. —mintió.

—¿No? ¿Y ahora estás mejor? ¿Tienes fiebre o algo? —un Jeongin preocupado le llevó la mano a la frente.

—Estoy bien, Innie, no es fiebre. —murmuró. El contacto físico ya era tema del pasado, al igual que su odio por el menor, y no le importaba que ninguno de los chicos le tocara, pues eran como hermanos para él.

—¿Vómitos? —dijo Han preocupado. —Hace un par de días había un brote de gastroenteritis, cuidado que no sea eso.

—Tranquilo, solo ha sido un pequeño mareo, puede que me falte azúcar o algo así. —sonrió apenado. No le gustaba preocupar a los chicos de forma innecesaria, y mucho menos por una mentira. Definitivamente no les diría que había sido gracias a la sesión intensa de besos y a Felix comiéndole la oreja y restregando su culo sobre él en los baños.

—Toma, cómete esto. —Bang Chan le ofreció un plátano.

—No... No, tranquilo, Chan, no hace falta. —lo frenó con la mano, alejando el plátano de su cara.

—Va, Jinnie, acéptalo, te irá bien, no quiero que te desmayes por falta de azúcar. —fue Felix el que habló, mostrándole una falsa mirada de preocupación. La diversión brillaba en su rostro y una sonrisa amenazaba con escapar de sus labios, de hecho, la comisura derecha de su labio estaba alzada de una forma tan sutil que solo Hyunjin que conocía las intenciones del rubio se percató de ello.

—No me hace falta azúcar, estoy bien. —le miró mal por la broma de doble sentido.

—Y yo te digo que sí, y como soy el mayor me vas a hacer caso. —Bang Chan agarró la mano del pelinegro y colocó el plátano en ésta obligándolo a cogerlo.

Felix le sonrió divertido cuando abrió el plátano y le dio el primer mordisco, y Hyunjin lo miró fijamente mientras lo hacía, con mala cara.

***

El resto del día pasó como la mañana. Ambos querían pasar tiempo juntos, pero todavía quedaban cinco días para que llegara el fin de semana y el rubio fuera a su casa, y muy probablemente se quedara a dormir también ya que al día siguiente sería domingo. Su madre todavía no sabía nada acerca de ellos dos, ni de que ahora de repente era gay, así que no pondría trabas con que durmieran como siempre, en su habitación, como había hecho ya muchas veces.

La semana pasó lenta, y el pelinegro se encargaba de que lo que sucedió en los baños del instituto no se volviera a repetir, pues llevaba toda la semana como una moto y sin hacer nada con Felix más que darse un par de besos, algunos un poco subidos de tono sin pasar a más, y por supuesto en sitios disimulados, como a la salida, o en los baños. Al rubio le daría igual hacerlo donde fuera, pero Hyunjin era bastante vergonzoso y no estaba del todo cómodo mostrando su sexualidad frente a todo el instituto aunque probablemente las personas que se hubieran fijado en cómo miraba al rubio ya se habrían percatado de que eran algo más que amigos.

HÉROE | Lixjin/HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora