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𝑁ᵃʳʳᵃᵈᵒʳ
Homogéneo
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La Tierra estaba dirigiéndose al Sol, esta vez no para cometer un acto suicida, era de hecho para dar quejas y informar de la situación actual de sus terricolas.
Él nunca creyó que sería tan grave, Titan y Ganimedes no eran lo suficientemente densos como para elevar las mareas, mantener la gravedad, la nieve abundaba en zonas tropicales y en zonas frías como Rusia estaban con un calor a lo latinoamericano, también que esto afectaba al aire... En resumen no podían ni respirar el aire de su propio planeta.
Tierra se preocupaba mucho por sus humanos, apesar de que la mayoría sean simplemente unos sedientos de poder por adquirir minerales o petróleo, como ciertos países considerados potencia. Esto no quitaba el hecho de que sean parte de él, se esforzó tanto y ahora... Sentía poco a poco, esa vida se iba desvaneciendo en pequeñas pero dolorosas cantidades.
Escuchaba los gritos de agonía de las familias, exclamando a los cielos y reclamando a su Dios por el sufrimiento. Si supieran lo mucho que se arrepentía, todo era culpa de su narcisismo ¿A quién engañaba? Un planeta tan miserable solo llevaría consigo una carga tan como él.
Vió al Sol riéndose a carcajadas mientras Mercurio le seguía la gracia ¿Mientras sus humanos mueren ellos se ríen? Esto es patético, se acercó a Mercurio con intenciones de que hiciera callar a la estrella.
– Mercurio, amigo... ¿Puedes decirle al Sol que me preste su atención un breve momento? Tengo que hablar de algo con él.
Se forma de hablar era deprecante en el planeta con vida, en ese momento Mercurio se acercó al Sol y le informo de lo que sucedió.
El tercer planeta contó a su estrella lo que estaba pasando en su superficie, quizo profundizar un poco más pero el astro le calló.
– Tierra, se que estás pasando por un momento difícil per...
– ¡Esto ya no solo se trata de mí! La vida que albergo se está desvaneciendo lentamente, por si no fuera poco con lo que ellos mismos hacen ¡Escucho día y noche como ellos se abusan entre si! En un país se desaparece un aproximado de veinte mil quinientas personas ¡En un maldito día! Ahora multiplicalo por ciento noventa y cinco países. Yo sé dónde están y no puedo hacer nada, ahora con esta situación esos casos se han triplicado ¡Mientras yo me muero lentamente por culpa de su maldita basura!
– Wou, Tierra, cálmate un poco. No estamos aquí para discu...
– ¡Detengan un momento todo!
Mercurio se interpone entre el planeta y el Sol, antes de uno de ellos diga algún disparate del cual se arrepintiera luego.
– Tierra, creo que ya hemos hablado sobre como dirigirte a los demás, recuerda que lo importante es...
– ¡Tierra!
Venus interrumpe lo que el planeta también conocido como Hermes diría.
– Exactamente, Ven... ¿Venus? ¡¿Qué haces aquí?! ¡Deberías estar descansando con Marte!
– Tu piojo parlante no me deja dormir en paz, se la pasa gritando cerca del ojo de Marte ¡No puedo dormir si esa cosa esta llorando por un liendre!
– ¿Liendre? Ah, supongo que llora por su hijo...
El planeta habitable estaba dolido por lo que aconteció con el hijo del astronauta, tampoco podía hacer mucho en esa situación así que de nada serviría desperdiciar lamentos.
– ¿Astrobola tiene un hijo? ¿Qué le pasó o que hizo como para que se ponga a gritar y llorar?
Mercurio se acercó un poco más a la Tierra, notó que su contrario estaba incómodo con esa pregunta.
– ¿Su hijo? Ah ¡Él solcito! ¿Qué pasó con él? ¿Está bien?
Su estrella también estaba curioso al tema, ahora no podría escapar fácilmente de esa.
– Es complicado de explicar, pero en resumen; El cambio de temperatura le hizo dar fiebre alta, algo normal para mis terricolas... Aunque esto era diferente, el aire ahora es prácticamente como estar trescientos metros bajo el agua, sus pulmones se llenaron de agua y parte de la grasa en su estómago pasó a sus venas, obstruyendo la circulación de la sangre. Está en coma, con muy pocas probabilidades de quedar vivo y si es que lo hace quedará lisiado.
– ¿Cómo es posible eso? ¿No sé supone que...
– No es solo a él, a comparación suya hay otros millones de terricolas que están en una situación similar o peor. Titan y Ganimedes son el problema, regresen mi luna y que se ponga en órbita.
El planeta tóxico se había retirado hace mucho de ese lugar, se acercó a Marte y lo escucho decirle palabras de aliento a Astrobola.
– Hey, pequeñito ¡Tu hijo estará bien! Su tú sobreviviste a tantas cosas en el espacio, pues supongo que él también será igual de fuerte que tú. Ahora el no necesita tus lágrimas, te necesita a tí... ¿No podrías regresar a la Tierra para verlo siquiera?
Astrobola se secó las lágrimas que estaban bajo sus mejillas, dentro de su nave no corría riesgo al aire de Marte así que no estaba con su casco protector.
– Me temo que eso no se podría, Houston me informó que en estos momentos es imposible... Moriría antes de entrar siquiera a la estratósfera.
– ¿Tan grave está allá? En serio, lo lamento Astrobola. Pero, hey ¡Al menos tienes a tu esposa!
Con toda la situación tan repentina en la superficie de la Tierra, Astrobola se había olvidado que tenía una esposa, una esposa que muy seguramente esperaba algún consuelo suyo por la perdida de su unico hijo.
– ¿Qué insinúas Marte?
Pero el terrícola astronauta es tonto, no la captó y entendió otra cosa a lo referido por el planeta inhóspito.
– ¡Mira, está viniendo Venus!
– ¡La tóxica otra vez no!
Astrobola no odiaba a Venus, solo no quería verlo ni a la distancia por el constante temor a volver a estar sobre su superficie, era muy jóven para morir por un planeta de personalidad insoportable.
Luna; es el único satélite natural de la Tierra, su nombre se le asignó por su brillo y luminosidad tan característicos del hermoso ente. En la mitología griega su diosa era Selene, la diosa de la luna.
Durante siglos atrás la luna era considerada un ser de luz magia, representaba el misterio y también siendo la principal inspiración para los grandes poetas y artistas en general.
Con el pasar del tiempo la gente dejo de verla como alguien a destacar, ya no tenía el mismo aprecio de antes. Solo era eso, una luna más de los cientos de millones de astros que hay.
