capítulo 12

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Jungkook estaba seguro que su
padre, el Duque Jeon llegó a
considerar su existencia como una
monstruosidad.

En la sociedad aristocrática,
muchas familias eran reacias a
asociarse con gente maldita. Había
incluso algunas personas que se
negaban a acercarse a cualquier
miembro de la Familia Jeon,
temiendo que ellos también fueran
maldecidos sólo por estar cerca.
De hecho, los hombres que habían
seleccionado se negaron a casarse
con Baekhyun, pues pensaban
que él podría dar a luz un niño con
alguna anomalía.

Toda esta situación llevó al duque
a la ira y a un resentimiento
irremediable.

¡lncluso pensó que moriría de
frustración! Por primera vez en su
vida, sufrió un enorme revés. Por
primera vez en su vida, tenía un
hijo inútil que siempre tenía éxito
en traer vergüenza y decepción a la
familia.

Junto con el crecimiento del niño,
su ira también crecía. Y él, pagaba
sus frustraciones con Jungkook sin
piedad.

Golpeando su carne hasta que se
hinchaba para enseñarle modales,
avergonzándolo delante de otros
por derramar su gacha de avena
torpemente, el Duque nunca
perdonó ni la más mínima falta.

Su imperfección era la imperfección
de la familia. Tenían que ser
extremadamente cautelosos con
sus acciones y hacer todo lo posible
para elevar su reputación. Así
que todo era culpa del inmaduro
Jungkook. Y a través de esta creencia,
las acciones de su padre siempre
fueron justificadas.

Él era anormal. Su existencia, nada
más que un error. Todo el mundo
creía que la familia hubiera estado
mejor sin Jungkook, que no debería
haber nacido en primer lugar.

Jungkook creció escuchando todo eso
durante toda su vida.

El tartamudo de la familia.

La desgracia.

El chico tonto y miserable.

El tímido ratoncito.

Su padre nunca le llamó por su
nombre. Con las palizas de su
padre, bajo su mirada de desprecio,
su carácter, su autoestima y su
personalidad se hicieron añicos.
Resignado, en su corazón,
sucumbió a los juicios que se le
lanzaron, y lentamente encarnó al
Jungkook que nadie quería.

–¡Jungkook! ¡Despierta!–

Abrió los ojos y vio que una mano
fuerte le sacudía los hombros.
Bajo su nariz, los oscuros ojos de
Jimin le miraban fijamente.
Jungkook lo miró en blanco, incapaz
de comprender la situación
rápidamente. Pero en el momento
en que él le apartó el cabello de la
frente y se lo coloco detrás de las
orejas, Jungkook inmediatamente entró
en razón. Fue esa acción íntima lo
que le saco de su asombro.

Se puso de pie rápidamente y miró
a su alrededor.

–¿Esto es...?–

–Esto es una posada. ¿Recuerdas
cuando estábamos en el carruaje
y fuimos atacados por Ogros? Te
desmayaste. Mientras estabas
inconsciente, nos escabullimos
por el bosque y nos topamos con
este pueblo cerca del camino–
Respondió con una gran almohada
en la mano, que colocó detrás de
Jungkook para que se sentara derecho y
cómodo.

Se recostó en el cojín y lo miró con
una mirada desconcertada. Luego
él lleno de agua el tazón que estaba
en la mesa y se lo acerco.

–Bebe. No dejabas de sudar. Tienes
que reponer el agua en tu cuerpo.–

Cuando Jungkook se detuvo a mirar el
agua confundido, él frunció el ceño
y dijo apresuradamente.

–¿Crees que he puesto veneno
en esto? No seas ridículo. Bebe
rápido.–

Tomó el tazón de inmediato y bebió
su contenido. Su estómago sintió
un poco de náuseas cuando el
agua tibia entró en sus entrañas.
Jimin levantó una ceja cuando
bajó el tazón con el ceño fruncido.

–¿Te sientes incómodo con algo?–

–Oh, no...–

–Hazme saber si sientes algún
dolor. Llamaré a un médico.–

–No. Me siento bien.–

El hombre pronto caminó hacia la
mesa con el tazón de agua. Cuando
se alejó de su vista, pudo ver toda
la habitación; el lugar ya no estaba
oscurecido por su cuerpo.

Era una habitación destartalada.
Las paredes y el suelo eran todos
de madera, y lo único que había
en la amplia habitación era una
cama, una mesa y un par de sillas
estropeadas. Jungkook estudió el techo
cuidadosamente, por si había
una araña. Sin duda, una telaraña
brillaba tenuemente bajo el alcance
de la luz.

Afortunadamente, la cama
estaba limpia. Jungkook olfateó
tentativamente las suaves mantas
que olían a moho, y de repente
frunció el ceño. Algo se sentía
extraño. Deslizó sus manos dentro
de las gruesas mantas que cubrían
sus piernas.

Al llegar abajo, sintió sus suaves
piernas desnudas. Sólo entonces
se dio cuenta de que llevaba una
túnica. Y ni siquiera llevaba ropa
interior.

–Esto es, oh mi... mi ropa...–

Jimin, que estaba inmerso
en el arreglo de las toallas, cogió
el cuenco de agua de la mesa, le
echó una mirada y respondió sin
inmutarse. Encontró el asunto
insignificante.

–Vomitaste y te ensuciaste, así que
lo que llevas puesto es mi túnica.
Con la prisa, no pudimos traer tu
ropa, asi que tuve que vestirte con
mi túnica de repuesto.–

Hizo pucheros como si fuera un
niño pequeño, sin saber si debía
estar atónito o sorprendido por
el hecho de que lo desnudara
mientras estaba inconsciente.

–Has estado inconsciente todo el
día y no has comido. Debería salir a
buscarte algo de comida.–

Tan pronto como el hombre salió
por la puerta con una mirada grave
en su cara, Jungkook rápidamente
buscó algo para ponerse debajo.
Pero lo único que había en la
habitación era la armadura que
Jimin se había quitado, que
estaba casualmente apilada junto a
la cama.

Mientras seguía buscando con
determinación algo que pudiera
usar, la manta se desprendió de
su cuerpo, exponiendo así parte
de su piel. Justo en ese momento,
la puerta sonó y Jimin entró,
él había regresadoa la habitación
para ver cómo estaba. Como un
ciervo atrapado bajo los faros,
Jungkook lo miró con ojos redondos y
aturdidos. Apresuradamente agarró
la manta con fuerza, envolviéndolo
alrededor de su cuerpo una vez
más.

–No tiene sentido que te cubras
ahora. Lo vi todo mientras limpiaba
tu cuerpo–

–¡¿Me has...limpiado tú mismo?!–

𝘁𝗵𝗲 𝗿𝗲𝘁𝗵𝘂𝗿𝗻 ᰔ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora