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Batman siguió a los niños en silencio, moviéndose por la oscuridad y procurando mantener su distancia. Quería ver como actuarían cuando creían que estaban en completa soledad y alejados de las miradas. ¿tal vez serían un desastre como sus propios hijos dentro la mansión? ¿O serían tranquilos? ¿Tal vez comenzarían a hacer planes diversos cómo pequeños villanos? ¿O solo trataban de ser héroes? Su ceño se frunció ligeramente ante el ultimo pensamiento. Los niños eran demasiado pequeños para ser héroes, incluso si tenían habilidades especiales en ellos.

Batman saltó a la azotea del edificio segundos después de que los niños entraran. Ellos comenzaron a deshacerse de sus trajes tan rápido que pareció que estaban acostumbrados a ello. Él hombre desvió la mirada, comenzando a escanear el lugar con ojo critico mientras les daba privacidad para cambiarse.

Las paredes estaban desgastadas y llenas de moho, no había vidrios en la mayoría de las ventanas y un aroma a humedad estaba presente en el lugar. Había escombros también en una parte y parecía que había una gotera en algún lugar por la forma en que se oía el ruido suave de las gotas de agua caer. No era un lugar adecuado para un niño y mucho menos para dos de ellos. A Bruce, él padre de varios niños, ciertamente no le gustó eso. Sus instintos paternales parecieron activarse rápidamente mientras el sentimiento protector en su pecho resurgía con más fuerza esta vez.

Él se movió hasta una de las esquinas del lugar, observando desde el techo del segundo piso a los niños interactuar en lo que parecían habitaciones improvisadas, tomando nota mentalmente de cada objeto que había en el lugar y de lo que parecían las preferencias de colores, ropa y juguetes de ambos pequeños.

Sus labios se curvaron en una sonrisa suave y pequeña cuando notó a Marinette (su nieta) usando una pijama con temática de Batman. Era agradable saber que por fin era el justiciero (vigilante) favorito de un miembro de su familia.

"¡Esto es tan malo!"

Ladybug, no, Marinette parecía estar perdiendo la calma. Sus pasos de un lado a otro, en círculos, mientras Adrien se acurrucaba sobre la cama abrazando un peluche gigante de una mariquita redonda y esponjosa.

"¡No puedo creer que nos haya sucedido eso!" La niña chilló, sus manos en su cabeza mientras tiraban de sus cabellos en lo que parecía ser una terrible ansiedad. "¡Y frente a Batman! ¡Oh, no! ¡Ya no podré ni siquiera mirarlo a la cara!"

Aunque, Bruce pensó, a él realmente no le importaba. Él entendía que, por extraño que pareciera, Marinette solo tenía cuatro meses de vida y que, por ende, no podía controlar su cuerpo a la perfección. Fue normal.

Adrien abrazó con más fuerza el peluche. "Seguramente a él no le importará." Él trató de consolarla. "Quiero decir, es Batman."

"Esto es horrible y vergonzoso." Marinette lloró. "Mi vida social como Ladybug terminó. ¿Cómo podrán respetarme así? ¿Qué voy a hacer? ¡Seguramente se burlarán de mí después! ¡Robin parece del tipo que se burla de los demás, seguramente se reirá de mí junto a Nigthwing!" La niña parecía estar perdida en sus ideas, cada una peor que la otra. "¡No saldré de casa de nuevo! ¡Nunca!"

Adrien se quejó, hundiéndose contra la almohada. "Tienes que estar bromeando."

"¡Lo haré! ¡Ladybug nunca saldrá de nuevo! ¡Nunca!"

Él niño rubio suspiró, mientras se levantaba. Sus manos tomaron las de Marinette y ella lo miró al instante. "No te preocupes, Marinette. Estoy seguro de que a ellos no les importará lo que sucedió. Ellos parecen saber más de nuestras circunstancias actuales que nosotros mismos, así que seguramente entenderán que fue algo que no pudiste controlar. Un accidente." Le dijo, su voz fua suave y tranquila. Eso pareció reconfortar a la niña. Pareció calmarla.

De bichos, gatos y murciélagos que no se rindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora