-¿Que diablos te pasa?- pregunto Camila situándose al frente de Lauren y con un tono bajo por temor que la pareja que se encontraban afuera de su departamento aun estuvieran escuchando.
-¿Que? ¿Por qué lo dices?- pregunto Lauren con una ligera sonrisa burlona.
-Casi casi me violabas allá afuera- le respondió Camila con reproche.
-Bueno, déjame recordarte que fuiste tu quien dijo susurrando "sígueme la corriente, sígueme la corriente" y luego me beso, yo solamente aproveche la ocasión- alzo sus hombre como señal de que le importaba una mierda el enojo de la mujer.
-Pero si de verdad eres una majadera- dijo Camila con frustración, camino hasta la puerta y por el pequeño mirador espió para ver que no había nadie detrás de la puerta, al parecer su prima Keana y ex novio ya se habían ido -Es momento de que te vayas y muchas gracias por la ayuda- dijo mientras abría la puerta y suspiraba apenada por la escena que había pasado con su vecina.
-De nada primor- Lauren camino hasta la puerta y antes de salir tomo la cara de Camila y la beso siendo este un peso con demasiada Lengua para el gusto de la morena -Cuando quieras una buena follada ya sabes donde vivo- dijo sobre los labios de Camila y con una mano en el trasero de esta, definitivamente Lauren estaba disfrutando del cuerpo de Camila.
Salió del departamento de Camila sonriendo y limpiándose un poco la boca, aquellos besos habían animado un poco mas su mañana de lo que había sido cuando se dio cuenta que la mujer con la que había pasado la noche había robado su dinero y parte de la mercancía que vendería. Gracias aquel robo tenia que juntar para fin de mes mil quinientos dólares para pagarle a Richard un narcotraficante que le facilitaba mercancía para poder vender, aunque Lauren solo se dedicaba a la venta sin problemas mas allá de matar personas o golpearlas, lo que ella hacia seguía siendo un delito, por supuesto que se paga con cárcel y ella misma lo sabia, pero ese no era su temor, ser detenida por la policía era algo sin importancia pero el no pagarle a Richard traería con ella miedo por no saber lo que el hombre le haría. Se decía que aquel narcotraficante era despiadado con sus enemigos y torturaba a los que no le pagaban, ese era el mayor miedo de Lauren y quizás su mañana hubiese sido del todo horrible si su vecina no hubiese montado aquella escena, que por supuesto le había encanto.
Abrió su departamento y vio el cochinero que había dejado, Lauren no era para limpia u ordenada, tenia platos y vasos en el lavabo sucios, cajas de pizza en el comer, cajas de comida china en la mesa de la sala, el cenicero estaba a rebosar de colillas de cigarros y filtros de los cigarrillos que hacia con la marihuana, porque si en ocasiones se relajaba con un buen porro de marihuana. Tomo todas las cajas y parte de la basura que había en el departamento y la deposito en la bolsa de basura, esa mañana con el buen humor que se cargaba iba a dejar limpio el departamento, cuando termino de limpiar, tomo una ducha y solo se vistió con un top deportivo y unos bóxer.
Fue hasta la heladera y saco una cerveza y se sentó en la sala para ver un poco de televisión y a su mente llegaron los besos que le había dado a su vecina. Aunque había hablado a Camila en muy pocas veces, que si las contábamos serian dos, la había visto de lejos y le parecía una mujer muy atractiva, Camila tenia sobre peso, eso eran ton obvio, pero aquello le hacia unas curvas sorprendentes, un trasero redondo y grande lo cual era lo mejor que tenia, según las fantasías de Lauren. Camila era pequeña quizás de un metro sesenta pero en su cara no había un gramo de grasa, todo estaba bien proporcionado en el cuerpo de Camila, las partes favoritas de Lauren eran sus tetas que eran grandes y llamativas y su trasero.
Pensar en su vecina le excito de manera sobre natural y por pura casualidad encontró un canal en la televisión XXX lo cual transmitía una escena de una mujer llenita completamente desnuda arrodillada haciéndole sexo oral a un hombre, escena que Lauren imagino con su vecina. Dejo la televisión en ese canal y se acomodo perfectamente en el sillón para disfrutar de la función, tomo el bóxer y lo bajo hasta la rodilla liberando su miembro lo cual empezaba a ponerse erecto.
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¿Will you marry me?
ФанфикCamila Cabello es una mujer de 25 años, estudio la carrera de literatura en una universidad de prestigio y esperaba ser una escritora de renombre muy famosa. ¿La realidad? Camila había trabajado para una revista escribiendo los artículos de receta...