Costumbre

14 5 2
                                    

    Activo la alarma junto a los sonidos del teléfono, todo esto tras haber comprobado que su nombre no ha aparecido entre mis mensajes.

    Apago la pantalla y mientras cierro los ojos me fuerzo a creer que ya me he acostumbrado a esto, que nunca aparecerá un mensaje suyo aún si le busco primero. Me miento, porque todavía lo espero, por eso he apagado el wifi para tener una respuesta cuando a mi mente la imagen del cuarto iluminado con su nombre en la pantalla llegue tan viva que me incite a abrir los ojos solo para comprobar una y otra vez.

    No me he acostumbrado a la desilusión a causa de la boba esperanza que me grita que puede ser diferente cada mañana.

2023

Caramelos de mentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora