ʻUMIKUMĀLUA

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NamJoon echó un vistazo a la gran casa que se presentaba frente a ellos, había escuchado comentarios impresionados sobre la alucinante mansión que poseía la familia de XiuMin, pero para nada se había imaginado tal vista.

Frente a la casa había una gran alberca acompañada de varias palmeras sobre estructuras de cemento que formaban una rotonda a la mitad del agua. Todo lucía aún más lujoso debido a las luces que adornaban la orilla de la alberca. Definitivamente solo había visto lugares así en sus sueños.

—Joonie— aquella voz lo hizo regresar al presente.

—Dime, Tae.

—El chico del cumpleaños me dio ésto— levantó su mano mostrando una llave— dijo que nos toca en la habitación de allá— dijo señalando hacia un balcón, el moreno sonrió, siempre había querido estar en un sitio que tuviera vista al mar.

—Me parece perfecto— le colocó las manos en la cintura acercándose para besarlo.

En ese momento cierto cobrizo de ojitos brillantes venía caminando junto a un empleado que empujaba un carrito lleno de maletas, sus amigos se habían quedado ayudando a subir más maletas a otros carritos y le habían pedido que se adelantara a buscar las habitaciones.

Pateó una piedrita en el camino y esta cayó al agua, su atención se desvió a ese punto, donde la imagen de sus pesadillas se presentó en forma de NamJoon a punto de besar a un sonrojado TaeHyung que le tomaba el rostro.

<<¡Haz algo, SeokJin! Si se besan se nos va a caer el cabello del estrés, y los pelones no están de moda>> se gritó mentalmente y miró hacia todos lados con desesperación, no sabía si tenía que esconderse, si debía taparse los ojos, si era necesario si salir corriendo, o si debía llorar ahí mismo, pero fue en ese momento cuando el carrito de maletas se atravesó en su campo de visión y una única idea prendió el foquito que levitaba sobre su cabeza.

<<Joder, espero no arrepentirme de ésto>> finjió tropezarse cayendo justo sobre las maletas apiladas que salieron volando llamando la atención de varios en el proceso.

—¿Estás bien?— el hombre que transportaba el equipaje se agachó para levantarlo del suelo, pero una sombra mucho más grande lo cubrió.

—¿Estás herido, SeokJin?

El nombrado elevó la mirada chocando contra esos orbes oscuros y profundos, su cuerpo se congeló, incluso el tiempo pareció hacerlo. Todo a su alrededor se volvió borroso y solo podía escuchar el barullo de fondo que apenas y era audible.

Su mente se encontraba congelada mientras su corazón rogaba, rogaba que no lo mirara así, que no lo torturara con esos ojos tan sofocantes que le aceleraban los latidos casi llevando el retumbe a su garganta. NamJoon era simplemente el precipicio al que sin importar qué, no podía evitar caer.

Y bueno, en realidad parecía que él quería hacerlo.

—SeokJin, ¿Estás bien?— sacudió la cabeza tratando de concentrarse en lo que decía el moreno.

—Eh, yo...sí, sí— evitó tomar la mano de Kim, quien se la ofrecía como ayuda— ya sabes, soy algo torpe— se rascó la nuca avergonzado.

—No eres torpe, a cualquiera le puede pasar— le intentó consolar mientras ayudaba a acomodar las maletas.

<<¡Maldita sea, deja de ser tan perfecto y caballeroso!>> maldijo el cobrizo en su cabeza.

Después de sacudirse un poco el pantalón, elevó la mirada pasando sobre el hombro del cenizo, chocando directamente con un par de ojos avellanas que resaltaban debido al delineador negro que los coloreaba.

NOT INTO YOU [NAMJIN]✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora