𝐇𝐞𝐥𝐞𝐧𝐚 | ᵖᵉʳᶜʸ ʲᵃᶜᵏˢᵒⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ

𝟎𝟐 | 𝐌𝐮𝐬𝐞𝐨 𝐌𝐞𝐭𝐫𝐨𝐩𝐨𝐥𝐢𝐭𝐚𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐫𝐭𝐞

02 | Museo Metropolitano de Arte

—Disfruté mi viaje cuando estaba en sexto. Dale la oportunidad. A lo mejor te gusta más de lo que crees.

Percy Jackson pone los ojos en blanco, pero le sonríe con diversión a Helena. Ir a un viaje escolar con sus compañeros de clase al Museo Metropolitano de Arte no es exactamente la idea que tiene de diversión. Las clases de Latín del Sr. Brunner son más entretenidas que otras y admite que es la que mejor le va, pero ir a observar cosas griegas y romanas no le parece tan entretenido como lo hace ver Helena.

—Es que a ti sí te gusta la historia. ¿Qué tal un museo de videojuegos?

Cuando Helena se ríe, la sonrisa de Percy aumenta. Se ha topado con ella hace unos meses en los pasillos y fue mal disimulado intentando fingir que no captó su atención. Helena se dio cuenta y, a diferencia de otras chicas lindas de la Academia Yancy que no le prestarían atención a los más jóvenes, ella le sonrió y se presentó. Para alguien que tiene doce años, hablar con alguien de décimo parece todo un logro.

Los cabellos rubios platinados de Helena se mueven al compás de la brisa y sus ojos negros brillan con afecto al mirarlo. Percy tiene la sensación de que Helena lo ve como uno de sus hermanos menores. Sabe que tiene varios, aunque no exactamente cuántos; siempre habla con cariño de ellos, contándole cómo los cuida y las cosas de las que se siente orgullosa.

Ella le sonríe mientras cierra su libro sobre mitos griegos. Percy, que sufre de dislexia y se le dificulta la lectura, suele cerrar los ojos y apoyar la cabeza sobre una mesa del jardín de la Academia, escuchando a Helena narrarle los mitos más conocidos. Tiene una hermosa voz de la cual disfruta oír, y se siente como un niño pidiendo que le lea otro mito con tal de continuar escuchándola. Helena acepta, pero al terminar lo envía a las clases.

—Mis clases están por comenzar y tu amigo te busca —le dice, poniéndose de pie de la mesa.

—¿Qué amigo? —pregunta perdido, embobado al ver que sus ojos brillan con los rayos del sol.

—Grover. Está doblando el pasillo. Nos vemos, Percy.

Tal y como Helena le dijo, su mejor amigo Grover Underwood camina cuidadosamente por los pasillos atestados de estudiantes que salen de sus salones. En realidad, la última hora Percy debió estar en clases de Química, pero el profesor lo expulsó cuando rompió los tubos de ensayo. Percy intentó explicarle que los tubos, con sustancia líquida adentro, estallaron solos, tal vez por sobrecalentamiento, pero el profesor no quiso escucharlo y lo envió fuera del salón. Afortunadamente, Helena tenía un receso porque su profesora se ausentó. Grover intentó seguirlo, pero el profesor lo hizo quedarse en la silla.

Grover es su mejor amigo en Yancy. Percy lo conoció cuando la pandilla de Nancy Bobofit, la chica mala de su clase, lo estaba molestando. Percy se ganó un castigo esa tarde, pero también un amigo leal. Grove va en su búsqueda, aunque se tarda en llegar por la lentitud de su andar. Tiene un problema muscular en las piernas que lo hace andar lento, aunque curiosamente parece olvidarlo cuando sirven enchilada en la cafetería. Se acomoda una gorra que cubre sus rizos castaños y sonríe satisfecho, como si hubiera ganado algún premio, cuando llega hasta la mesa de Percy.