Capitulo 20

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¿Por qué sigue empeñándose en hacerme daño, no fue suficiente con lo que me hizo hace años?

No puede ser que cada que intento superar lo que me hizo regrese para hacerme daño.

Me levanto del piso con la carta y mis cosas, me dirijo hacía mi habitación. Pero no puedo dejar de pensar ¿Y si me vuelve hacer daño?, ¿y si le hace daño a Kate o a Christian?

Es que ay ¿por qué no me dejas en paz?

Me puse a hacer las tareas de la escuela y sin darme cuenta me quede dormida. Al despertarme, me levanto de mi cama y saco el celular de la mochila para revisar la hora.

Ay no puede ser ya son las siete veintitrés y tengo ¿15 llamas perdidas de... Christian? Ah y dos mensajes de él, que raro ¿qué querrá? Abro los mensajes.

Anastasia ¿estás bien?

Anastasia por favor contesta.

Le mandare un mensaje para qué no siga preocupándose.

Para: Christian

Sí, estoy bien, lamento no haber contestado tus llamas o tus mensajes antes, me quede dormida, pero ¿sucede algo?

Pulso enviar, no le pienso llamar porque sé que se dará cuenta de que he estado llorando, por qué a pesar de que ya paso unas cuantas horas mi voz suena rara y lo que menos quiero es meterlo en esto.

Me llega un mensaje y es de Kate.

Ana llegare tarde o incluso tal vez no llegue, espero que hayas comprado la despensa porque si llegó llegare con hambre, gracias te quiero.

Es cierto ¿cómo se me pudo haber olvidado?, pero es temprano así que tomo dinero y mi celular, me lavó la cara para después ponerme una chaqueta, salgo y me voy al súper que hay como a dos cuadras de aquí.

Cuando regreso a casa acomodo lo que he comprado en la alacena y después escucho que abren la puerta, seguro es Kate, uf me alegro de haber comprado la despensa a tiempo o me hubiera dado su sermón de porque soy tan despistada.

-Hola Kate-salgo de la cocina pero me paro en seco al no ver a Kate y ver a un hombre.

-¿Quién es usted y cómo ha entrado?

-Ah sueles cometer el mismo error de dejar una llave bajo el tapete, ¿pero es qué te acuerdas de mí?, si nos acabamos de vernos el viernes ¿te gusto mi carta?

-¡Ethan!- mi respiración se agita y abro los ojos como platos, quiero correr pero no puedo, parece como si me hubieran pegado los pies al suelo.

-Sí exactamente ese soy yo- se va acercando a mí.

-¿Qué quieres?

-¿Cómo qué, que quiero?, pues te quiero a ti, toda vía no olvido lo nuestro- y eso fue todo lo que necesite para que mi cuerpo me respondiera y echarme a correr hacia mi cuarto, pero antes de poder llegar a la puerta me atrapa por la espalda.

-¡¡Suéltame!!- me pongo a llorar y me tapa la boca.

-No, preciosa, no hasta que obtenga lo que quiero- le muerdo la mano con suficiente fuerza como para que me suelte, los codos los hago hacía atrás con fuerza para pegarle en el estómago y salgo corriendo, emprendo de nuevo el camino hacia mi cuarto y cierro la puerta con seguro.

Toca la puerta

-Ábreme, Ana no te haré daño.

-¡No, no te abriré la última vez me dijiste lo mismo!

-Está bien como quieras, te quise por la buenas a hora te tendré por las malas y si una vez ya pude no veo porque ahora no.

Mi respiración se me agita y oigo que cierran la puerta y ya no escucho ruidos y entonces mi celular empieza a sonar, me fijo y es Christian, ¿le contestó?, creo que sí, pero primero intento calmarme.

-Hola Anastasia.

-Hola Christian.

-¿Qué se te ofrece?

-¿Estas bien?

-Sí, estoy bien.

-¿Segura?

-Sí, ¿para qué me llamaste?

-Bueno, yo quería ir a verte.

-¿Puede ser mañana?, ahora estoy muy cansada.

-Está bien, que descanses.

-Gracias, igual descansa te quiero.

-Hasta mañana-cuelgo

¿Qué se supone que debo hacer ahora?    

Mi pasado Anastasia Steele                           En edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora