Capitulo 11

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-Buenos días Anastasia-trago saliva y abro los ojos como platos en cuanto le veo parado en frente de la puerta.
-Buenos días Christian- avanza hacia mi y se recarga en mi mesa y se encoge de hombros y me mira y se va acercando- ¿qué se te ofrece?
-Que me respondas ¿por qué te has venido con José si te dije que iba a venir por ti?- me grito, a mi nadie viene y me grita porque se le da la gana así que me paro muy decidida de mi asiento.
-¡Yo hago lo que quiero tu no me das ordenes¡- también alce la voz pero no demasiado, tampoco quiero hacer un escándalo. 
-No me alces la voz.

-¡Ah! ¿y tú si puedes?

-Anastasia- me lo dice en forma de advertencia.

-Anastasia nada, para con esto Christian y mejor ve con tu novia-le dije enojada
-Joder Anastasia, Leila no es mi novia. 
-¿Entonces que hacias besandote con ella y luego venir a besarme a mi?
-¿Estas celosa?- mierda no quería sonar celosa pero sí, si lo estoy y mucho pero no se lo pienso decir.
-No, claro que no, se trata de dignidad y orgullo, no me gusta ser el segundo plato de nadie.
-Ella me beso y no eres mi segundo plato Anastasia, no digas tonterías. 
-Claro y yo tengo diez...-no me deja terminar cuando ya esta enfrente de mi con mi cara en sus manos y me mira fijamente entonces me callo.
-Anastasia tú eres a la única que quiero, que quiero que me bese, que este conmigo tú y nadie más que tú, ella ya es pasado lo nuestro termino hace un año y desde entonces no he estado con nadie más, ella no supera que halla terminado con ella y  en este momento quiero estar contigo.

 Mis ojos se llenan de lágrimas, pero no, no las quiero derramar, además como podría estar con él si le digo la verdad de lo que me paso y ¿si no me quiere? ¿si me deja? ¿si no me acepta? no lo podría soportar me han lastimado tanto que no quiero que lo vuelvan hacer.

-Christian, yo...- me pone su dedo índice en mis labios para que me calle.
-Shhh nena- y me besa y sin dudarlo le correspondo, nos besamos y después nos separamos por falta de aire.
-Nena dejame estar contigo
-Si, solo que vayamos despacio por favor. 
-Nena sera como tu quieras, yo no pienso hacer nada en contra de tu voluntad- y me abraza y me tenso, mi respiración se entrecorta pero mejor decido besarle.
-Christian mejor salgamos.
-Claro nena-  abre la puerta y nos salimos por suerte no había nadie en el pasillo y fuimos por el trabajo de matemáticas a su casillero.

Cuando entramos al salón el profesor tardo unos minutos en entrar y cuando lo hizo comenzó a pedir los trabajos, cuando le entregamos el nuestro nos felicito porque había sido el mejor de la clase.

Una vez que termino la clase me dirijo hacía la clase de literatura, lo que yo quiero es estudiar literatura inglesa, me apasiona demasiado.

Durante el día estuve haciendo los trabajos y tareas que me pedían en los descansos que nos ofrecen, aunque estuve con Christian, el también hacía la tarea, queríamos la tarde libre para poder salir un rato.

Cuando terminaron las clases nos fuimos en su auto hacía un parque donde habían muchas flores y de distintos tipos.

-Gracias Christian, esto es hermoso.

-No tienes nada que agradecerme, haría lo que fuera por siempre ver una sonrisa en tu rostro.

Y sin más lo abrazo por la cintura y el me corresponde, a pesar de que me da miedo y me pongo tensa a la hora de que alguien me toca con él me siento segura a pesar del miedo y los recuerdos.

Mientras seguimos abrazados suena mi teléfono así que me separo de él y saco el celular del bolso para contestar.

-Perdón. 

-No te preocupes, responde. 

Veo que es Kate.

-Hola Kate, ¿qué sucede?

-Hola Ana, nada solo que se me hace raro que no hallas llegado a la casa ¿donde estas?

-Estoy ocupada en un trabajo de la escuela.

-Bien, cuídate, adiós.

 -¿Por qué no le has dicho que estabas conmigo? -me pregunta Christian cuando he guardado el celular. 

-Lo siento, pero si le decía que estaba con un chico iba a comenzar a hacer un montón de preguntas y yo quiero pasar mi tiempo contigo ya después le contaré sobre ti.

Me besa y después seguimos caminando, cuando terminamos de recorrer el parque nos sentamos en una banca a platicar sobre cosas triviales, después fuimos a comer a un pequeño restaurante y cuando me llevaba para casa ya era de noche y estaba agotada, sin más me quede viendo el recorrido por la venta y sin darme cuenta me quede dormida. 

Mi pasado Anastasia Steele                           En edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora