The eye of blood

La Oleada

En medio del caos y la brutalidad, Atlas resistía con tenacidad a pesar de los golpes y la tortura infligida por Crate. Juliet, aunque herida, no se dejaba vencer, buscando desesperadamente una oportunidad para intervenir y salvar a Atlas. La visión de su amado sufriendo encendía una llama aún más feroz en su corazón.

Con un esfuerzo sobrehumano, Atlas logró zafarse de la garra de Crate y retroceder unos pasos, dando a Juliet la apertura que necesitaba. Con rapidez y agilidad, ella lanzó sus cuchillos hacia Crate, distrayéndolo lo suficiente para que Atlas recobrara sus hachas y se preparara para el contraataque.

La batalla alcanzaba un nuevo nivel de intensidad, con cada movimiento resonando como un estruendo en medio del caos. Atlas y Juliet coordinaban sus ataques, tejiendo una danza mortal que desafiaba a la destrucción que les rodeaba. A pesar de la brutalidad del enfrentamiento, la conexión entre ellos se fortalecía, alimentando su determinación y la voluntad de superar cualquier adversidad.

Crate, herido pero no derrotado, respondía con una ferocidad implacable. La confrontación se desplazó por el terreno, y en un momento crucial, Crate logró desarmar a Juliet, dejándola vulnerable. Sin embargo, Atlas no dudó en intervenir, arrojándose valientemente para proteger a Juliet de un golpe fatal.

El enfrentamiento alcanzó su punto álgido cuando Atlas y Crate se encontraron cara a cara, ambos exhaustos pero decididos a prevalecer. Juliet, recuperando sus cuchillos, se unió nuevamente a la batalla, lanzando un ataque sorpresa que dejó a Crate momentáneamente aturdido.

Aprovechando la oportunidad, Atlas embistió contra Crate con un arrebato de fuerza renovada. Las hachas de Atlas se encontraron con una resistencia implacable, pero con un último esfuerzo, lograron abrirse camino hasta el cuello de Crate, poniendo fin a la amenaza que había desatado tanto sufrimiento.

A pesar de la aparente victoria, la escena se transformó en un giro inesperado y desgarrador. Crate, contra todo pronóstico, comenzó a regenerarse ante los ojos de Atlas y Juliet. Un aura oscura envolvía su figura mientras sus heridas cerraban a una velocidad sobrenatural muy parecida a su regeneración pero mejorada.

El asombro se apoderó de Atlas y Juliet, quienes retrocedieron, perplejos ante la regeneración de su enemigo. En un instante, la esperanza que habían alcanzado se desvaneció. Crate, ahora revitalizado, miró fijamente a Juliet con una sonrisa despiadada.

Sin darles tiempo para reaccionar, Crate se abalanzó sobre Juliet con una velocidad impresionante. A pesar de los esfuerzos de Atlas por protegerla, Crate demostró una fuerza abrumadora lanzando a atlas a una pared. En un movimiento certero, atravesó el torso de Juliet con su mano regenerada, dejando a ambos helados en medio del campo de batalla.

Los ojos de Juliet se encontraron con los de Atlas, transmitiéndole una mezcla de amor y dolor. Un susurro apenas audible escapó de sus labios, expresando su último adiós. Mientras la vida se desvanecía de sus ojos, Crate retiró su mano, dejando que el cuerpo inerte de Juliet cayera al suelo.

Atlas, consumido por la desesperación y la ira, recogió a Miller que estaba con los demás arrebatándolo de los brazos de la enfermera y saltando por una ventana con Miller en brazos y corrió frenéticamente, alejándose de la escena de pesadilla. El llanto de Miller resonaba en el aire mientras Atlas, con el corazón roto, se adentraba en la oscuridad del bosque cercano que estaba cerca a un río.