Atlas inició su entrenamiento perfeccionando el lanzamiento de hachas en un circuito improvisado con maniquíes. Práctica tras práctica, se dio cuenta de su destreza en la empuñadura doble de hachas. Luego, se sumergió en el combate cuerpo a cuerpo con Juliet, quien lo desafiaba con su katana. En cada intento, Juliet lograba colocar la hoja de su katana en su cuello, hasta que finalmente lo desmayó con un golpe del suka en la cabeza.
Al recobrar la conciencia, Atlas se encontró entre las piernas de Juliet. La miró a los ojos, observando su rostro delgado y pálida piel. Juliet, con una leve sonrojo, le indicó que era hora de descansar tras el intenso entrenamiento. Agradecido, Atlas se puso de pie y reconoció la belleza de Juliet: "Dios, qué hermosa está. Sus ojos, sus labios, cómo se sonroja, me encanta. Creo que estoy enamorado, Dios."
Al día siguiente, Atlas sorprendió a Juliet por la espalda con una flor de madera tallada con sus hachas. Juliet, visiblemente nerviosa, agradeció el gesto. Decidieron continuar el entrenamiento, centrando sus esfuerzos en el combate cuerpo a cuerpo, ya que en el lanzamiento de hachas, Atlas mostraba habilidades impecables. Durante el entrenamiento, Atlas intentó atacar a Juliet, pero ella esquivó sus hachas con facilidad. Sin embargo, un golpe preciso en el tendón de su brazo derecho le hizo soltar una de las hachas. A pesar de varios intentos, Juliet finalmente noqueó a Atlas arrojándole su katana.
Cuando Atlas despertó, se encontraba echado entre las piernas de Juliet. Eran alrededor de las ocho de la noche cuando avistaron un camión acercándose al Mall, el mismo que se llevó a la hermana de Atlas. Hombres armados bajaron del vehículo y eliminaron a los infectados, pero al intentar descender por las escaleras, descubrieron que la puerta estaba cerrada con llave. Decidieron esperar hasta la madrugada para atacar, y mientras tanto, se refugiaron bajo un pequeño techo cerca de la puerta.
La lluvia comenzó a caer, y al no tener nada con qué cubrirse, se quitaron parte de su ropa para improvisar refugio. Juliet quedó con un polo medianamente largo y ropa interior, mientras que Atlas llevaba solo pantalones. Nerviosa, Juliet pidió que no la miraran demasiado, y para aligerar la incómoda situación, Atlas le pidió que compartiera su historia. Juliet narró su experiencia desde el inicio del caos, con la pérdida de amigos y la adquisición de la katana gracias a su entrenamiento en Kendo. Emocionado, Atlas le expresó sus condolencias y la besó impulsivamente.
Juliet correspondió al beso, y la intensidad del momento llevó a un apasionado encuentro. Atlas besó a Juliet desde los labios hasta el cuello, y luego descendió mientras ella gemía. Finalmente, la colocó contra la puerta, subió sus piernas a su cadera y la besó apasionadamente, dejando que las emociones fluyeran entre ambos.
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The eye of blood
KorkuLa historia de un joven de 14 años en medio de un apocalipsis en el que busca la luz en la oscuridad, busca esperanza y a medida que avanza la historia la trama tiene un giros.