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Narrador Omnisciente

Los cuatro chicos se encontraban en la gran ciudad, admirando cada detalle de esta, especialmente una pelinegra y un rubio cenizo, quienes hace mucho tiempo no salían fuera de los límites del campamento. Luego de un gran recorrido los cuatro subieron a un autobús que los transportaría hasta su primer destino.

— Percy se encontraba sentado al lado de Grover, fijándose disimuladamente en el asiento de al lado, dónde estaban sentados Dem y Annabeth, el primer nombrado durmiendo tranquilamente en el hombro de la femenina, hasta que el ruido del inodoro lo despertó. Un hombre salió del baño poniendo inconscientemente su trasero en el rostro de Percy.

— Dudo mucho que lo sagrado apeste así.— Dijo Percy algo incómodo.— tenemos una misión, no son vacaciones.— le recordó Annabeth.— Gracias por aclararme eso, pero si es tan importante por qué Quirón no compro boletos de avión?.— Preguntó Percy.— Parece que no le dió mucha importancia, no creen?.

— Perdón, pensé que te habían dicho, Percy no solo los monstruos van a tratar de capturarnos, eres un niño prohibido.— le contestó Grover.— Zeus podría decidir atacarte él mismo, el cielo es su dominio.— Dijo con algo de amargura Dem, un tono algo raro viniendo de él, no le agradaba para nada el Rey del Olimpo.

— Te serviríamos en bandeja de plata si viajamos por aire.— Le aclaró Grover a Percy.— Te convertirías en pescado frito, a eso nos referimos ricitos.— Percy se puso algo colorado, sería mentira si dijera que no le tenia miedo a el gran Zeus.— Si, nadie lo mencionó.— dijo Percy irónicamente.

— Annabeth se levantó, mirando a su amigo cenizo, dándole a entender que la acompañe.— Iremos a comprar snacks.— informó Annabeth.— iré con ustedes.— dijo Percy.—Oh no, ricitos tú te quedas aquí.— le dijo Dem.— Por qué?, el baño apesta.— Percy se quejó.— Los monstruos no te perciben por eso, así que aquí te quiero.— le contestó Annabeth.

— Quiero votar, quien quiere que todos bajemos a tomar aire y comprar snacks.— Dijo Percy levantando su mano.— Vamos Dem, ayúdame.—Percy miro a Dem.— Oh lo siento Pers, pero prefiero ser espectador en este momento.— le contestó el rubio cenizo. Dem solo se miró con Grover, los dos no entendían por qué sus amigos no se llevaban bien, supuso que la rivalidad viene de familia.— No hay votación, papas fritas y sodas para los dos?.— dijo Annabeth.

— No creo que tengas derecho a decidir que no hay votación.— le dijo Percy.— Ouh que pena oír eso.— le contestó Annabeth.— Ok, votemos si tú puedes decidir que no hay votación.— le dijo nuevamente Percy, Dem soltó una leve risa, en verdad que sus dos amigos eran testarudos.— Dem, ayúdame con...— Annabeth fue interrumpida por los aplausos de Grover.— Realmente no quiero hacer esto.

— Rápidamente Dem también acompañó con aplausos a Grover, recibiendo una mirada incrédula de parte de su amiga. No se le ocurría nada más que admirar el drama que estaban haciendo sus amigos.— Se siente el camino con baches, por qué entre mis amigos se siente fricción y si se enojan ya sabes, yo tengo un remedio es esta canción.

— Amigo, que haces?.— le pregunto algo extrañado Percy.— Es la canción del consenso, en el segundo verso hay que decir cosas positivas de los demás, unas rondas y les sorprendería como los desacuerdos solo... se evaporan.— dijo Grover algo incómodo.— Papas y sodas para ustedes?.— Preguntó Annabeth.— No me importa.— contestó Percy.— Si por favor.— pidió Grover.— El sistema de votos no sirve.— susurró Percy.

THE PROTECTED  || Percy Jackson 🔱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora